Un reclamo de larga data

En Rosario prohibieron los carros y en Santa Fe se ensayan soluciones

En la ciudad del sur provincial se registraron casi 1.400 carreros que dejaron los caballos por oficios y cooperativas. En la ciudad capital el municipio estima que hay unos 700 carros. Una cuarta parte ya está incluido en un programa de reconversión.
03-04-2017 | 16:33 |

Dura realidad. Los carros tirados por caballos suelen ser la única salida que encuentran los recicladores y sus familias para sobrevivir en las barriadas más pobres de la ciudad.
Foto:Archivo/Mauricio Garín.
Agustina Mai
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El viernes 31 de marzo fue el último día que en Rosario los carros pudieron circular legalmente. La municipalidad de esa ciudad puso fecha final a la tracción a sangre. Tras dos años de trabajo en territorio se registraron 1.380 carreros y se los ayudó a encontrar una alternativa al caballo. Pero durante la última semana hubo movilizaciones de carreros al municipio rosarino para protestar contra esta medida.
En Santa Fe hace años que el reclamo de “Basta de tracción a sangre (TAS)” moviliza a cientos de santafesinos con marchas convocadas por entidades proteccionistas -SOS Caballos y Addera-, que lograron juntar 25.000 firmas para reclamar que se busque una alternativa a los carros. El viernes, las instalaciones de Canal 13 en la capital provincial se convirtieron -una vez más- en el punto de partida para una marcha en contra del maltrato animal que recorrió bulevar.
El reiterado reclamo social apunta a los legisladores provinciales y nacionales, y a las autoridades municipales. El municipio santafesino respondió con la restricción de la circulación de carros entre bulevares (bulevar Gálvez y Pellegrini, J. J. Paso, av. Alem y av. Freyre) y con la creación -en septiembre de 2016- del programa “Ciudad Inclusiva” para brindar alternativas laborales, capacitación e inclusión social a las familias que viven de la basura.
Primera radiografía
En seis meses, se relevaron en el cordón oeste (desde San Pantaleón hasta Varadero Sarsotti) 289 personas mayores de edad dedicadas al cirujeo, de las cuales 135 lo hacían con carro y caballos, que ya fueron entregados.
“Estas personas ya optaron por la reconversión y algunos están capacitándose en oficios para hacer tareas de desmalezamiento y desobstrucción de desagües; otros 27 ex carreros están haciendo jardinería en el Parque Garay y la Reserva del Este; 17 se sumaron a las cooperativas de trabajo dedicadas al pavimento articulado y cordón cuneta; a 18 personas las estamos ayudando para que vuelvan a la escuela -muchas no tienen terminada la primaria- y a otras 7 les gestionamos la pensión por discapacidad”, detalló Cecilia Battistutti, directora de las escuelas de trabajo de la municipalidad.
Hasta el momento fueron entregados 76 equinos. Tal como lo denuncian las entidades proteccionistas, muchas veces un mismo animal es usado por dos familias, por lo que trabajan sin descanso.
En principio, los caballos fueron derivados a la granja La Esmeralda. Una vez curados -en caso de tener alguna afección-, son trasladados a la estancia provincial Las Gamas. Otros son destinados para equinoterapia a través de instituciones que están colaborando con el programa.
En el suroeste de la ciudad, quedan todavía 154 personas por reconvertir. “Ya estamos visitando a 96, de las cuales muchas hacen el cirujeo en forma manual; y hay 10 personas que están por entregar el carro y el caballo”, anticipó la funcionaria.
El relevamiento del municipio continúa por Alto Verde y el noreste de la ciudad, donde estiman encontrar unos 30 caballos. Asimismo, las autoridades locales proyectan avanzar con la restricción de la circulación de carros en Guadalupe Este y otros barrios del distrito este, donde también pretenden reforzar la ordenanza de grandes generadores. Es decir, controlar que los comercios que producen grandes cantidades de basura contraten una empresa para retirarla.
Realidad compleja
La tracción a sangre es sólo uno de los aspectos de esta problemática. Y así lo entiende el municipio: “Hay un sinnúmero de problemas asociados con los carros: la tracción a sangre, la calidad de vida de esas personas, el trabajo infantil, la obstrucción de desagües por los microbasurales, los problemas ambientales -por la quema de residuos- y los de seguridad vial por los carros y por la quema de basura”, describió la directora de Escuelas de Trabajo.
Una realidad tan compleja requiere una respuesta acorde. Por eso la municipalidad se refiere a un “abordaje integral”, que contempla no sólo una respuesta laboral, sino también aspectos de salud, escolaridad, subsidios y reubicación de las viviendas en zonas no inundables. “Nos propusimos un programa que atienda todos estos problemas”, afirmó Battistutti.
Esto es posible -en parte- gracias al apoyo económico de Nación, a través de los ministerios de Desarrollo Social y el de Trabajo, que propician la capacitación e inserción laboral de los ex carreros.
A días de que Rosario prohiba la circulación de carros, Mirador Provincial le consultó a la funcionaria cuándo podría darse esta situación en Santa Fe. Battistutti se mostró prudente y no vaticinó ningún plazo. “No quiero dar fecha. Queremos que las medidas que vayamos tomando perduren en el tiempo, por eso vamos trabajando con la realidad de cada familia. Hasta ahora estamos cumpliendo las metas que nos propusimos, dentro de un proceso gradual. Empezamos con la restricción en el microcentro y eso se está cumpliendo. Estamos trabajando muy bien con la Secretaría de Control: si se ve un carro en esa zona, se lo deriva a la oficina de empleo para
explicarle las alternativas”.


El mayor desafío

Agustina Mai
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Terminar con los carros implica, en algún sentido, terminar con la pobreza. Y para eso hacen falta muchos recursos, humanos y económicos.
En la ciudad, la mayor concentración de carros se da en el paupérrimo barrio Las Lomas, donde las carencias de todo tipo están a la orden del día: allí hay 200 familias que viven de juntar basura con carros, según un relevamiento municipal de 2014. Hoy pueden ser más.
Las Lomas constituye un nudo gordiano y lograr la reconversión de los carreros de uno de los barrios más pobres de Santa Fe será el mayor desafío para erradicar la tracción a sangre en la capital. Esto demandará un enorme trabajo en territorio junto a una importante inversión para mejorar aspectos básicos de la vida de estas familias.
Consciente de estos problemas estructurales, la municipalidad proyecta abordar este sector en una tercera y última etapa del programa “Ciudad inclusiva”.


Tres buenas experiencias

— Planta de reciclado: Hace 20 años que la asociación Dignidad y Vida Sana nuclea a ex cartoneros que recuperan los residuos reciclables, originariamente en el basural de Altos de Noguera y, actualmente, en el relleno sanitario sobre la Circunvalación Oeste.
De los más de 10 millones de kilos que ingresan mensualmente al relleno, los 96 integrantes de la asociación recuperan unos 60.000 kilos de material reciclable (un 0,6 %). En cada visita de El Litoral a la planta, los trabajadores denuncian la poca diferenciación que hacen los santafesinos
entre residuos secos y húmedos, lo que dificulta la recuperación de los reciclables.
— Cooperativa Recicladora Santa Fe: nació en 2013 con 14 cartoneros que dejaron sus caballos para juntar la basura de la peatonal con carritos manuales. En cuatro años, se sumaron otros 30 ex carreros que retiran -puerta a puerta- los residuos reciclables de los comercios del centro. La tarea se ampliará con la incorporación de otros 30 ex cirujas y un nuevo galpón para clasificar la basura.
— Transportistas “B”: 35 ex carreros dejaron sus caballos y hoy manejan camionetas para juntar la basura de unos 700 comercios que producen grandes cantidades de residuos. Esta reconversión se dio, con apoyo del municipio, en el marco de la ordenanza 11.917, que obliga a los comercios que producen más de medio metro cúbico de basura diaria a contratar un servicio para retirarla.


Capacitación en oficios y trabajo social
Cómo es el programa “Andando” que se implementa en Rosario


Para terminar con la tracción a sangre, la Municipalidad de Rosario implementó el programa “Andando” en el que se registraron 1.380 carreros. Desde febrero de 2015 los equipos territoriales trabajan en soluciones particulares para cada familia, para que puedan dejar el caballo como medio de vida. Y el 31 de marzo fue el último día en que los carros circularon legalmente.
El 90% de los inscriptos en el programa optó por generar un emprendimiento productivo y el 10% restante, una cooperativa de trabajo. Además, se les propuso capacitarlos en oficios: albañilería, pintura, electricidad, carpintería, herrería, panificación, cocina, repostería, jardinería, computación, informática, peluquería, manicura, mecánica y textil.
Durante el curso de 6 meses, el municipio otorgó a cada carrero una beca de $1.000 por mes.
En el programa “Andando” intervienen varias dependencias municipales. La Secretaría de Economía Social lidera el proceso: se relacionó directamente con los carreros, los asesoró y acompañó en los emprendimientos productivos.
El área de Control y Convivencia Ciudadana se ocupó de los caballos: los recibió, brindó atención veterinaria y los trasladó para adopción. Esta secretaría está en contacto con las organizaciones proteccionistas, controla los carros que aún circulan por la calle y recibe las denuncias de los particulares.
La Subsecretaría de Ambiente intervino en las cooperativas, en la asignación de material reciclable y circuitos de recolección a carreros que siguen juntando basura con otros vehículos. En tanto, la Secretaría de Producción aportó en los cursos de capacitación en oficios y Desarrollo Social se ocupa del seguimiento de las familias a través de los Centros de Convivencia Barrial (CCB).
Por último, los equipos en territorio visitan a las familias reconvertidas para seguir y acompañar las nuevas propuestas.



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