Jorge Nagel

“El estudio del cerebro no tiene límites”

Sobre los límites de las neurociencias y del cerebro humano hablamos con el doctor Jorge Nagel, miembro fundador de la Asociación Argentina de Neurorradiología Diagnóstica, jefe de ese servicio en el grupo Gamma de Rosario y profesor universitario. Para este prestigioso neurólogo, el horizonte de todo lo que está aún por descubrirse es difuso y lejano.
04-09-2017 | 9:20 |

Palabra de experto. Nagel sostiene que “no hay dos cerebros iguales en el planeta. Si lo cuidamos, probablemente extendamos su funcionamiento. Pero si lo intoxicamos, si lo lesionamos, si lo traumatizamos, probablemente perdamos funciones”.
Foto:Gentileza: Valentín Genaro.
Susana Rueda
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Una explosión de conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro se viene registrando en los últimos años. Todo comenzó con el desembarco de las nuevas tecnologías, que permiten estudiar al cerebro humano en profundidad y con la posibilidad de analizar las reacciones de los pacientes en funcionamiento.
Se supo que nuestro pensamientos pueden influir sobre nuestra salud y el entorno, que el amor estalla en el cerebro y no en el corazón, que la forma en que nos alimentamos impacta en el pensamiento y en los sentimientos, y otros poderosos conocimientos que pueden cambiar el futuro y la forma en que los humanos nos desarrollamos, reaccionamos y nos comunicamos.
Por eso las neurociencias, este conjunto de disciplinas que aborda el estudio del cerebro, han pasado a ser las nuevas estrellas de la medicina y el mundo científico.
-Estamos viviendo el pleno auge de las neurociencias, pero ¿cómo se inició esta nueva forma de abordaje del cerebro, que parece explicarlo todo?
-Comienza con el desarrollo precisamente de la neurotecnología, con la tomografía axial computada de cerebro, con la resonancia magnética, y con el desarrollo de otras tecnologías, incluso de la computación. Eso marcó la década del cerebro del 90 al 2000. Después se inició la era de la comunicación y el conocimiento. El cerebro es necesario para comunicarse, aprender y conocer. Entonces nos subimos a este tren del conocimiento que impulsa el desarrollo de las neurociencias.
-¿Cuál es el límite?
-Hoy no podemos saberlo. Porque si estudiamos al cerebro desde la tecnología, descubrimos que tiene redes en su interior, y la inteligencia artificial está tratando de simular esas redes. A su vez están las redes sociales. Tenemos tres tipos de redes que simulan el funcionamiento del cerebro. Entonces no sabemos dónde está el límite y qué va a pasar con nuestro cerebro en corto y en largo plazo.
-¿Tampoco sabemos cuál es el límite de nuestro cerebro? Se conoce que el ser humano usa sólo una pequeña porción del cerebro, pero que en el futuro podremos reeducarlo para usarlo más.
-Eso sí lo cuidamos. Yo siempre advierto que a cada cuál su cerebro. No hay dos cerebros iguales en el planeta. Si lo cuidamos, probablemente extendamos su funcionamiento. Pero si lo intoxicamos, si lo lesionamos, si lo traumatizamos, probablemente perdamos funciones.
-Si contemplamos las distintas etapas de crecimiento, ¿cómo afecta la desnutrición en el cerebro de los niños?
-A la desnutrición hay que tomarla desde el útero, la primera infancia, la infancia, incluso hasta la adolescencia. Lo que más se afecta en el desarrollo del cerebro son las estructuras que están bien irrigadas, son las que necesitan mucho oxígeno para alimentarse.
El oxígeno es la materia que las neuronas utilizan para funcionar mejor. Entonces de las distintas estructuras del cerebro las que más se afectan en la desnutrición o en una noxa perinatal, por ejemplo; una hipoxia o sufrimiento, o mal nutrición de la madre, o stress de la madre, o tóxicos en la madre, es la de la memoria, la cognitiva, la del hipocampo. Son las estructuras profundas de los lóbulos temporales. Por lo tanto, en el desarrollo de un chico lo que más se afecta es lo cognitivo, el coeficiente intelectual, el desarrollo de la personalidad, el raciocinio, y todo lo que corresponda a las emociones.
-Por lo tanto esto puede impactar en el desarrollo de comportamientos violentos...
-El lóbulo temporal forma parte del cerebro reptiliano. Nuestros primeros cerebros tenían lóbulo temporal, lóbulo occipital y lóbulo parietal. Los primeros cerebros tenían emociones básicas y memorias básicas. A una tortuga le ponemos un tomate y va siempre al mismo lugar, tiene memoria básica. Lo mismo con la copulación. Pero después de 3 millones de años nosotros hemos modificados eso con el agregado del lóbulo frontal, desarrollado con la socialización. Por lo tanto, si no tenemos bien conformada las estructuras profundas del primer cerebro, del cerebro primitivo, no vamos a tener posibilidades de que el cerebro frontal nos diga lo que está mal. No vamos a tener las condiciones.Y por eso es que pueden aparecer personas violentas o personas con trastornos en la personalidad. Nos afecta el juicio.
-Los adultos solemos exigirle a los niños que mantengan el mismo ritmo de aprendizaje de todos los demás. ¿Esto es posible? ¿Todos los cerebros maduran igual?
-El cerebro del niño es llamativamente plástico. Se puede dañar, pero también se puede mejorar y curar en base a los estímulos que recibe. Nuestro cerebro recibe cinco estímulos, que son los sensoriales. Si ese chico que sufrió o ese chico que no sufrió y está en una familia óptima reciben esos cinco estímulos, como por ejemplo el tacto, con un abrazo, con una caricia, con un beso; la visión, que le muestren cosas lindas, agradables; la audición, el gusto y el olfato, ese cerebro tiene la posibilidad de mejorar, corregirse y sobresalir. Eso se llama estímulo y desarrollo de plasticidad neuronal, que hasta los 30 años lo tenemos con mucha facilidad. Es distinto corregir o estimular un cerebro después de los 30 años, donde la plasticidad comienza a endurecerse.

¿Hay diferencias entre el cerebro del hombre y la mujer?

Hicimos a Jorge Nagel esa pregunta y otras relacionadas con los afectos, la elección de personas y hasta el amor. Aquí las respuestas, empezando por la que aparece en el título: ¿Hay diferencias entre el cerebro del hombre y la mujer?
-Si, hay diferencias. Pero en las conexiones. No por la forma y el tamaño, porque la tecnología nos demuestra que un cerebro puede ser más pequeño o más grande, pero eso es independiente de la inteligencia o de lo que puede hacer ese cerebro en la sociedad. Porque se dice que el cerebro de la mujer es más pequeño, y sí. Pero lo que importa del cerebro son las conexiones, lo que transcurre por dentro, y eso la mujer lo tiene más desarrollado, y es lo que le permite ser más práctica, más racional, manejar mejor las emociones en la mayoría de los casos.
-¿Nos enamoramos con el cerebro?
-Sí, por supuesto. Esa fue una de mis primeras discusiones con un psicólogo, que defendía que nos enamoramos con el corazón. Yo decía que no, es el cerebro. El corazón lo único y lo mucho que hace es mantenernos vivos y mandarnos el nutriente para que el cerebro se enamore.
-¿Y el cerebro sabe por qué elegimos una persona y no otra?
-No, eso aún no lo sabe y no lo podemos manejar. Por eso digo a cada cuál su cerebro. No hay dos iguales sobre el planeta. No se sabe qué es lo que utiliza el cerebro para enamorarse. Sí se sabe qué es lo que utiliza el cerebro para la música, por ejemplo. A quién le puede interesar la música, qué instrumento, con qué área del cerebro canta, con qué área del cerebro pinta, con qué área practica el deporte... Pero con qué área se va a enamorar de tal persona eso todavía no se puede saber.
-Pero sí se sabe cómo afecta el amor al cerebro...
-Y cada vez se va a saber más. Porque las neurociencias exigen que se trabaje con la nanotecnología, es decir con los biotecnólogos y los bioingenieros, la nanotecnología en el futuro va a saber qué camino siguen nuestros estímulos, es decir las proteínas, ante una situación. Por ejemplo, si miramos a alguien que nos gusta, y nos hacemos un estudio, con la nanotecnología y marcadores muy pequeños vamos a poder seguir hacia dónde va y dónde va a terminar. Si la humanidad lo utiliza bien puede ayudar a cambiar la personalidad para bien, pero ojo que si lo utiliza mal, podemos transformar personas agresivas.
El juicio está en el cerebro y está en el lóbulo frontal. Si nosotros somos ordenados, hablamos correctamente, tenemos buen juicio, tenemos buen raciocinio. Si lesionamos el lóbulo frontal nos pueden salvar, pero podemos quedarnos sin juicio, sin control interno de nuestra personalidad, sin control externo, sin saber lo que está bien o mal, sin empatía, impulsivos y agresivos.
-¿Cómo afectan las drogas al cerebro?
-El efecto que produce a largo plazo es que los 3 millones de años que nos llevó socializarnos y ganar corteza frontal y prefrontal, lo podemos perder en 1 o 2 años. Porque perdemos el sustento que tiene el cerebro reptiliano dañando el lóbulo frontal. Por lo tanto nos liberamos. Las drogas lo dañan. Las personas tenemos que entender que tenemos que cuidar nuestro cerebro, tanto con las drogas exógenas como las endógenas. El stress produce mucho corticoide y daña las estructuras profundas del lóbulo temporal y daña al lóbulo frontal. Las drogas exógenas, donde está la cocaína, la marihuana, las drogas de síntesis, el alcohol, el tabaco, dañan desde afuera hacia adentro. Y dónde más causan daño es en la circulación terminal donde están las fibras que unen nuestro pensamiento con nuestro raciocinio, que unen lo que estamos viendo con nuestro raciocinio, o con las emociones. Si lo que estamos viendo nos gusta o no. Eso es lo que dañan las drogas, y es prácticamente irreversible. Porque las fibras que se pierden -ese cableado interno que nos quiere copiar la CPU para hacer la memoria artificial- son irrecuperables y nos pueden hacer perder coeficiente intelectual, emociones y raciocinio.
-¿Y qué pasa con la marihuana?
-La marihuana tiene un doble problema. La consumen los chicos jóvenes, los adolescentes. y nadie les enseña que queda depositada en el tejido graso por 6 o 7 días.Y la marihuana es un antihemético, un antivomitivo. Por lo tanto un chico que consume marihuana, cuando hacen la previa y toma mucho alcohol, no puede vomitar. Y puede entrar en un coma mucho más fácil que quien no consume. Lo segundo es que en la marihuana se da como en ninguna otra droga la narcoindustria. Porque se pueden hacer varias cepas de marihuana, más potente, y con distintas acciones sobre el sistema nervioso. Por ejemplo, Netflix conoce nuestros gustos y nos sugiere las películas que nos gustan. Ahora está sugiriendo distintas cepas para distintas series. (N de R: La plataforma explicó que creó algunas cepas para ver comedias o dramas porque potencian las emociones. Sólo se promocionan en estados autorizados). Igual, la marihuana es la que menos daño causa en nuestro cerebro. Pero sí impacta en nuestras emociones.
-¿Existen nuevos tratamientos para las enfermedades vinculadas con el cerebro?
-Sí. Y esto es lo importante de las neurociencias. Hemos aprendido cómo se comporta el cerebro durante el sueño, nos han enseñado cómo se comporta un paciente sin conocimiento, o la profundidad del coma. Las neurociencias nos han enseñado que se pueden operar pacientes con movimientos anormales, por ejemplo el Parkinson, estando despierto. Se le introduce una pequeña aguja, y mientras el paciente está temblando se le estimula el núcleo que le provoca el temblor y esto mejora los síntomas notablemente.
-¿Esto se hace a cerebro abierto?
-Esto se hace a cerebro abierto con el paciente despierto. Nos permite operar mientras el paciente está funcionando, usando la tecnología. Con el paciente dormido se hace la craneostomía y luego se abre la duramadre, que es la membrana que recubre el cerebro, que son las dos cosas que duelen, porque el cerebro no duele. Por lo tanto después el anestesista despierta al paciente y estando despierto se pueden estimular determinadas áreas y hacerlo hablar, y cuando se toca el centro del habla deja de hablar. Esto permite al cirujano ubicar exactamente el área que puede tocar al operar un tumor por ejemplo. Esto se hace en muy pocos lugares de Latinoamérica, porque se necesita una infraestructura y un equipo de trabajo muy importante, neurocirujanos, neurólogos, neurorradiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos, que estén monitoreando al paciente durante la cirugía. Rosario es uno de esos lugares.

Alzheimer, harinas, alcohol y pensamientos negativos

-¿En qué etapa estamos con respecto a la cura del Alzheimer, conocido como la futura epidemia de este siglo por el envejecimiento poblacional?

-Detrás de toda depresión hay stress. Y como estamos sometidos a mucho stress, podemos con facilidad desarrollar depresión. Y la depresión sí va a ser la causa de mortalidad más importante en el 2020. Más que el infarto, y más que el accidente cerebro vascular. Y detrás de toda gran depresión existe la posibilidad de una demencia, que no necesariamente tiene que ser Alzheimer. Por eso es que se está invirtiendo tanto dinero en el mundo para tratar de prevenir primero las depresiones, y después para estudiar el Alzheimer. Se está avanzando bastante.
-En el best seller “Cerebro de pan” se cuenta cómo las harinas afectan al cerebro. ¿Es esto tan concreto?
-Sí, esto es real, palpable y concreto. A algunos pacientes les hacen mucho daño las harinas, y a otros no tanto. De todas maneras el cerebro es mucho más saludable cuando cuidamos nuestra alimentación, donde no tienen que estar las harinas, sino los precursores de las harinas. Y donde no tiene que estar el alcohol.
-¿Pensar distinto puede cambiar nuestra salud?
-Si nos obsesionamos con ese pensamiento, puede cambiar nuestra salud. Si pensamos en positivo, levantarse en positivo es no estar deprimido. Levantarse en negativo y que nos cueste levantarnos y que nos cueste empezar el día es pensar en negativo, es estar cerca de la depresión y estar cerca de hacer lo que no nos gusta y daña nuestro cerebro. Esto afecta al resto de los órganos, podemos tener arritmias cardíacas por culpa del cerebro, alteraciones gastrointestinales y colónicas, y podemos tener alteraciones visuales por mala atención y cuidado de nuestro cerebro.






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