Juan Carlos Haberkon
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Tienen la oportunidad de expresarse con libertad. La fiesta de El Quillá nació en el momento justo cuando Joaquín Felizia estampó un balón en la red y así ofilizalizó el campeonato. Entonces fue el turno de la ronda de los campeones en la mitad de la cancha. Y de la carrera eufórica de “Cachito” Roteta, símbolo del fútbol liguista y cabeza visible del “Tiburón”. Y el abrazo conmovedor de Felizia, el goleador, y cada uno de los compañeros del equipo.

“Se lo quiero dedicar a la gente de El Quillá que siempre confió en el trabajo que propusimos, a estos jugadores que son unos fenómenos, a los chicos que viene desde abajo pidiendo un lugar para jugar en este equipo, y se me viene a la mente una dedicatoria muy especial: al ‘Monito’, mi hermano, y ‘Cacho’, mi viejo, que están abrazados en el cielo para festejar este logro”, analizó Carlos Roteta, un DT con mucha trayectoria en la Liga Santafesina de Fútbol.

Y la emoción de Joaquín Felizia, de Mariano Boz, de los Chemes, Juan Manuel y Joaquín, de Matías, el heredero de la familia Roteta y amante del fútbol. Del resto, de los que pudieron ingresar y participar de los festejos y los que se quedaron en las tribunas para ver desde afuera, la alegría de adentro.

El goleador del “Tiburón” no pudo controlar su emoción y una vez culminada la media vuelta olímpica dijo: “Marqué el gol más importante de mi vida, no hay dudas. Este final es un sueño que se nos venía negando hacía mucho tiempo. Somos un grupo muy unido y por eso se consiguen cosas importantes. Quiero agradecer a mi familia, a los compañeros del plantel, al cuerpo técnico y a los dirigentes del club que se encargaron de apoyar al fútbol. No me quiero olvidar de nadie. Este es un club social y hay varios deportes que practica toda la familia y por eso hay que seguir trabajando para contagiar a los que vienen desde abajo. Nosotros, además de amigos, somos casi todos de El Quillá y eso también cuenta a la hora de definir cosas importantes”.

A su turno, Joaquín Chemes, otro de los que marcó goles importantes, habló de la obtención del Clausura, la primera estrella que logra el “Tiburón”: “Son momentos difíciles de explicar, es una alegría enorme la que estamos viviendo en estos momentos. El Quillá demostró a lo largo del año que estaba para cosas importantes y por suerte pudimos coronarlo con el campeonato”, aseguró.

La fiesta se trasladó al vestuario y parecía no tener fin. Germán Poch, uno de los directivos responsables del proyecto, feleicitó uno por uno a los integrantes del plantel, mientras la calma volvía a reinar en el Rafael Batres.