Los argentinos cada vez dormimos menos

“El sueño es vital”

El investigador del Conicet Diego Golombek dialogó con Mirador Provincial. Es un defensor del buen dormir, porque el sueño es salud. Especialista en cronobiología, lidera una encuesta para saber cómo duermen los argentinos.

19-03-2018 | 19:42 |

Golombek: “Tenemos que dormir 8 horas. Si vos le decís a una persona en un estudio: ‘Dormí lo que quieras’, el promedio es de 8 horas y 20 minutos, y nadie duerme eso últimamente en la sociedad urbana”, asegura el reconocido científico.
Foto:Archivo.
Susana Rueda
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Los argentinos tenemos sueños. Pero también tenemos sueño. De acuerdo a estudios realizados recientemente cada vez dormimos menos. Y para colmo de males, las diferencias socioeconómicas también se notan en la calidad del sueño. Y si dormimos mal, nos enfermamos más.

Diego Golombek es investigador principal del Conicet, especialista en cronobiología y, además, dirige el laboratorio de la Universidad de Quilmes. Autor de varios libros sobre ciencia y su impacto en la vida cotidiana, ahora dirige la investigación Crono Argentina, una encuesta online para saber cómo duermen los argentinos y encontrar evidencia para aplicar a políticas públicas que mejoren la calidad de vida. Asegura que dormir no es un lujo, es salud, y que si no dormimos, no crecemos. Dialogó con Mirador Provincial.

— ¿Qué relación existe entre el buen sueño y la salud?
— No hay que pensar que el sueño es una comodidad, un extra que tenemos. Decimos: “Bueno, puedo dormir unas 7 u 8 horas y voy a estar bien. Y si no, pues bueno, voy a estar un poco somnoliento, pero el fin de semana compenso”. No es así. El sueño es vital. De hecho si vos te privás (de horas de sueño), como hemos hechos con animales de laboratorio, se mueren en dos semanas, como si no comieran. Dormir es tan importante como comer. Si no dormís, o dormís mal o poco, no sólo estás somnoliento. Te equivocás más, estás de mal humor porque te cambia el estado de ánimo, y te enfermás más. Tu sistema inmune necesita esas horas de descanso para reorganizarse y hacer que te puedas defender hasta de una gripe. El sueño no es solamente descanso, sino es una parte importante integral de la salud.

— ¿Cuál es la influencia en el sueño de los dispositivos digitales como tablets, TV, celulares, etcétera?
— Nadie duerme solo últimamente. Y no me refiero a una pareja, sino que te vas a dormir con una pantalla: puede ser la tele, tu celular, una tablet o la compu. Y eso no sólo no es bueno porque no te desenchufás. No es bueno porque las leds, las luces de estas pantallas, emiten una longitud de onda en un color verde azulado, que es el color para el cual el reloj biológico es más sensible. Entonces el cuerpo cree que aún es de día y te vas a dormir mucho más tarde, pero al día siguiente el trabajo sigue arrancando temprano. Y si sos adolescente, el colegio secundario arranca a las 7.30 de la mañana, y el reloj de los adolescentes tiene agujas que apuntan hacia más tarde. Uno piensa que hacen todo de noche porque está de moda, porque es cultura, salen a bailar, a chatear, ven tele hasta las 2 de la mañana, y hay algo de cultura. Pero esa cultura se monta sobre la biología. Las agujas de su reloj les dicen que eso está bien, pero al día siguiente se tienen que levantar a las 6 para ir a la escuela y están dormidos, literalmente dormidos. Nosotros estamos haciendo estudios en las escuelas secundarias con la idea de basar una política pública educativa en evidencia, en ver cómo están los chicos, en ver qué pasa si corremos el horario de entrada en media hora, pero la gente se escandaliza. Y los padres acusan a veces a los chicos de marmotas o vagos cuando no quieren levantarse... Eso es muy importante. Porque culturalmente levantarse tarde está mal visto, sos un vago. El turno tarde es el de los “vagos”, y muchas veces les va mejor, porque están despiertos. Tan sencillo como eso.

— ¿Hay una deuda de sueño a nivel planetario? Porque según estudios se duerme una hora menos que hace 50 años.
— Tal vez hasta dos horas menos que hace 100 años. Es una barbaridad. Tenemos que dormir 8 horas, que es lo que notamos que la gente duerme en los estudios de laboratorio. Si vos le decís a una persona en un estudio: “Dormí lo que quieras”, el promedio es de 8 horas y 20 minutos, y nadie duerme eso últimamente en la sociedad urbana. Estamos durmiendo menos, y no tan bien por estos estímulos que tenemos de luces, ruido, etc. Y las consecuencias son enormes. Hay más accidentes laborales, más accidentes sencillos en tu casa, el estado de ánimo cambia. No sabemos por qué, pero el estado de ánimo necesita de un buen sueño, y también tendés a tener más obesidad: la incidencia de diabetes, de tipo 2 sobre todo, es más fuerte para las personas que no duermen bien. Pero no solamente no dormir bien, sino no dormir parejo. Cuando vos tenés trabajos en los cuales te cambia el ciclo de sueño-vigilia, cuando los turnos son rotativos, trabajan una semana de día y otra de noche, las personas no sólo se enferman mucho más. La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso a los turnos de trabajo como un factor de riesgo para el cáncer, nada menos. Con lo cual, ojo con no dormir.

— Hay estudios que indican que hay más incidencia del cáncer también en las personas más expuestas a las luces led, como las enfermeras por ejemplo. ¿Es posible?
— Pensá que también las enfermeras tienen turnos rotativos. Y no estamos preparados para esto. Hay que hacerlo, por supuesto: alguien tiene que atender a los enfermos de noche, pero hay que hacerlo racionalmente, basado en evidencias. Lo que vos decís también está vinculado a la contaminación lumínica nocturna. Vos ves un mapa del mundo de noche y ves que hay mucha luz, las ciudades cada vez se iluminan más con luces led, pero eso no sólo nos afecta a nosotros. Afecta a las plantas, a los animales, que están confundidos.

La encuesta Crono Argentina
El laboratorio de cronobiología de la Universidad de Quilmes dirigido por Golombek y el Conicet están realizando una encuesta online para saber cómo duermen los argentinos.

“Porque una cosa es hablar y decir que los santiagueños duermen mucha siesta, o cuando el sol se pone muy tarde en la Patagonia la gente se va a dormir a las 11 de la noche; eso lo sabemos todos, pero queremos ponerle números, queremos tener evidencias de esas cosas y para eso necesitamos medir muchos factores. Y lanzamos esta encuesta a través de cronoargentina.org, que se resuelve en 15 minutos”, dice el científico.

“Y la gente nos cuenta que le gustó mucho hacer la encuesta porque hacemos preguntas que nunca se hicieron. ‘Cuánto tiempo estoy expuesto a la luz solar, qué diferencias tengo de sueño entre días de semana y fines de semana, cómo me despierto, bien, mal, con o sin despertador, cómo despierto a mis hijos’, por ejemplo. Entonces te da una propia conciencia para entender su sueño”, relata.

— ¿Notan alguna diferencia de acuerdo al nivel socioeconómico?

— Nos basamos en algunas encuestas previas. Una la hizo la Universidad Católica Argentina, y una de las preguntas era ésa. Y la respuesta es sí. Primero, porque no tenés una condición edilicia para dormir bien, porque no tenés persianas y te entra luz, o tenés ruidos cercanos, o tenés una familia numerosa donde cada uno tiene sus horarios. Es más reducida de lo que nosotros queremos hacer, pero te indica que un buen predictor del buen o mal sueño es el nivel socioeconómico.

— Sabemos que el sueño tiene etapas, pero si no se alcanza la etapa profunda, ¿impacta en el efecto reparador?
— Uno piensa en el sueño como algo heterogéneo, pero no lo es. Hay una arquitectura del sueño, con etapas muy diferentes a lo largo de la noche. Si se tiene la oportunidad de ver a alguien durmiendo de noche, se va a ver que cada tanto empieza a mover los ojos, con los párpados cerrados. Esto se llama movimientos oculares rápidos. Si vos despertás a la persona en ese momento, muy posiblemente te diga que estaba soñando. En otros momentos no. Hay etapas completamente diferentes. Son los sueños, no el sueño. Y hay una graduación de sueño más liviano a más profundo. Y el más profundo es el más reparador, el que te hace descansar más. Y se desatan mecanismos por los cuales si no llegás a esos sueños profundos, no ocurren. Mecanismos de reparación, de fijación de memorias, de crecimiento. Cuando una abuela te mandaba a dormir porque tenías que crecer, tenía toda la razón. Porque si no dormís, no se secreta bien la hormona de crecimiento y no crecés adecuadamente. Todas las etapas son importantes, pero la de sueño profundo es la más reparadora.

— Además de las franjas etáreas, ¿por qué hay personas que funcionan mejor de mañana y otras que lo hacen de noche?
— En principio todos tenemos un reloj, un pedacito de cerebro que regula el tiempo y es diferente en las personas. Tendemos a ser más matutinos, más “alondras”, o más vespertinos o nocturnos, “búhos”. Y en algunos casos ni siquiera es una tendencia. Solemos ser “muy alondras” o “muy búhos”. Una persona “muy alondra” se levanta muy temprano, está fenómeno a la mañana y a la tardecita comienza a decaer. Y una persona “muy búho” no se levanta temprano o se levanta obligado, y recién a la tarde está más activo. Esto tiene mucho de cultural, sin dudas, de acuerdo a cómo sea tu casa o tu cultura, pero también tiene mucho de interno. Incluso, en las personas en que son extremadamente “búhos” o “alondras” hay un componente genético que se puede heredar de familias “alondras” o familias “búhos”. Pero como todo, lo que somos es la mezcla de lo que ligamos -lo genético- con lo que hacemos -lo cultural-.

El sueño y la comida

— ¿Cuál es la hora ideal por ejemplo para comer?

— Nosotros somos bichos diurnos, así que tenemos que dormir de noche; pero cuando dormimos hay un ayuno de varias horas con lo cual lo más importante cronobiológicamente es que el desayuno tiene que ser lo más importante. Y no le damos mucha “bola”, tomamos un café y salimos corriendo. De hecho, el desayuno aumenta la tasa metabólica, con lo cual el desayuno te hace bajar de peso, comer te hace bajar de peso, aunque parezca una paradoja. El almuerzo también debe ser bueno. Siempre después del almuerzo nos agarra un bajón y pensás que es por la comida. No. Es parte del ciclo sueño-vigilia, es el sueño postprandial, que es una caída de la alerta a las 2 o 3 de la tarde. Por eso, para algunas personas la siesta funciona, una siesta corta. Es la hora en que más se producen accidentes de tránsito, y accidentes en las empresas también. Justamente a esa hora en que cae el alerta necesitás una ingesta de carbohidratos y proteínas, un breve descanso aunque sea salir a dar una vuelta, ver luz, porque la luz es la nafta del reloj biológico, la luz le dice al reloj biológico que es de día. Y la cena en principio conviene separarla del horario de sueño. Nosotros en Argentina solemos cenar bastante tarde y eso no es bueno, aunque tampoco es tan bueno lo que ocurre en algunos países del norte de cenar muy temprano.

El mal uso del huso

— Vos decís que el huso horario es una decisión política. ¿En Argentina, es el correcto?

— No, no es el correcto, y no sólo en Argentina. En todo el mundo es una decisión política. Si vos mirás el mapa de husos horarios, que debería coincidir con los meridianos partiendo del de Greenwich, te encontrás con que parece un “mamarracho” que dibujó un nene de 5 años. Ves líneas que se cruzan en forma antojadiza, porque un país decidió tener media hora más o media menos, o países que tienen más husos horarios de los que les corresponde. Argentina tiene una larga historia de huso horario, y períodos en su historia en los que se decidió hacer cambios de horario de invierno y verano, lo cual es algo a discutir. En algunos casos realmente ahorrás energía y en otros no funciona así. Argentina está en el huso menos 3, como si estuviera 3 husos horarios al oeste de Greenwich. Si hacés las cuentas, geográficamente, eso te da la mitad del océano Atlántico, o sea estamos demasiado hacia el este, tendríamos que estar más hacia el oeste. Uno o dos husos horarios menos no estaría mal.

Viagra a los hamsters

— ¿Qué relación hay entre el viagra y el jet lag (síndrome del cambio rápido de zona horaria)? 
— Nosotros hicimos un experimento hace muchos años en el cual mostramos que para que la luz pusiera en hora las agujas del reloj biológico, tenía que pasar por una serie de pasos dentro de las células. Uno de esos pasos es el mismo que afecta el Viagra. Una noche en el laboratorio dijimos: “¿Y si le damos viagra a los hamsters?”. Una becaria hizo de esto su tesis de doctorado, y encontramos que efectivamente el compuesto activo del viagra, que se llama sildenafil, cambia las agujas del reloj y hace que el organismo se pueda adaptar más rápido al huso horario como ocurre en el jet lag.



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