Gastón Neffen
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“Guarda, se viene el invierno más frío de los últimos 15 años, está bueno para averiguar”, avisa una periodista de este medio y dos más asienten con la cabeza. “Sí, lo leí en algún lado, parece que va a hacer mucho frío y hasta heladas negras”, coincide uno de ellos. “Me lo comentó mi papá, que me anticipó que a partir de julio se va dos meses al norte de Brasil para no congelarse, pero me sonó raro”, desconfía una cuarta colega.

Hace bien en dudar. Hace tres semanas que los pronosticadores del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) vienen desmintiendo el frío apocalipsis que pronostica un “informe” falso que se viralizó en WhatsApp. “Es impresionante porque cada semana se va replicando el rumor en una provincia distinta. Empezó en Córdoba y siguió por La Rioja, Catamarca, Buenos Aires y ahora Santa Fe. Lo desmentimos casi todos los días”, contó Cindy Fernández, meteoróloga del SMN.

La fuente de la helada profecía son dos instituciones meteorológicas que no existen: el Servicio Privado de Meteorología (SPM) y el Observatorio Meteorológico del Centro/Córdoba. El pronóstico comienza con una seguridad extraña en la ciencia meteorológica: “Este será uno de los inviernos más crudos de los últimos 15 años”. Después adelanta temperaturas de 0° grados en abril y alerta que en mayo y junio serán peores: con 70% de probabilidad de nieve en la capital cordobesa, ventiscas congelantes en la Costa Atlántica y la amenaza de “heladas negras” en la zona núcleo agrícola (sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y sudeste de Córdoba).

La verdad es que todavía no hay datos para pronosticar una tendencia para el invierno, reconocen desde el SMN. En la región central del país y en el Litoral, el último informe trimestral del organismo (marzo, abril y mayo) proyecta temperaturas normales —o por encima de lo habituales— para el otoño, que comenzará en unos días.

En parte, esto se relaciona con el fenómeno de La Niña, que se está debilitando y en las próximas semanas pasaría a una fase neutral. “El servicio meteorológico de Australia ya no habla de Niña, pero nosotros todavía sí porque en la Argentina siguen sus efectos en la atmósfera”, explicó Fernández.

La Niña —es decir, el enfriamiento del Pacífico en la región ecuatorial— suele generar menores lluvias y temperaturas más elevadas. Desde el punto de vista de los pronósticos, el problema es que al pasar a una fase neutral (El Niño es el calentamiento del Pacífico) desaparece una variable que tiene un peso muy relevante en la evolución del clima y los meteorólogos deben considerar la influencia de otros fenómenos, como la oscilación de Madden y Julian (patrones de precipitación tropical), la oscilación Antártica y el dipolo del Océano Índico, entre otros factores.

A principios de abril, los especialistas del Servicio Meteorológico elaborarán un pronóstico trimestral que ya incluye junio y que permitirá saber cuál es la tendencia que se espera para el primer tramo del invierno.

Velocidad viral
Los falsos reportes sobre catástrofes climáticas que se viralizan en WhatsApp y en las redes sociales son frecuentes. “Este fin de semana, por ejemplo, se alertó sobre falsos tornados y a mediados del año pasado se propagó la noticia de que el Servicio Nacional Climático de Estados Unidos pronosticaba una tormenta invernal que afectaría los 15 estados costeros argentinos; cuando hay solo cuatro provincias con costa atlántica”, recordó la meteorológica del SMN.

En el caso del augurio del “invierno más crudo en 15 años” se mezclan datos reales —porque suele haber heladas negras en la Patagonia (cuando se congela la savia de las plantas) y puede hacer frío intenso a finales de abril— en un marco científico falso, ya que todavía no hay una tendencia definida en los fenómenos que pueden influir en el clima del invierno y que se toman —junto con la información estadística y muchas otras variables— para elaborar los modelos climáticos.

Un tema aparte son los propios medios de comunicación. No hay más que googlear “el invierno más crudo en 15 años” para ver la cantidad de portales webs y diarios que reprodujeron —sin chequear— un rumor que debió haberse congelado.