Julia Strada, economista del Centro de Economía Política Argentina (Cepa)

“El acuerdo con el Fondo es un respirador artificial para el gobierno nacional de aquí a las elecciones”

Es rosarina, licenciada en Ciencia Política de la UNR e integrante del plantel periodístico del canal de televisión C5N. Advierte sobre los riesgos de la última jugada de la administración central, que pondría en jaque el sistema estatal de jubilaciones. “La velocidad de lo que hagan depende de la movilización popular”, asegura.
21-05-2018 | 19:48 |

Para la licenciada en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Julia Strada no quedan dudas de que se vienen fuertes recortes.
Foto:Gentileza: entrevistada.
Juan Chiummiento
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El anuncio del presidente Macri de iniciar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sorprendió a muchos. No tanto por las características de la gestión de Cambiemos, sino por el momento: la Casa Rosada se jugó una carta fuerte en una coyuntura donde su imagen pública estaba a la baja. Muchos son los interrogantes que se abren de cara al futuro, sobre todo porque cada misión del organismo en el país a lo largo de la historia generó políticas de ajuste, más allá de los intentos del jefe de Gabinete Marcos Peña de convencer que ahora “es un Fondo distinto”.

Para la licenciada en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Julia Strada no quedan dudas de que se vienen fuertes recortes, incluyendo la posibilidad de volver a privatizar el sistema de jubilaciones, que volvió al Estado durante la primera gestión de Cristina Fernández de Kirchner. “La velocidad de lo que hagan depende de la movilización popular”, asegura la rosarina que cosechó gran conocimiento popular de la mano de su participación en el canal porteño C5N.

— ¿Considerás que era necesario recurrir al Fondo Monetario Internacional?

— No, para mí no. Argentina, ya lo veníamos diciendo en el marco de la corrida, tiene más de 55 mil millones de dólares de reserva. Es decir, tiene con qué hacer frente a las necesidades. Yo creo que se dio una política errática en las últimas semanas, como durante varios días que se dejó que el dólar suba por la mañana y recién al mediodía sacrificar reservas para calmarlo, aunque igualmente siempre dejando que suba. Por caso se perdieron 8.000 millones de dólares. Yo estoy segura de que había dudas en el Banco Central, pero para mí ya estaba conversado desde el viernes, cuando decidieron intervenir fuerte, que venía el Fondo. Quizás incluso desde la última visita de (Christine) Lagarde, pero no tenían la oportunidad de presentarlo dado el costo político. Ahora encontraron la oportunidad, pero me parece que claramente no es necesario. De todas formas, estaba un poco cantado, aunque nadie esperaba que sea tan rápido. Esta es una clara elección de un gobierno que desde el minuto cero apostó por un esquema de valorización financiera y por tener una relación más estrecha con los países del centro y las transnacionales.

— ¿Cuáles pueden ser los pedidos del FMI?

— No sabemos todavía, imagino que lo iremos conociendo en los próximos días. De todas formas, lo claro es que sea cual fuere la línea, el FMI siempre mira centralmente dos o tres variables, el déficit fiscal, el gasto del Estado (aquí juegan jubilaciones y salarios) y las grandes partidas de gastos sociales, como salud y educación. Después hay dos ejes que van a intentar meter presión para que avancen: uno es la reforma laboral y el otro la reformulación del sistema previsional. Esto ya lo dijo el Fondo en el último informe de diciembre, que había que hacer algo más profundo que lo que votó el Congreso. Ahí hay que prestar mucha atención, porque yo creo que vienen con un plan de estabilización al estilo devaluación. Es lo típico. Yo diría que es eso, no estamos en los ’90, con las
privatizaciones. No hay mucho más que privatizar más que el sistema de jubilaciones.

— ¿Creés que es posible que se vuelva a privatizar?
— Es muy arriesgado decirlo, como también lo era decir que volvíamos al Fondo. Puede que sea una posibilidad, visto y considerando el menú que ellos piden. La verdad que el principal gasto en materia de gasto social, sigue siendo las jubilaciones y pensiones. El sistema de capitalización lo que te permite es que sólo se jubile el que aporta, es decir que se ajuste gran parte del gasto. Se resolvería un problema muy fuerte. Si lo demás no avanza, claramente las jubilaciones son muy tentadoras.

— Volver al Fondo es una clara señal a los mercados. Ahora bien, ¿hasta dónde puede tolerar la economía del día a día, de la calle, un mayor ajuste?
— Yo creo que hay dos niveles. Por un lado, cómo juega esto en términos de señales a los mercados, incluso para que no se vayan aquellos que tienen Lebac. Supuestamente el FMI va a contener a todos estos sectores, sino, no se entiende que Macri salga a hacer un anuncio sin tener la plata bajo el brazo. Es una clara señal. Ahora, en el nivel de la calle los impactos sociales ya los conocemos. El gradualismo no es por decisión propia sino porque la calle no les permitió hacer un ajuste más duro. El tarifazo lo plantearon como lo plantearon porque no pudieron avanzar más lento. La reforma previsional salió, pero con movilización. La laboral no pudo salir. La velocidad de lo que hagan depende de la movilización popular. Ahora es pelear contra Cambiemos y contra el Fondo.

— ¿Considerás que la figura del Fondo cerca del gobierno pueda generar mayor movilización popular?
— Es un nombre, como Cavallo. Son significantes fuertes en palabras de (Ernesto) Laclau. Me da la sensación de que hay muchos frentes, pero desde ya que es un elemento aglutinador. Está claro que está Cavallo detrás de esta movida, no importa en qué rol. Cada vez que apareció el Fondo en la historia reciente, apareció Cavallo. En 2001, cuando las papas quemaron, el último que llegó fue Cavallo. Son elementos que puede que ayuden a homogeneizar, pero también es cierto que hay muchos frentes.

Lo que puede venir
— ¿Cómo ves el futuro en el caso de darse un acuerdo con el Fondo?

— El acuerdo con el Fondo es un respirador artificial para el gobierno de aquí a las elecciones. Porque falta todavía, pero estos financiamientos suelen tener revisiones trimestrales. ¿Dónde te revisan? Es lo que hablaba antes. En general las entregas, depende la línea, son condicionadas. De todas formas el dinero para mí no va a durar tanto. Yo veo difícil que dure mucho tiempo, porque Argentina no es que le falta un puchito, le falta un montón. Todos los años falta un montón, y en el esquema actual cada vez va a faltar más. Ese dinero en realidad si no lo retenés de una manera sólida, más que con confianza solamente, se va a terminar yendo. Puede durar hasta el 2019, pero no sé cuánto más.

— ¿Qué opinión te merece la figura de Dujovne?
— Ya su figura estaba desdibujada. Era el ministro del ajuste. Vino siempre vinculado a un poder que quería ajustar. Y lo del FMI desdibuja más su figura. Es él acatando lo que diga Macri, y Macri acatando lo que diga Lagarde. Tampoco les calienta mucho. Para ellos es un costo político que tienen que pagar, pero la discusión es la legitimación del fondo. Claramente jugaron muy fuerte en contra de los que dijimos que el plan de Cambiemos iba en este sentido. No me parece menor esto, porque la estigmatización que cayó sobre todos nosotros fue muy fuerte. Es momento de remarcar esto.

— Más allá de la coyuntura de estos últimos días, el gobierno nacional, al igual que los economistas que los rodean, siempre marcan el déficit fiscal como primera cuestión a resolver. En algún momento Axel Kiciloff mencionó que no siempre tiene que ser tomada como la principal variable, sino que tranquilamente un país puede funcionar con déficit fiscal. ¿Qué impresión tenés al respecto?
— Es interesante. Yo lo que no negocio es en el superávit comercial. En Argentina lo que faltan son dólares. Por eso es tan erróneo financiar pesos con dólares. El problema de cualquier país periférico es que faltan dólares porque lo que tenemos es un déficit crónico de la balanza comercial. Lo cierto es que el gasto público dinamiza la demanda, y eso te hace crecer. Sobre todo cuando ponés plata en el bolsillo de la gente. Ahí hay todo un canal de transmisión que muchos no entienden. Lo mismo que la inflación. La emisión monetaria no es causante de inflación per se. Lo que te lo mueve son otras cosas. Claramente en un esquema de mega emisión se te puede ir, pero la verdad es que no. Los pesos los financias con pesos, no con deuda externa.

“El gasto público dinamiza la demanda, y eso te hace crecer. Sobre todo cuando ponés plata en el bolsillo de la gente. Ahí hay todo un canal de transmisión que muchos no entienden. Lo mismo que la inflación”.

“La emisión monetaria no es causante de inflación per se. Lo que te lo mueve son otras cosas. Claramente en un esquema de mega emisión se te puede ir, pero la verdad es que no. Los pesos los financiás con pesos, no con deuda externa”.
Julia Strada



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