Javier Díaz
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No había equivalencias en los papeles y tampoco la hubo en la cancha, así lo refleja el resultado final. Era de todas maneras uno de esos partidos traicioneros, en los que Unión debía evitar la sorpresa que muchas veces le da el equipo menor al que es superior, precisamente por no tener mucho para perder.

Y vaya si tomó esos tintes el cotejo, cuando a los 5 minutos Defensores del Oeste, un equipo eminentemente amateur que compite en la Liga Esperancina, se ponía en ventaja a través de un tiro penal muy bien ejecutado por su arquero, Nicolás Roldán, al palo izquierdo de Joaquín Papaleo que fue a ese lado, pero no llegó.

Para colmo, en la jugada del penal Unión se quedó con un hombre menos por la expulsión de Jonathan Bottinelli, lo que lo obligó a jugar con 10 hombres casi la totalidad del cotejo.

El partido fue tal lo que duró el entusiasmo, y tal vez la resistencia del equipo esperancino. Es decir, hasta los 20 minutos. Antes de eso, Unión estuvo impreciso quizás algo relajado dentro del campo de juego. Y Defensores, bien replegado con sus dos líneas de cuatro cubriendo el campo, salía rápido de contragolpe y generaba algunas dudas. Después Unión se acomodó, ajustó la puntería y lo fue llevando al rival a defenderse cada vez más contra su arco. Los goles fueron una consecuencia de ese predominio que mostraba el equipo rojiblanco, que a fin de cuentas terminó cocinando el cotejo mucho antes del minuto 90.

A los 28 llegó el empate y antes había avisado por intermedio de Fragapane. En un tiro libre, “Droopy” Gómez envió un centro venenoso al corazón del área y allí apareció la cabeza de Matías Gallegos para aprovechar una desinteligencia entre los defensores y el arquero.

Sobre el final de la primera parte Unión lo dio vuelta y comenzó a cerrar el encuentro, aunque un gol nunca es diferencia definitiva. Manuel De Iriondo se encontró con una pelota que quedó suelta en la medialuna y sacó un remate bárbaro que se metió junto al palo izquierdo.

Los equipos volvieron del descanso sin modificaciones y el tatengue le bajó la cortina al juego antes de los tres minutos. Movió la pelota de acá para allá durante dos minutos hasta que Fragapane la pinchó al área para Gallegos que otra vez impulsó de cabeza al 3 a 1.

Lo que quedó estuvo de más. Porque Defensores ya no tenía resto para pelear el encuentro y Unión jugaba a media máquina. Así y todo pudo convertir dos goles más. A los Brian Álvarez, uno de los pibes que llegó de Racing hace algunos días, conectó de cabeza un centro desde la derecha para señalar el 4-1; y a los 37, Yeimar Gómez Andrade, por la misma vía, puso cifras definitivas.

Unión cumplió, hizo lo que debía y sigue adelante en la Copa Santa Fe. Pasó un ensayo formal de 90 minutos de fútbol de los que el entrenador y su cuerpo técnico sacarán sus debidas conclusiones. Ahora se viene Newell’s, en partido a ida y vuelta, por la ronda de cuartos de final.