Hernán Alvarez
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Está probado y la sociedad es cada más consciente de la cantidad de comida que se desperdicia de manera diaria en cualquier parte del mundo. Frente a esta problemática, se requieren soluciones prácticas. En Rosario se pensó en un sistema de recolección de alimentos en buen estado, sin ser servidos, que pueden ser aprovechados por gente con recursos escasos. Así nació la iniciativa del concejal local Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista (PDP). Una ordenanza ya sancionada, pero que todavía no fue puesta en ejecución.

“Mucha comida en buen estado, sobre todo menús ejecutivos, por no ser vendidos están terminando en la basura”, comenta Zeno a Mirador Provincial. El edil relaciona esto con la cantidad de personas que hoy en día no pueden alimentarse como se debe. “Se nos ocurrió implementar este concepto de heladera solidaria que implica relacionar a los bares y a los restaurantes con las ONG o los comedores que precisen comida. De ese modo, disminuiríamos la cantidad de alimentos desechados. Y por otro lado, más cantidad de personas podrían tener un alimento todos los días”, explica el funcionario público del PDP.

Idea surgida desde Pichincha
Si bien la ordenanza está sancionada, todavía no fue puesta en práctica. “Es el Ejecutivo municipal el que tiene que reglamentar a partir de la creación de un registro donde se puedan inscribir los restaurantes interesados en donar la comida que no venden. Y los comedores u ONG que estén interesados en recibirlos”, afirma Zeno. El concejal aclara que la iniciativa fue una inquietud de los comerciantes agrupados en Mercado Pichincha en la zona centro de la Cuna de la Bandera.

El edil explica también que no son sobras de platos servidos a comensales. “No son restos de comida que no fue consumida, sino que son menús ejecutivos en perfectas condiciones. La donación debería ser en un envase higiénico, rotulado, con el nombre del restaurante que lo produce y con la fecha de vencimiento del día siguiente de la elaboración”, dice. En el convenio se obliga a que la entidad o el comedor lo retire a la mañana siguiente del día anterior en que fue producido. “De manera que sea consumido al día siguiente y no tengamos problemas de intoxicación u otros por el consumo de un alimento en mal estado”, expresa Lisandro Zeno.

El concejal remarca la actitud de los empresarios de esa zona rosarina: “Hoy en día por suerte hay un mayor grado de consciencia por parte de los empresarios. No le da lo mismo a un empresario tirar menús ejecutivos a la basura si se los puede dar a una persona que los necesite. La idea es que contagie y que después que esté funcionando bien en ese paseo en particular los de Paseo Pellegrini digan: ‘Vamos a hacerlo’ y que los del centro comercial Echesortu digan: ‘Vamos a hacerlo’. Que sea contagioso. Todas las actitudes positivas se contagian”.

Del otro lado de la cadena ya fueron contactadas algunas instituciones, como Rosario Solidaria o el refugio Sol de Noche. “La idea es que sea un convenio entre privados, entre el comedor y el restaurante, y que el Estado solamente intervenga fomentando e incentivando a que haya más restaurantes que se adhieran a este programa. Como reconocimiento a esos bares que se adhieren se colocará en la puerta del negocio una calcomanía identificando ese negocio como participante del programa”, dice Zeno. El edil explica que para recibir ese adhesivo los locales gastronómicos deberán donar como mínimo cinco porciones diarias. “Cosa de que esto se mantenga en el tiempo y no sea una cuestión esporádica”.

La ordenanza fue aprobada por unanimidad. “Todos los bloques de los distintos sectores políticos estuvieron de acuerdo -asegura Zeno-. Lo ven como algo positivo, como algo para tratar de dar una mano. Sobre todo en el momento en que estamos viviendo donde cada vez hay más pobres. Si podemos encontrarle la vuelta y acercar a la gente que tiene posibilidades de ayudar con la gente que necesita ayuda, es una buena herramienta que va a venir muy bien”.