BipMov, ayuda a niños con limitaciones motrices

Ciencia aplicada a la felicidad

Se trata de un bipedestador con base motorizada que permite la movilidad independiente. Contribuye a la rehabilitación y ofrece un sinfín de beneficios. Mirador Entre Ríos dialogó con su creador, Alejandro Bisi, quien junto a su equipo perfecciona el dispositivo desde la Facultad de Ingeniería en Oro Verde.
28-09-2018 | 17:18 |

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Facundo Cabada probando por primera vez el bipedestador junto al bioingeniero Alejandro Bisi.


Alejandra Erbetta
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– ¿Qué es BipMov, cómo surgió?

– Como estudiante de la carrera de Bioingeniería, en diciembre de 2014, me encontré con un problema que tenía una docente de la facultad, a su hijo de un año y medio le habían diagnosticado una enfermedad degenerativa que se llama Atrofia Muscular Espinal. Lo empezaron a tratar profesionales de rehabilitación y una de las recomendaciones que le hicieron a la familia fue acceder a un bipedestador, una estructura que permite mantener erguida a una persona que por sus propios medios no puede hacerlo. Tiene sujeciones de tobillos, rodillas, cadera, mantiene parado al usuario, se recomienda usar una hora por día. Eso lo que hace es evitar que el estado de salud de la persona empeore. De esta manera se hace descarga de peso sobre el miembro inferior, mejorando la irrigación sanguínea, evitando que se atrofien los músculos y la formación de escaras, previniendo escoliosis, osteoporosis; entre otros beneficios que trae la bipedestación.

Por otro lado, actúa a nivel psicológico, un aspecto importante a resaltar porque la persona se ve en igualdad de condiciones frente al resto. No siempre postrado en una cama o sentado en una silla. Los bipedestadores comerciales eran muy caros y la familia me propuso que fabrique uno. En un período muy corto de tiempo tuvimos un primer prototipo que, al día de hoy, después de cuatro años, Facu lo sigue usando”, así surgió el proyecto original.

– ¿Cuál fue el segundo proyecto?

– Al año siguiente, nació un segundo proyecto, que fue un autito eléctrico manejado con joystick, con la mano –en ese momento se habían popularizado mucho los autitos eléctricos que se consiguen en las jugueterías–, y los profesionales que lo trataban necesitaban que el niño pueda movilizarse por sus propios medios y tener una experiencia en movilidad por la casa; como a esos dispositivos no podía usarlos porque se accionaban por un pedal y él al piecito no lo podía mover, le hice un autito manejado con la mano.

Respuesta

– ¿Qué siguió después?

– Los presenté en la Facultad de Ingeniería. Tuve una respuesta muy buena por parte de la institución, me propusieron curricularizar estos proyectos. Nos presentamos a varias líneas de financiamiento. Pude formar un equipo de trabajo en la Facultad con alumnos de todos los años. Hacíamos proyectos para Teraphya, el centro de rehabilitación de niños más importante de Paraná. A uno de los proyectos lo llamamos MOTI, que venía de Motivation y Motion. Era, básicamente, como un autito eléctrico que permitía estimular a temprana edad a niños con diferentes patologías, lo que buscaba era estimulación temprana, empezar a estimular a corta edad a los niños al desplazamiento. Tenía varias lucecitas de colores, donde cada una representaba un movimiento, si presionaba una de ellas generaba avance, retroceso o un giro; lo que se trabajaba era la “causa efecto”, ante un estímulo visual de una luz de color, ver qué pasaba con el niño, analizar su reacción, y si respondía presionándolo, ver qué pasaba, si se asustaba, si le gustaba…

Ese fue un proyectito re lindo en el que se sumaron muchos chicos de la Facultad, sus familias, personas de Oro Verde como Beto y Hugo que ayudaron con mano de obra de herrería, etc. Después de eso retomé el primer proyecto de bipedestador.

– ¿Por qué?

– Imaginate que un nene tan chiquito tenga que quedarse quieto, sujetado en sus extremidades, como un florero, lloran, no les gusta estar ahí y deben y necesitan pararse, por lo tanto, surge la idea de agregar una base motorizada. También lo pude pasar como tesis final de grado y me recibí con ese proyecto que fue financiado por la Municipalidad de Pergamino y donado al Servicio de Rehabilitación del Hospital de la misma ciudad que nací. Puntualmente, este “Bipmov”, así lo llamo, lo empecé a principios de 2017, fue como un quiebre de mi vida, de dedicarme de lleno, full time a esto.

Apoyos

– ¿Tuviste apoyos? ¿cuáles fueron?

– Tuve un apoyo importantísimo de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Entre Ríos con Luisina Pocay como secretaria y con la Facultad de Ingeniería, en ese momento el decano era Gabriel Gentiletti y el secretario de Extensión, Pedro Tomiozzo. Con las dos partes, se gestionó un financiamiento del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Ciencia, un aporte no reembolsable de .368.000. Eso me hizo tomar la decisión de quedarme acá, porque ellos apostaron a que yo me quede en Entre Ríos, desarrollando mi empresa acá. Hoy en día ya no estoy solo como estaba en un principio, voy formando un equipo de trabajo, con chicos de diferentes formaciones.

Los dos prototipos que construí a principios de año, los doné. Uno a una familia de Rosario y otro al Centro de Rehabilitación de la ciudad de Pergamino. Fuimos trabajando en cuestiones de validarlo, de ver si realmente todo lo que pensaba y lo que fui trabajando con Sandra Albornoz del área de rehabilitación en Paraná era cierto. Ver si, verdaderamente, agregando la base motorizada era beneficiosa, todas esas cosas que tienen que ver con la validación de un producto.

– ¿Cuáles fueron los resultados?

– La verdad que tuve unos resultados increíbles y ya, ahora, puntualmente estamos tratando de cerrar lo que va a ser el producto definitivo como para luego hacer las certificaciones correspondientes y empezar a comercializarlo.

– ¿Este proyecto que estás desarrollando es sólo para chicos?

– Me planteé desde un principio y hoy en día es lo que estamos trabajando con nuestro equipo, en enfocarnos en niños de dos a 14 años, o de más chiquitos también, pero puntualmente en esa etapa porque es una población en la cual no muchos se enfocan y es donde hay que atacar cuanto uno más pueda. Todo lo que uno pueda resolver a temprana edad, cuando se encuentra en la etapa de desarrollo es mucho más beneficioso a futuro. Uno ve muchos productos para adultos y demás, pero no ve nada para niños. Por eso es que nos enfocamos más en los niños.

Equipo

– ¿Quiénes integran tu equipo?

– Daiana Romero y Nina Centurión, de Paraná, estudiantes de Diseño Industrial de la UNL. También de la UNL, Gastón Gianre, Marcos Bermúdez y Juan Pablo Varela que estudian Administración de Empresas y están haciendo su trabajo de tesis de grado en un modelo de negocio para este proyecto. Se sumaron ad honorem, porque ese también es un problema, si no hay plata de por medio y uno no genera ingresos constantes, no puede pagar ni contratar gente, por eso todo suele ser a pulmón. Ahora estamos buscando más personas, se necesitan más aportes. Creemos que también con este financiamiento que llega, ya podremos contratar un Ingeniero Mecánico y un Ingeniero Electrónico. Este proyecto está teniendo un alcance que jamás creí que podía llegar a hacerlo. Estoy participando en un programa nacional que se llama Emprendé Con Ciencia del Ministerio de Producción de Nación en convenio de Fundación INVAP de Bariloche.

Por otro lado, Juan Reta, docente de la Facultad de Ingeniería, forma parte y es director del proyecto que se llevará a cabo dentro de la institución para ejecutar en tiempo y forma el financiamiento que propone desarrollar tres productos diferentes en un período de 18 meses.

– ¿Ese Programa tiene un aspecto social?

– Este programa lo que hace es ayudar a potenciar emprendimientos que tienen un impacto social. Se presentaron este año a la convocatoria 210 proyectos y quedaron seleccionados 15. Nos llevaron 15 días a Bariloche, nos asignaron un mentor a cada proyecto. Trabajamos esos 15 días intensivos en muchas cosas, por un lado, la parte técnica para que cada uno mejore ese aspecto de su proyecto. Y, por otro lado, trabajamos con la Academia Argentina Emprende en lo que respecta a modelos de negocios, en ver la sustentabilidad, las proyecciones, la estabilidad del proyecto, economía del proyecto y diferentes cosas que hacen a que esto sea sostenible y escalable. Fue increíble. Y sigue siendo increíble porque cierra en noviembre el programa. Los 15 emprendedores de diferentes ciudades del país volvemos a viajar a Bariloche a presentar los avances que hemos tenido y como aportó el Programa para que sigamos creciendo.

Contacto

En las redes se puede seguir el emprendimiento en @givemoveAR (Instagram, Facebook o Twitter). También se puede ingresar a: www.givemove.com

Calidad de vida

La mamá de Facundo Cabada compartió con Mirador Entre Ríos la experiencia de su hijo con el dispositivo diseñado por Alejandro Bisi.

Facundo fue diagnosticado con Atrofia Muscular Espinal (AME), “una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las células –que se conocen como neuronas motoras–, e impide que la información llegue desde el cerebro al músculo. Los primeros afectados son los miembros superiores e inferiores. Facu tiene en los miembros inferiores una movilidad de entre un 10 y un 20%, esto le impide tener la fuerza suficiente para poder pararse”, explicó María Gabriela Acosta. “Cuando tenía un año le detectaron ese problema.

Comenzamos a hacer consultas de médico en médico, en Paraná; luego seguimos en Rosario. Terminamos en el Garrahan, donde de manera excelente y gracias a los profesionales capacitados que tiene, que son impecables en todo sentido, pudieron dar en la tecla”. Se corroboró a través de un estudio genético que adolece de una enfermedad neuromuscular “que no tenía cura”.

En ese momento, lo único que se podía hacer era kinesiología y tratar de sostener lo mejor que se pudiera la vida de ese niño para que cuando hubiera una medicación –y si es que la pudiéramos conseguir– estuviera su cuerpo apto para recibirla. En el transcurso de ese tiempo, del 2014 al 2018, pasaron muchísimas cosas, y una de las más importantes fue haber conocido a Alejandro”, afirmó. “Le dije: ‘mirá Ale, necesito un bipedestador porque la obra social me va a tardar 3 o 4 meses entre que lo pido, se quejan por el presupuesto y demás… y yo lo necesito dentro de 20 días. Y él, en un mes, con un grupo de amigos armó un bipedestador que Facundo usó hasta hace dos meses atrás, en ese momento no tenía motor. El bipedestador que Alejandro diseñó ahora tiene un motor. Facundo lo probó hace 15 días y con una cara de felicidad enorme vio que podía correr. ‘Mamá puedo correr’, me decía con cinco años y el viento que le pegaba en la cara. Realmente fue una experiencia única para él y la quiere repetir y quiere el bipedestador que hizo Alejandro con motor”, relató con mucha alegría su mamá.

“Alejandro es un profesional excelente. No puedo ser muy objetiva porque realmente es un amigo, pero se ha puesto siempre en nuestro lugar”, es decir, el lugar de Gabriela Acosta y Santiago Cabada, los padres de Facundo que libran una lucha diaria con todo lo que implica la frase. “Lo que para nosotros era el fin del mundo: ‘¿cómo voy a hacer para pararlo y que esté contento?’. Para él, era un desafío nuevo y algo interesante para hacer. ‘Le vamos a poner la mesa con stickers de Mickey le vamos a poner cosas del Hombre Araña para que él se sienta contento –cuenta que le decía Alejandro Bisi– siempre con la iniciativa y la energía puesta en progresar y hacer algo mejor”.

Beneficios

Contribuye a “fortalecer los huesos de las piernas”. Quienes podemos erguirnos y caminar no tenemos ese problema. “Le damos peso a nuestras piernas para que los huesos se fortalezcan”. Sin embargo, “estos chicos que no caminan y no se paran, prácticamente nunca, necesitan tener algo que los bipedeste, que los mantenga parados en las dos piernas. Esto ayudó muchísimo no solo a fortalecer los huesos de las piernas sino también a tener una visión del mundo distinta”. Ellos –los niños con AME– tienen una visión del mundo distinta, desde otra perspectiva. “Poder estar parado, poder llegar a la mesada de la cocina y ayudar a amasar. Poder llegar a la mesa donde comemos todos los días, pero de otra manera, para jugar… bueno, un montón de cosas que para nosotros es algo común y que para un niño con una dificultad como ésta es, por ahí, un mundo y la salvación”, explicó esperanzada su madre.

“Facundo tiene cinco años. Está terminando el preescolar. El año que viene comienza primer grado. Gracias a Dios, y a quien sea en realidad, en diciembre de 2017 pudimos comenzar con el tratamiento. Después de un largo proceso judicial, 9 meses nos llevó la pelea, finalmente lo logramos. Gracias al tratamiento tiene una actitud frente a la vida completamente distinta. Se lo nota más feliz, más contento, come mejor. Tiene más ganas de todo. Duerme menos, está menos cansado”. La enfermedad provoca fatigas con mucha facilidad. “Facundo puede pasar muchas horas sin cansarse. Hace kinesiología de rehabilitación y kinesiología respiratoria cinco veces a la semana. Nadar lo ayudó muchísimo y le encanta. Está bipedestado por lo menos una hora por día. Estas actividades sin tratamiento eran realmente una fatiga muscular importante para él. Se cansaba, pero desde que está en tratamiento es otra vida. Ha cambiado notablemente su actitud frente a todo, en los cumpleaños de sus amigos. ‘Quiero ir al jardín’, ‘quiero hacer esto’, ‘¿hoy qué actividad tengo?’ Que hoy un chico con esta enfermedad te diga: ‘¿hoy qué actividad tengo?’ es todo. Aprendió a peinarse solo, agarra con las dos manos el cepillo. No lo podía hacer hace un año atrás. Pequeñas cosas que vemos. Se puede bajar solo de la cama. Quizás más adelante logre subirse. Y si no lo logra ya esta medicación que no es la cura, sino que es un tratamiento, pone un stop, pone una pausa en el avance de la enfermedad. Por algún problema respiratorio suelen morir con la tristeza no solamente de que la pasaron mal sino de saber que hay un tratamiento y que no hayan podido acceder. Realmente es terrible para el resto de las familias que lo están esperando y los que tenemos que seguir luchando para darle continuidad al tratamiento”, confió María Gabriela Acosta a Mirador Entre Ríos y se ofreció a compartir información y asesoramiento con personas que estén en su misma situación.

Página

“Todos x Facu Cabada” es la página de Facebook donde “se publican todos los avances y progresos y todo el cariño que la gente realmente siente por Facundo”, dijo su mamá.
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