Ezequiel Re
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Libros y más libros. Cada uno apuntando a públicos determinados. El mundo de los cuentos, las novelas o la poesía. Y dentro de ese mundo aparece el deporte. La Feria del Libro que se desarrolló en Paraná el pasado fin de semana sigue dejando mensajes. El más significativo es que el interés por leer no desaparece. Y hay público que sigue apostando al papel. Los distintos stands ofrecieron una alternativa variada, a la que no es ajena la literatura deportiva. Que nadie recuerda cómo se inició pero cada vez abre más su abanico. Aquí un muestrario. Pasen y lean.

Un templo del libro

Pedro Demonte sigue adelante con la empresa familiar. Su librería (El Templo del Libro, en la tradicional esquina de San Juan y Uruguay) lleva 81 años de actividad ininterrumpida. Contagia su optimismo al decir que “a pesar de los libros electrónicos se lee mucho más que antes, nada podrá superar al libro de papel, no es lo mismo tener un libro en la mano que estar frente a una computadora. Al libro lo podes llevar a cualquier lado, con la computadora si viajas y no tenés electricidad te quedas sin libro”. Sobre los inicios del negocio familiar, cuenta: “Mi padre empezó en tiempos que era bibliotecario del Instituto del Profesorado. Viendo que los alumnos no tenían libros, fue trayendo de Buenos Aires. Así empezó y armó la librería en el año 1937”.

En la Feria, Pedro presentó varios libros de deportes. “Tendrían que venderse más, no es masivo un libro de deportes, pero se consultan biografías como la de Manu Ginóbili, también de golf, tenis, muy especializados. De literatura deportiva sale mucho Eduardo Galeano”.

Pequeñas grandes historias

Llegado desde Buenos Aires, Daniel ofrece originalidad en su stand. “El fuerte de mi librería son los libros en miniatura. Estamos relativamente bien aunque en un contexto difícil para los productos que tienen un valor agregado como el caso nuestro que son libros artesanales, que se arman a mano y tienen un valor distinto a los libros normales. Son adquiridos por todo público, desde niños hasta mayores. Son para coleccionar, regalar. Para dar un caso, México es uno de los principales países que edita libros en miniatura. En los subtes se ve gente leyendo libros en miniatura, pero en la Argentina esto aún no sucede, aunque en todo tipo de actividad cultural o feria se ve un libro en miniatura”.

Daniel participó en varias Ferias del Libro “desde que se hacían en la plaza, e incluso antes, cuando se hacía en el Círculo Médico. Yo vengo desde esa época, desde Buenos Aires todos los años. A veces me va bien y otros regular. Mal nunca. Voy a todo tipo de ferias en el país”.
Sobre los libros con mayor venta dice: “En general apunto a un público masivo por eso libros de Maradona, Boca, River. El de Diego tiene muy buena salida. Es una biografía, el ABC de Maradona”.

El legado como estrategia

Rosana Pittia es la cara visible de la Librería del Ateneo de Paraná y también apostó a libros deportivos aunque en este caso habló de la buena repercusión de dos de ellos: Legado y El Principio de la Presión. “Legado en un principio fue de marketing deportivo –dice– pero luego se disparó mucho y se vende para quienes tienen que ver con marketing, liderazgo, coaching o demás. Es un caballito de batalla para quienes trabajan en gerenciamiento, liderazgo y con deportistas”. El autor es James Kerr, quien visitó la Argentina en 2017, y responde con 15 lecciones sobre liderazgo, que nos enseñan los All Blacks sobre la empresa de vivir”.

El Principio de la presión, en tanto, escrito por Dave Alred, se trata de técnicas para dominar el estrés, aprovechar la energía y ejecutarla cuando importa. “La presión es una constante en la vida. Presión para cumplir un plazo, dar un discurso, jugar una final. Pero, ¿cómo sería si pudiésemos aprovechar la presión para convertirla en ventaja?”, se pregunta.

También Pittia cuenta que “como la gente se vuelca mucho a correr trajimos libros de maratones. Además se vende Eduardo Sacheri (cuentos de fútbol). También es consultado un libro de Murakami muy interesante que se llama ‘De qué hablo cuando hablo de correr’ y compara el ejercicio de escribir con el ejercicio de correr. Es muy interesante y lo está llevando tanto la gente que escribe como la que hace deportes”.

Miguel Volcán Sánchez y la sana costumbre de la lectura

Uno de los visitantes a la Feria fue el reconocido técnico de básquetbol (ex Echagüe y Sionista entre otros), el uruguayo Miguel Arcángel Volcan Sánchez, quien tiene como buen hábito el ejercicio de la lectura. Últimamente lee Legado, y lo analiza: “El libro tiene algo que es muy importante. Gente que ya hizo historia y que la puede plasmar en letras. Es un material de consulta permanente. Hace muchos años que la gente busca el conocimiento o la mejora personal a través de lo que pueden contar personas de éxito. Yo sigo creyendo en el libro de papel, no en la pantalla de computadora”.

“De Legado –agrega– aprendí varias cosas. Siempre fui de leer y no marcaba los libros. Aprendí que el libro toma vida a medida que uno lo marca. Legado es de un entrenador que tomó a los All Blacks y cambió algunos principios de liderazgo y trabajo en equipo. Generó una nueva cultura en Nueva Zelanda. Uno va aprendiendo, tomando cosas. Todo evoluciona constantemente y la mejora es continua. Roberto Matosas (ex futbolista uruguayo y amigo de Volcan) me decía que la mente es como un paracaídas, funciona a medida que uno lo abre. El mundo va evolucionando y hay que estar a la altura”.

Manuel Podestá, el poeta del gol

¿Puede la poesía entreverarse en palabras con el deporte? En ese camino está Manuel Podestá, nacido en La Paz, en 1983, pero radicado en Paraná desde el año 2002. Y es en “La soledad del tenista eliminado” donde explora por los recovecos de las letras deportivas. El libro fue presentado en la Feria del Libro bajo la editorial Caleta Olivia. “El grito de un tenista pegándole a la pelota bajo las nubes de Sagitario. La Copa Davis a veces se parece al tenis y a veces no es tenis”, dice.
Textos risueños, cargados de melancolía y datos históricos que se mezclan. Rememora, por ejemplo, el aperitivo Marcela fabricado hasta 1994 en Concepción del Uruguay. “Una ronda del aperitivo para todos mientras miran Atlético Uruguay-River”. La memoria gira en ese memorable match que se disputó en 1984 por el viejo torneo Nacional. La poesía lo lleva a la cancha de Patronato. Titulado “Un pelotazo desde el fondo”, menciona: “Hola, estoy pensando que me entusiasma mucho más un pelotazo desde el fondo de la defensa de Patronato que un tema de Pink Floyd”.

También reflexiona sobre Chaco For Ever, el club de Resistencia que jugó en Primera A. “De noche la luna blanca se ve descomunal, su luz entra por las rendijas y da contra los bastones blancos y negros de mi camiseta de Chaco For Ever. Eso me da fortaleza para aguantar de pie el furor de la tormenta”. Podestá, un poeta que conviene leer.