Tomás Rico
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Juan Céspedes y Paola Martínez, vecinos del barrio Croacia Sur, un barrio popular ubicado en la zona de Bajada Grande de Paraná, hace siete años decidieron abrir las puertas de su casa para que funcione el merendero “Grillito Verde” al que asisten 180 chicos de Croacia Sur y de barrios aledaños.

“Al merendero lo iniciamos con mi señora (Paola) y pedíamos en muchos lugares para darle de comer a la gente, sobre todo a los más chicos, que son quienes más lo necesitan”, comentó Juan, quien vive en el lugar hace 15 años, en una entrevista con Mirador Entre Ríos.

Para los encargados del comedor cada vez está más complicada la situación, ya que las bocas que se acercan para recibir un plato de comida son cada vez más. “Hace un tiempo teníamos 15 familias a las que les dábamos de comer y ahora ya son 35. La tratamos de pelear todos los días y cuando no tenemos qué darles de comer nos sentimos muy mal”, señaló Céspedes y al mismo tiempo su esposa agregó: “Ya no nos alcanza para darle a todos los chicos, hay una gran demanda y cada vez crece más. De igual manera tratamos de salir adelante con la ayuda de los vecinos”.

Además de la alimentación, en el lugar la salud es otro de los desafíos. En buena hora, desde hace unos meses se acerca personal del hospital “Gerardo Domagk” para censar a los vecinos y controlar la vacunación. “Se acercan pediatras y nutricionistas para verificar la vacunación. Hay chicos celíacos, otros con bajo peso, por eso fue muy bueno que el hospital se haya integrado y es un gran apoyo”, mencionó Martínez.

Producción propia

Las familias que se acercan al lugar a merendar o a buscar su ración para el almuerzo o cena, ayudan en la cocina y también en el cuidado de la huerta que sembraron a pocas cuadras del comedor.

“Un día dijimos que queríamos tener una huerta sin saber nada de cómo hacerla. Limpiamos el terreno entre todos los vecinos porque estaba lleno de pastizales, trabajamos de sol a sol para poder sembrar”, indicó Paola y comentó que sembraron plantas de tomates, zapallitos, pimientos, y árboles de mandarina y naranja.

“Los más chicos del merendero ayudan a regar y al mismo tiempo aprenden un oficio que después pueden implementar en sus casas”, valoró Paola y comentó que ahora armarán un corral para criar pollos, los cuales ya fueron solicitados al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que enviará una primera tanda de mil aves.

También desde el merendero buscan enseñar otros oficios para empoderar a los más chicos y que sus mamás también aprendan otros oficios, por eso cada vez más organizan pequeños talleres, que van desde trabajos de pintura hasta de confección de almohadones.

Falta de obras

Al transitar las angostas calles de Croacia Sur el olor de las aguas residuales acompañan el zigzagueo de las estrechas casas. La falta de entubamiento y de servicios cloacales, es lo que más reclaman los vecinos, que consideran que hay un gran abandono y que hacen falta obras.

“Hemos pedido los tubos a la Municipalidad pero no tuvimos respuesta, solo pedimos los materiales y nosotros nos encargamos de la mano de obra”, dijo Juan y reiteró que no piden asfalto porque saben que sería mucho, pero al menos buscan que los ayuden con los materiales para el cordón cuneta.

La ayuda de la CTEP

Joaquín Cuscueta, referente en Paraná de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), trabaja junto a los vecinos de Croacia Sur para sostener el merendero. 
“Lo que trato de impulsar es el valor de la familia, por eso lo que hacemos con los comedores y merenderos es darle a una vianda a la persona que viene a comer para que lleve a su casa y comparta la comida con su familia”, expresó Cuscueta y remarcó que “de manera reconocida por Nación, es decir que nos manda mercadería, tenemos ocho merenderos en toda la provincia. Pero en Paraná con lo que podemos conseguir por intermedio de ONGs y otros aportes, tenemos 25 en diferentes barrios”.  

Cuscueta nació en Santa Fe pero de chico se radicó en la capital entrerriana, fue militar y ahora es embarcado. Sin embargo la vida le dio un revés y hace un año y medio su esposa se quitó la vida y quedó a cargo de sus dos hijos. “Después de eso decidí no viajar más y dedicarme a mis hijos que me necesitan y al trabajo social. Hay pocos que lo hacen de corazón, yo soy un pibe de barrio y sé como viene la mano. Lo que siempre les digo a los políticos es que nosotros no tenemos que ir al barrio, porque ya somos del barrio”, indicó el dirigente, quien al mismo tiempo criticó: “Muchos políticos envidian la cantidad de gente que tenemos y movilizamos. Yo no quiero que me den plata a mí, quiero que le den trabajo a los que trabajan en condición informal. Al que le gusta la guita que no se dedique a esto", remarcó.  

Para Cuscueta, la CTEP es una organización gremial independiente de todos los partidos políticos, y que representa a los trabajadores de la economía popular y sus familias. “Nuestro objetivo es poder contar con personería jurídica”, dijo.

Ley de emergencia social

“De esta ley surge el salario social complementario, es un complemento para los trabajadores que realmente no tienen el salario mínimo vital y móvil”, mencionó el referente de la organización en Paraná y detalló: “A nivel provincial hay más de 2.500 personas que cobran el salario social complementario que es de $6000”, y destacó que las personas, a cambio de la remuneración, trabajan cuatro horas diarias, “lo hacen en distintas tareas, desde barrenderos, ayudantes en comedores y merenderos, hasta algunos trabajan en la limpieza de arroyos o son ladrilleros”, mencionó y sostuvo que varios vecinos de Croacia Sur perciben este salario. 

Previo a esta organización, que llevó adelante Cuscueta desde la CTEP, la situación de los trabajadores informales estaba “descontrolada”. “En un momento se dieron programas por dar, algunos no hacían nada y cobraban igual”, recordó y para darle más formalidad a la situación Joaquín formó una cuadrilla de trabajadores informales, que está conformada por 25 hombres y 4 mujeres.

Barrios populares

Las viviendas precarias de chapa, madera, cartón o plástico emergen cada vez más en Croacia Sur, pero la situación se repite en miles de barrios que nacieron en terrenos fiscales en todo el territorio nacional. “En Paraná hay 35 asentamientos, se han hecho barrios en terrenos fiscales y municipales, en los cuales la CTEP trabaja y a través del Renabap (Relevamiento Nacional de Barrios Populares) y el Anses buscamos darles un certificado de vivienda a los vecinos para que sean reconocidos. Creemos que el futuro está en la base de todos los barrios”, destacó Cuscueta. Según las estadísticas del Renabap en la provincia de Entre Ríos existen 167 barrios populares.

“Hay cosas que están mal, pero ¿quién hace algo por esta gente que no tiene donde vivir?”, preguntó el dirigente y enseguida ironizó: “¿Vamos a fomentar vivir en la calle?, a nosotros nos da más fuerza para seguir luchando y que los funcionarios se den cuenta que ellos no son la escoria”.

Integración socio urbana

El gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial la ley 27.453 que declara de interés público el régimen de integración socio urbana de los barrios populares identificados en el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP) creado por decreto 358/2017.
En la Cámara de Diputados de Entre Ríos presentarán un proyecto para adherir a la ley nacional de integración socio urbana de los barrios populares y para crear el Programa Provincial de Integración Socio Urbana para regularización dominial y urbanización de villas y asentamientos informales.

Los proyectos de integración urbana que podrán comenzarse a planificar a partir de ahora deberán constar de acciones dirigidas a mejoras concretas en la infraestructura, el hábitat y el espacio público; las viviendas, el desarrollo socio-productivo y la seguridad.