Luis Gómez

Durante muchos años fue un gigante dormido al que vándalos apuntaron como blanco y casi lo convierten en ruinas. Hasta que la decisión de varios que lo habían usado como espacio de juego invirtió la situación.

Desde la entidad matriz del vóleibol paranaense se presentó una propuesta de reactivación del gimnasio del Parque Deportivo Escolar Enrique Berduc que se cristalizó en un convenio y, en poco tiempo, recuperó un espacio para el deporte de la capital provincial y la zona. Desde entonces, ha sido escenario de innumerables competencias locales y zonales, como también de la alta competencia nacional.

No solo eso. Es el reducto que siempre está disponible para el desarrollo de la gran base de practicantes del vóleibol, cuya resultante es la convocatoria de varios paranaenses a los procesos de selección argentina.

Siempre con presupuesto reducido y aspectos por mejorar, luce apto para la intensa exigencia a la que es sometido y sigue su curva evolutiva de mejoras, que mantienen la perspectiva de ser hábitat del deporte de alto nivel.

Redoblando la apuesta

Por estos días, el gimnasio del Parque Berduc es sede de las finales del torneo Oficial de la Asociación Paranaense de Vóleibol (APV) y se presenta a tono para la ocasión, con piso deportivo específico para la disciplina, tribunas en buen estado y potente iluminación. Todavía cuesta mantener la pintura de sus elevadas paredes y se lucha día a día con la suciedad de las palomas que anidan en los rincones más próximos al techo, pero el esmero está rindiendo frutos y todo indica que se llegó a la etapa previa de un cambio cualitativo.

“El año pasado hicimos una inversión importante en el piso del gimnasio, de modo de cubrir una superficie que cobije a equipos que disputen competencias importantes. Recientemente, la Municipalidad de Paraná concretó un apoyo comprometido, que permite continuar con la compra de ventiladores para brindar un poco más de comodidad en los días de calor”, detalló César Ruiz Moreno, presidente de la APV, a Mirador Entre Ríos.

“El gran proyecto es evaluar, involucrando en la decisión a jugadores y entrenadores, la mejoría en la circulación del aire. Si es así, avanzaremos sobre otro sector con un sistema de doble función (ventiladores extractores)”, anticipó.

En cuanto a la formación, se dará continuidad a la capacitación de los entrenadores, especialmente los de categorías inferiores; y en lo competitivo, acentuar el apoyo a las categorías Mayor y Sub 19, que son el espejo de las demás.

Buenas relaciones

En un descanso de la primera tanda de finales, el dirigente destacó el masivo acompañamiento popular.

“No es casual que se jueguen a gimnasio lleno. Se recuperó la tradición de realizar las finales de todas las categorías y eso es importante porque los más chicos ven a los grandes, mejora la relación y motiva a trabajar con el mismo horizonte de promocionar, desarrollar la disciplina e ir por mejores resultados”, analizó, animado.

La armonía entre los distintos actores ha trascendido las fronteras de la APV. Cada vez se estrecha más el lazo con la Asociación Santafesina (ASV), por el cual equipos paranaenses de ambas ramas y en distintas categorías intervienen en la competencia de la orilla de enfrente.

“La relación está dando muy buenos resultados. Allí también tenían problemas con la competencia masculina, mientras que en la femenina conservan su gran volumen competitivo”, explicó.

Custodio del crecimiento

La dirigencia eligió hace más de una década al Parque Berduc como su ámbito de desarrollo y lo hizo con criterio sustentable. Ruiz Moreno, uno de los artífices del convenio de 2006 (ver recuadro) lo explicó: “Paraná ha crecido mucho demográficamente pero tiene la misma cantidad de clubes. Por ende, hay muchas más personas compartiendo los mismos espacios y también hay más práctica deportiva en los mismos lugares. Por eso hay clubes que no tienen adónde competir”.

“Eso significó el gimnasio del Parque Berduc: ser un auxilio para todos los clubes de Paraná”, insistió, antes de trazar una analogía final.

“Las personas sueñan con trabajar para tener su casa. Pues bien, la familia del vóleibol ha hecho mucho por este gimnasio, en diversos aspectos, y por eso lo siente como su hogar y lo cuida como tal”, finalizó.

Primer reto, superado

El “haber” y el “debe” de 2018 arrojan saldo positivo para la gestión que comanda Ruiz Moreno en distintos tópicos. En lo institucional, se ha recuperado la interacción con distintos estamentos gubernamentales y hasta con las instituciones afiliadas.

“Trabajamos en lo mismo y en forma mancomunada. Por ejemplo, teníamos un gran desafío en la recuperación de la actividad masculina –que caía en picada– y con la ayuda de los clubes, que redoblaron su apuesta para contener a sus jugadores y captar a nuevos, se logró. Hoy tenemos competencia en todas las categorías de la rama y hasta se sumaron equipos de Sub 12”, contó, reconfortado.

Otro indicador de esta recuperación es que la APV, chica en el contexto nacional por cantidad de afiliados, estuvo cerca de alcanzar un hito. “A las plazas ganadas por Paracao y Echagüe en la Liga Argentina A2 masculina por poco no se suma la de Paraná Rowing”, dijo sobre el conjunto Remero, que trepó hasta la definición del nivel B1.

“También queremos felicitar a los equipos que, tras jugar la Liga Provincial, llegaron a las Copas Argentinas de Clubes”, agregó Karina Bertoni, la secretaria de la Asociación Paranaense (APV). Enumerándolos, destacó a: “Las Sub 19 de Echagüe (terceras a escala nacional) y Paraná Rowing; y los mismos clubes en Sub 15 femenina; más las Sub 17 y Sub 13 de Echagüe (no asistieron por falta de presupuesto). En la rama masculina, a los Sub 19 de Paraná Rowing y Paracao y a los Sub 17 de Echagüe”.

En cuanto a las deudas, resta integrar al maxivóley y al newcom (modalidad para adultos mayores), como ya se está logrando desde la Federación Entrerriana (FEV).

“Que la familia esté completa es muy importante para el desarrollo de todos. Especialmente para sumar nuevos dirigentes y nuevos aires de proyectos y trabajo”, consideró el titular de la APV.

Un acuerdo bisagra

El 14 de junio de 2006 se firmó un convenio entre la asociación cooperadora del Parque Deportivo Escolar Enrique Berduc y la Asociación Paranaense de Vóleibol (APV). Allí se especificaba que la entidad propietaria del lugar cedía la infraestructura del gimnasio cubierto para que puedan disputarse competencias oficiales de vóleibol los fines de semana y días feriados. A cambio, la entidad rectora deportiva debía acondicionar el lugar.

Las obras se llevaron adelante y en poco tiempo el gigante recobró vida y esplendor. Se restauró cada sector roto de las tribunas, niveló la superficie de juego y realizaron desagües, entre las obras principales; más adelante, se recuperó un espacio para utilizarlo como albergue deportivo.

Eso motivó que el vínculo se extendiera en el tiempo, llegando a un presente en el que el edificio tiene un aspecto muy distinto, que todavía puede ser mejorado.