Pedagogías alternativas

Una joven impulsa la educación desde la ecología en La Histórica

“La guarida de superhéroes” es un proyecto de enseñanza que mezcla el juego, la imaginación y la conciencia ambiental. Kathy Sánchez llegó desde Chubut a Villa Mantero, pueblo cercano a Concepción del Uruguay. Ya tiene su “aula ecológica” en el barrio 192 Viviendas, en la ciudad cabecera departamental.
01-02-2019 | 18:25 |

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‘Kathy’ Sánchez vive con su familia de su propia cosecha y sus animales.



Eugenia Delorenzi
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Usualmente dicen que la juventud, es la que está perdida. En este caso, hablamos de una joven que enseña a los más pequeños a través de un taller que dicta en distintos puntos del país, a puro pulmón y autogestión desde hace pocos años.

Kathy Sánchez Maquiavelo tiene apenas 25 años. Es una joven oriunda de Capital Federal, y que movida por su interés de conocer y transmitir alternativas pedagógicas llegó al sur del país, recorrió varios lugares aprendiendo de la naturaleza, cambió totalmente su estilo de vida. Hoy se encuentra lejos de la gran ciudad, y con su familia de regreso al campo, en Villa Mantero, un pueblo del Departamento Uruguay, ubicado a 50 kilómetros de Concepción del Uruguay.

En diálogo con Mirador Entre Ríos, Kathy relató su historia: “Me crié en Capital Federal, pero toda mi familia: padre, madre hermanos y primos son todos de la zona de San Justo, Basavilbaso y
Villa Mantero (Departamento Uruguay). Mis padres cuando nos tuvieron a mis hermanos y a mí se mudaron a Capital para que vayamos a la escuela”.

Respecto de su acercamiento a la ecología dijo: “A los 20 empecé a viajar y en 2015 fui a la Patagonia en búsqueda de nuevas alternativas pedagógicas. Ahí conocí sobre la Permacultura, la construcción natural, la huerta y ecología que viene todo de la mano. Aprendí mucho en lugares de voluntariado, donde podes quedarte ofreciendo algún trabajo a cambio de aprender, comer de ahí, y todo. En ese entonces mi familia seguía viviendo en Capital y yo venía hablando con ellos sobre cómo se venía la economía y la necesidad de volver al campo a hacer lo que hacían sus abuelos y los míos. Al principio ellos no lo veían como algo posible. Mi padre era taxista, mi madre empleada de comercio y las cosas poco a poco se fueron dando”, y resumió: “Salió eso: vender el taxi, vender un terreno viejo en San José y compramos uno en Villa Mantero donde tuvimos que trabajar muchísimo para acondicionar el lugar, la tierra y la casa”.

Un cambio de vida

Lo que Kathy había aprendido de vivir en armonía con la naturaleza, hizo que sus padres tomaran en cuenta esta posibilidad de regresar al campo. Este “empezar de nuevo” para la familia significó que desde la mudanza en mayo del 2018, los primeros meses fueron de limpiar. Luego, empezaron a llegar los primeros animales: ovejas, gallinas y chanchos. “Ahí fuimos preparando la tierra para sembrar”, señaló.

Enfrentar los miedos ante un cambio en la vida es un proceso que las personas atraviesan por lo menos alguna vez en sus años de existencia. Pero dar el paso y dejar todo por una posibilidad nueva es algo a lo que no todos se animan.

“Lo que más cuesta de tener que dejar las costumbres de la ciudad, es que uno piensa que toma riesgos, que si algo le va a salir mal o si algo le va a faltar. Tal vez la preocupación por la inversión que se hace. Pero al final te das cuenta que tenés todo a mano. Si no tenés plata para la garrafa, está lleno de madera para la leña, fuego, calor no te va a faltar. Lo mismo con todo lo que te da la naturaleza”, detalló Kathy y explicó: “También ves otra forma de vida. Con mi papá hablábamos que en Villa Mantero la gente no está esperando ‘chuparte la sangre’. La gente es más relajada, más pacífica. No es gente que quiere sacarte provecho”.

Nueva forma de enseñar

Este camino que inició Kathy, no solamente tiene que ver con una transformación de vida a nivel personal o familiar, sino que estas experiencias la llevaron a transmitir sus conocimientos y conciencia ambiental a numerosos niños y a quienes la rodean.

Consultada sobre el inicio de su proyecto, “la guarida de superhéroes”, dijo: “Cuando me introduje en este mundo me di cuenta que todo venía de la mano (Permacultura, construcción natural, huertas, cocina) y en este viaje que fue para un aprendizaje de pedagogías alternativas, vi todo eso. Entonces creé un proyecto infantil, que tuve la oportunidad de hacerlo en varias provincias”.
Siempre como un proyecto autogestivo y viajando siempre de manera particular y sin rédito alguno, la joven tuvo la oportunidad de compartir este taller.

“Cuando me encuentro con los más chicos les digo que los adultos están equivocados, que hacen guerras, que contaminan el agua y la tierra, y que nosotros nos tenemos que convertir en superhéroes. Les cuento que mi nombre es Arco iris, que mi poder es la telepatía y mi habilidad la teletransportación y los invito a ellos a crear una súper identidad, se ponen un nombre, piensan cuál quieren que sea su poder, su habilidad y vamos creando entonces en el taller estas súper identidades con actividades artísticas que ayudan a construirla: antifaces, juegos de obstáculos para crearse las capas, pintamos y dibujamos. Hacemos plantines, vemos qué sucede con las semillas, hablamos de la necesidad de seguir plantando árboles”, relató.

Respecto de lo pedagógico señaló: “Este arquetipo de superhéroe, desde un aspecto pedagógico, ayuda a reforzar la personalidad del niño, a sentirse fuerte y de ayuda a los demás, que me parece que es muy vital, más en esta época que se ven tan influenciado con lo estético, que se preocupan de muy chiquitos por cómo se ven y va todo por ahí, de convertirse en la mejor versión de uno mismo”.

Acciones

Otras de las tareas que hacen en el taller, es, por ejemplo, utilizar de tacho de basura botellas de plástico. “Ponemos todo lo que nos sobra de plásticos, papeles, goma eva y les cuento que cuando uno rellena esa botella y la deja muy compacta puede transformar esa botella en un ladrillo ecológico. En las construcciones de permacultura se utilizan como ladrillos porque aíslan la humedad, el agua, y la pared se rellena luego con barro y paja que es lo tradicional en la permacultura, pero ya se están usando todo el mundo estos ladrillos y construcciones. Y lo que les digo también es que así, de esta forma, esa basura no termina en el agua, o prendida fuego y los restos van a la capa de ozono”, explicó y resaltó: “Yo haciéndome un poco ‘la payasa’ les digo que
no se degrada en cien años, lo dramatizo y ellos entienden. Separamos también los papelitos y hacemos papel reciclado. Las cáscaras las usamos para hacer compostaje”.

El proyecto en La Histórica

Con este mecanismo de enseñanza, de carácter autogestivo, y que es posible a través de colectas y muy a pulmón, con viajes a dedo tal como cuenta Kathy, recorrió varias localidades.
En este sentido contó: “Arrancó en El Maitén, en Chubut, a pocos kilómetros de El Bolsón, luego viajé y entre mayo y junio de 2017 lo hice en San José. Seguí para Misiones a una escuela de frontera que yo visitaba antes. Y de ahí me mudé a Puerto Rico que es un pueblo fronterizo con Paraguay, donde hice el taller en un hogar para niñas que pertenece a una fundación alemana. De ahí surgió la posibilidad de ir a Santa Cruz porque me apadrinaron y ahí la Guarida funcionó en un centro comunitario. Lo mejor que me pasó es que cuando me fui de ahí se formó un grupo de docentes y una trabajadora social, donde siguió funcionando”, valoró.

Este recorrido por el suelo argentino, de norte a sur, ahora le tiene a la educadora ecológica en Villa Mantero y comenzó el proyecto en Concepción del Uruguay. “Nunca pensé dejar el proyecto, estaba en suspenso porque había que dedicarle energía y lo comencé en Concepción del Uruguay”, contó.

Empezar en un lugar estratégico

“La guarida de superhéroes” tiene lugar en el barrio 192 Viviendas de La Histórica, barrio conocido nada más y nada menos como: “ex
basural”.

“Fui al barrio 192 Viviendas. Ahí hablé con un grupo de personas que daban talleres y justo empezaban el receso y me contactaron con una señora que vive a pocas casas del SUM del barrio que me dijo que sí, me dio la llave y empezamos”, indicó la joven y agregró: “Y ahí justamente se ve todo. Lleno de basura, mucha basura enterrada y mezclada con la tierra. Por lo que observé hay mucha gente que labura de cartonear en el barrio”.

En este contexto de enseñanza, la bonaerense detalló que cada actividad que se realiza con los chicos resulta sumamente divertida para los niños de todas las edades y que, mientras se van dando las posibilidades y herramientas, van avanzando en distintos temas.

Consultada sobre qué materiales pueden serle útil, ella respondió: “Juntamos materiales artísticos: papeles blancos, lápices, cartones, papeles de colores, goma eva, telas, cinta. Si alguien tiene oportunidad de hacer fotocopias o conseguirlas más económicas también sirve. El hilo encerado lo utilizamos para hacer macramé, entre otros materiales para actividades artísticas, nos sirve. También tenemos pensado comenzar las actividades de huerta, siembra entre otras cosas, así que lo que vean útil nos sirve. Juguetes no por favor, porque se trata de un taller para crear, imaginar y potenciar lo que ellos pueden hacer. Materiales artísticos, todos”, concluyó.

Contacto

Para contactarse con Kathy, quienes estén interesados en sumar al proyecto pueden hacerlo contactándola a través del: 3442–516232. Y a través de la página de Facebook: “La Guarida - Movimiento de niñes con Super Poderes”.
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