Economía en aprietos

Mefro Wheels: de una empresa modelo a cerrar por completo

La triste historia de cómo se terminó una fuente laboral para cientos de personas en la zona sur de Rosario.

12-02-2019 | 9:09 |

Desactivada. La fábrica de Ovidio Lagos al fondo que supo ser referencia en el país.
Foto:Archivo
Ignacio Pellizzón
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"Finalmente, la fábrica Mefro Wheels volverá a abrir sus puertas. Tras largas idas y venidas, la firma Cirubon S.A. será la responsable de hacerse cargo de la empresa como de los 170 trabajadores. Cada uno de ellos recibirá una suma de dinero e, inclusive, la opción a continuar reclamando la indemnización correspondiente”, fue lo que se anunció en abril de 2017 en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Rosario con aplausos y sonrisas. Pero, nuevamente, el sueño terminó en una pesadilla.

Mefro Wheels era la única empresa en Argentina que fabricaba llantas. La firma, que se encuentra ubicada en la zona sur de Rosario, empleaba a más de 170 personas y abastecía a todo el mercado nacional. Con trayectoria y reconocimiento, la fábrica de capitales alemanes se había posicionado como un ejemplo a seguir en tecnología, procesos y tecnificación. Sin embargo, pareciera que todo lo bueno que hay en el país no durara y, casi siempre, por desidia.

Qué pasó
Los primeros meses del 2017 fueron el inicio del fin. La firma comenzó el nuevo año con falta de materia prima y recursos económicos para continuar produciendo las 100 mil unidades mensuales destinadas a las automotrices: Fiat, Ford, General Motors, Mercedes Benz, Renault, Volkswagen, Toyota y PSA Peugeot Citroën, generando temor en los 170 empleados que en ella trabajan.

Frente a la lamentable situación los trabajadores, nucleados en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), se acercaron al Ministerio de Trabajo de la Provincia para intentar encontrar una solución al conflicto dialogando con el Ministro provincial, Julio Genesini, aunque la audiencia culminó en cuarto intermedio.

Al no contar con los materiales para trabajar, durante el receso, la empresa tuvo que cesar sus operaciones hasta tanto no obtuviera una inyección de dinero para poder comprar la materia prima que les permitiese continuar funcionando.

Por falta de respuestas y con la incertidumbre a flor de piel, los trabajadores tomaron la drástica pero necesaria decisión de acampar en la fábrica para visibilizar el problema y evitar un posible cierre de la firma, que depende de capitales alemanes.

¿La esperanza?
Entre las posibilidades que se barajaban, la salida más sólida, según la UOM, era lograr un crédito con apoyo provincial de 7 millones de pesos para comenzar a producir unas 600 mil llantas que están comprometidas a automotrices en el país en este 2017.

Por la falta de interés de los titulares de Mefro Wheels, es que tomó cada vez más fuerza el rumor de que la intención de los capitalistas era aplicar una política de vaciamiento para cerrar definitivamente la fábrica, descontando que 170 familias se verían desempleadas y en la calle.

Desde la cartera de Producción, señalaban que el control de la firma lo tiene un fondo financiero alemán llamado “Thor Schifffahrtsgesellschaft mbH”, ubicado en el centro oeste alemán, a unos kilómetros de Frankfurt. Además de la planta en Rosario, tiene tres en Alemania, una en Francia, Turquía, Rusia y China.

Entre tantas idas y venidas, una de las opciones que se arrojaron sobre la mesa de negociaciones, fue transformar a Mefro Wheels en una cooperativa, aunque rápidamente se descartó la posibilidad tanto por el gremio como por sus trabajadores, quienes veían en la empresa una viabilidad firme.

Tras el cuarto intermedio, parecía que las buenas noticias arribaban a los hogares de los 170 trabajadores. Es que luego de la reunión entre los empresarios de origen alemán, representantes del Ministerio de Trabajo de la Nación, y los ministros provinciales de Producción, Luis Contigiani (en aquel momento) y de Trabajo, Julio Genesini, habían logrado destrabar el conflicto en la fábrica de llantas o eso parecía.

Los empleados aceptaron que el dinero que tenía como destino el pago de quincenas adeudadas se utilice para comprar materia prima. Parte del dinero proviene de un aporte que decidió hacer el gobierno provincial para tratar de morigerar la situación.

Sin embargo, la preocupación continuó latente entre los trabajadores, que además de realizar un esfuerzo económico para no perder sus puestos de trabajo, esperaban que la firma alemana recapacite y vuelva a girar los fondos necesarios para que Mefro Wheels vuelva a operar al 100%, algo que finalmente no sucedió y culminó con el pago del 60% de la indemnización de los 170 trabajadores para darle un cierre definitivo a la fábrica.

Una luz que encandiló
En el medio de la oscuridad se encendió una pequeña llama. La buena noticia se cocinó una mañana de 2017 en una reunión llevada a cabo en el Ministerio de Trabajo de la Nación nodo Rosario, de la que participaron referentes de la provincia de Santa Fe, gobierno nacional, UOM y trabajadores, en la que se acordó la reapertura de la fábrica contemplando todos los derechos adquiridos de los trabajadores. Mefro Wheels iba a reabrir sus puertas.

La empresa Cirubon S.A. tomó posesión del predio donde está la empresa en calle Ovidio Lagos al 4.400, a través de un contrato de alquiler con opción a compra. Es decir, que la compañía de Ricardo Cicarelli alquiló el espacio que, todavía pertenece a los capitales alemanes, y se incorporaron en principio 100 empleados.

El acuerdo entre todas las partes contempla una suma de 91 mil pesos para los 170 empleados, incluyendo la posibilidad de continuar con el reclamo de la indemnización correspondiente. Los fondos provenían de aportes que realizaban en conjunto tanto Nación como Provincia.

El resto de los empleados, según indicaron en su momento desde la UOM, serían reubicados en otras empresas para que pudieran volver a trabajar sin perder ninguno de sus derechos adquiridos. Cada uno de los 170 trabajadores conservaría sus convenios colectivos de trabajo tal cual los mantenían antes de que la fábrica cerrara (antigüedad, aportes, etc.). Ése era uno de los puntos clave que el sindicato había expuesto sobre la mesa de negociaciones como condición sine qua non.

Pero... nada de todo esto sucedió. La empresa intentó volver a funcionar, pero con llantas que ingresaban al país a menores costos, se volvió una tarea imposible. “La desidia del Estado de no colaborar en poner restricciones a las importaciones, de modo que la empresa pueda volver a trabajar y recuperar sus proveedores, sumado a malas estrategias aplicadas por la gente de Cirubon, generaron que la fábrica hoy esté vacía y los 170 trabajadores haciendo lo que puedan para subsistir, mientras luchamos con los alemanes por sus indemnizaciones”, detalló a Mirador Provincial claramente el abogado de la UOM, Pablo Cerra.

De este modo, se cierra otra parte de la historia industrial del país y más de 150 personas que creían que iban a jubilarse trabajando en la fábrica a la que le entregaron su vida se encontraron en la calle, sin su juventud, sin su fuerza, olvidados y con una tonelada de recuerdos de lo que supo ser un emblema nacional y hoy es sólo un inmueble que ocupa un terreno en Ovidio Lagos al fondo.

De este modo, se cierra otra parte de la historia industrial del país y más de 150 personas que creían que iban a jubilarse trabajando en la fábrica a la que le entregaron su vida, se encontraron en la calle.


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