Belén Fedullo
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A comienzos de semana y luego de dos “tractorazos” en Chajarí, los productores de citrus de Entre Ríos decidieron sumar 10 mil kilos de cítricos al frutazo que se llevaría adelante en plaza de Mayo. Fue así que el pasado martes llegaron a la Capital Federal en camiones con parte de la producción, para mostrar y dar a conocer la situación junto con productores de manzanas y peras, del sur.
Aunque en la protesta no obtuvieron respuestas por parte del Ejecutivo nacional, legisladores prometieron ayudarlos y este miércoles la cámara de Diputados dio media sanción a la declaración de Emergencia para el sector citrícola de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Jujuy y Salta por el término de un año.

Regalar mercadería para visibilizar el conflicto

Los productores que se sumaron al frutazo del martes aseguran que la postal de la Plaza de Mayo era la de un lugar en crisis, mostrada del lado de quienes llevan la fruta a la mesa, y por otro, por quienes necesitan los alimentos y se agolpan para llevárselos gratis.

Fernando Borgo, tesorero de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier), contó: “Fue una jornada intensa y gracias a Dios dentro del marco de mucha tranquilidad y orden, como pretendíamos, sin causar malestar a nadie y entregando cerca de 10 mil kilos de citrus y 10 mil de manzanas y peras del sur a la gente que se acercaba”, y explicó: “Con eso tratamos de manifestar un poco la realidad de la problemática de las economías regionales, donde hay una marcada falta de rentabilidad hace un tiempo bastante largo”.

Borgo también destacó que tienen comunicación con referentes de las economías regionales “porque creemos que necesitan un plan productivo o estratégico de parte del gobierno hace mucho tiempo, y que englobe a las economías regionales y las reúna en todas sus cualidades generales, porque la problemática es general a todas. Por lo menos hay una problemática estructural común más allá de las particularidades de cada una”, expresó.

Sobre el precio de mercado de las frutas, el tesorero se exculpó y dijo: “No tenemos la culpa que hoy estén pagando 30 ó 40 pesos el kilo de naranja en cualquier ciudad y nosotros los productores recibamos menos de 3 pesos. Hasta donde pudimos constatar, el Estado tiene una participación de mas del 50% en esa brecha y quisimos hacer visible esa realidad”.

Gran convocatoria, ante un problema de larga data

La recepción por parte de la gente que pasaba por la plaza fue sorprendente, según explicó el productor. “Es que estábamos regalando fruta en una situación económica tirante”, consideró. Según su descripción, había gente de todos los estratos sociales, especialmente mucha gente humilde, mayor y con niños. En total, entre cítricos, manzanas y peras había casi 25 mil kilos de fruta, así que según un cálculo rápido hecho por los citricultores, se habrán llevado 4 kilos por persona, lo que sirve como indicador para entrever que fue mucha la gente que pasó por la plaza de mayo.

El problema del sector no es nuevo, desde 2001 en adelante no mejoró estructuralmente la situación, porque según los productores “no se buscaron las soluciones”. “Si bien hubo altibajos en la situación económica, todavía no se ha cambiado el hábito de consumo en el país a uno mucho más saludable, entonces todavía estamos produciendo poco para nuestra gente y cuando la situación económica se complica la gente deja de consumir la fruta porque es un lujo”, aseguró Borgo.

Sobre las respuestas por parte del gobierno, explicó: “De la parte ejecutiva ministerial, no tuvimos llamados. Los estamos esperando porque creemos que hicimos visible una problemática que estamos planteando desde hace mucho tiempo. En los ámbitos que tiene que hacerse esto no ha sido entendida así la situación, aunque los legisladores del justicialismo se preocuparon por atendernos y escuchar el reclamo”.

Luego de varios años, los productores necesitan saber qué respuestas pueden ofrecerles al reclamo. De hecho, aseguran que la comisión de economías regionales del poder legislativo empezó a saber sobre el tema el año 2016 y también hubo reuniones en 2017, pero desde el poder Ejecutivo no dieron ninguna satisfactoria.

“Estamos tratando de agotar las instancias de negociación, de diálogo y trabajo. Venimos sentándonos en mesas productivas desde hace mucho tiempo, pero dijimos que si las mesas no son para solucionar los problemas no tiene sentido sentarnos a conversar”, indicó el tesorero de Fecier y dejó entrever su disgusto: “En algún momento el sector productivo confió en un discurso que hablaba de un cambio, donde se planteaba una reforma laboral, una restructuración tributaria que era lo que pedíamos al gobierno anterior y hoy vemos que de eso que dijeron no cumplieron nada, entonces los sectores productivos se van molestando y nosotros nos debemos a nuestras bases, por eso vamos a hacer las gestiones e intentamos buscar las soluciones, así que por ahora estamos en alerta y movilización”.

Como conclusión, advirtió: “Nosotros tenemos un costo de producción y el productor esta recibiendo menos de 3 pesos. Lamentablemente ya no tenemos más espalda, no hay financiamiento, no hay inversión, no hay productividad y nos metemos en un circulo vicioso que hace que se vaya perdiendo rentabilidad continuamente y si esto no cambia no se en dónde vamos a terminar”.

Sector en emergencia

El miércoles, en la sesión de la Cámara de Diputados, la legisladora concordiense Mayda Cresto presentó el proyecto de ley que dispone la Emergencia Citrícola para Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Jujuy y Salta por el término de un año, decisión que fue aprobada con 146 votos a favor y ninguno en contra.

“El sector citrícola está atravesando una crisis que está agudizándose día a día, por lo que necesita, de manera urgente, de una herramienta para resolver esta situación”, indicó la Diputada durante la sesión, y argumentó previo a la votación: “El sector citrícola se ve perjudicado por factores como la caída del consumo interno, la disminución de las exportaciones, la apertura indiscriminada de importaciones, los altos costos internos de producción, la imposibilidad de acceso al crédito por las altas tasas, la alta presión impositiva, y la amenaza constante del HLB (enfermedad del citrus), que asociaciones citrícolas, gobiernos provinciales y municipales, junto con el SENASA, luchan por prevenir”.