Entrevista con el nuevo decano de Medicina de la UNR, Jorge Molinas

“Hay que darle más importancia a la formación académica del estudiante”

Para los votantes que lo apoyaron es el decano de “los graduados, docentes y alumnos” y no “el de las corporaciones”. Sus nuevas pautas de conducción.
06-05-2019 | 12:11 |

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Molinas. “Con toda franqueza, en nuestro grupo hay mucha diversidad y nos unió un poco la problemática actual, por lo tanto, no pudimos charlar esta cuestión aún”. Foto: Mirador Provincial.


Ignacio Pellizzón
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Se llama Jorge Molinas, tiene 43 años, es alergista, está casado y tiene dos hijos. Fue electo hace dos semanas decano de la Facultad de Ciencias Médicas por la lista “Recuperar la facultad” tras 12 años de hegemonía de la lista “Frente Independiente”, que lideraba el ex decano Ricardo Nidd.

Para los votantes que lo apoyaron, es el decano de “los graduados, docentes y alumnos” y no “el de las corporaciones”, como le dicen al conjunto de instituciones como: Colegio de Médicos, Arte de Curar, Asociación Médica, entre otros.

Molinas se propone ser un decano dialoguista y pacifista. Planea impulsar muchos cambios en materia académica y no le esquiva a los temas más polémicos y conflictivos de la facultad. Además, tiene intenciones de trabajar junto con las autoridades de las UNR, aunque -como lista- no se posicionaron ideológicamente.

Si bien se dice que “el decanato en Medicina lo ganó el Alde”, Molinas es claro y conciso en que entiende que es una agrupación estudiantil que los “apoyó” y que “coincidieron” con sus propuestas, pero es contundente frente a la pregunta: “Claramente no somos el Alde”.

— ¿Qué cambios piensan llevar a cabo?
— Nuestro grupo es muy heterogéneo, pero con algo común: todos somos activos docentes en la facultad. Me refiero a que siempre hemos estado trabajando y durante mucho tiempo nos llamaron la atención ciertas cuestiones que tienen que ver con el manejo académico sobre todo y los planes de estudio con poca revisión, algunas problemáticas de cada carrera, pero en general la coincidencia era “hay que darle mucha más importancia a la formación académica del estudiante”. Por ejemplo, en la escuela de medicina hay un plan de estudio que tiene ya 18 años y nunca fue revisado. También queremos recuperar los espacios de la práctica profesional, reestructurar el plan de estudio, armarlo in crescendo, incluir más prácticas y modificar los exámenes -sobre todo los que están en los primeros tres años de la carrera- que tienen problemáticas de inequidad, mesas muy largas para los estudiantes; en fin, tenemos la idea de manejar esto con el cogobierno universitario, es decir, que los estudiantes también puedan votar en Consejo Directivo junto con los docentes. Esto fue en los últimos años dejado de lado.

En Fonoaudiología ha quedado un plan muy antiguo, que es otra de las facultades que tiene la carrera de Ciencias Médicas. La idea es tratar de modernizarlo. Por su parte, Enfermería tiene un plan nuevo bastante interesante, pero ahí ya tenemos una mirada más enfocada en cómo se puede aplicar, porque es muy nuevo y como todo lo nuevo hay muchos temores y los docentes están bastante sobrecargados. También queremos que haya escalafones permanentes para evaluación del docente a la hora de llegar a competir por un cargo, es decir, la posibilidad de acceder a cargos hoy en día se hacen por interinato, con lo cual no hay un manejo común de la forma de evaluación y aspiramos a un manejo único de puntajes, que esté publicado en la web como hacen otras instituciones y que rápidamente se intenten los concursos externos, los cuales son los más idóneos para ingresar a la carrera docente. La ventaja entre el concurso y el interinato es que el primero está evaluado por muchas partes, por lo tanto tiene un evaluador no docente, otro graduado, otro estudiantil y tres -depende del caso- evaluadores que son docentes. Es la forma más transparente de hacerlo.

Otro de los puntos importantes tiene que ver con los posgrados. Hay muchos y que están en diferentes etapas: evaluación ministerial, otras aprobadas, otras en vía de aprobación, otras que no se dictan como carreras universitarias, sino que las toma el Colegio de Médicos -que nos son posgrados sino habilitaciones profesionales con matrícula-, entonces con este sistema tan disperso surgen muchos problemas. Hay muchas propuestas: la más importante es centralizar un cuerpo docente con prestigio para las evaluaciones ministeriales que pueda tener competencia en diferentes áreas y permita que las carreras puedan tener algo en común. Esto es muy impulsado por los Graduados por Derecho a la Salud, quienes se encuentran padeciendo este sistema.

— Un punto que genera siempre polémica es el ingreso irrestricto, es decir, sin examen de ingreso a la facultad, ¿usted está a favor o en contra?
— Nosotros estamos a favor. Nuestra postura coincide con la de estudiantes y graduados que es la de apoyar el ingreso irrestricto.

— La principal queja al respecto es que la infraestructura de la facultad no da abasto con la cantidad de alumnos que ingresan todos los años, ¿cómo planean resolver este conflicto?
— Nosotros creemos que los estudiantes tienen derecho a cursar la universidad. Es la mejor forma de garantizar que los sectores más bajos puedan estudiar. Es una posibilidad que debe estar. La infraestructura actual está un poco desaprovechada y no está armada, tal vez, para esta situación de ingreso amplio, porque es cierto que el año pasado ingresaron 4.000 alumnos. El sistema de aulas fue construido para el Plan 2001 y, en ese momento, el plan tuvo un intento de ingreso restrictivo, pero que se frenó. Entonces la cuestión edilicia quedó con salones chicos y hay unos 1.100 docentes trabajando, con lo cual creemos que con estas cifras se puede hacer un intento de trabajo, pero vamos a tener que hacer un reclamo a las autoridades por más recursos.

— Es decir que hoy cuentan con un docente para unos 30 o 40 alumnos...
— Por la cuenta que nosotros hicimos, más o menos sí, sumado a trabajadores ad honorem aunque esto no pueda seguir sucediendo porque se propuso terminar con esto. Planteamos una reestructuración edilicia acorde a lo que se recibe, no a lo que pensamos que es mejor. Porque nosotros podríamos pensar en trabajar en grupos chicos, pero ese docente con 30 alumnos en un espacio reducido es complicado. También planteamos la reasignación y redistribución de los recursos docentes, porque hay mucha gente y muy buena y la tenemos toda muy dispersa. La idea es armar una redistribución justa.

Este ingreso impresionante de alumnos se ve sobre todo en primer año y después se reduce. Pero nosotros vemos, por las fallas que estamos detectando en los planes de estudio, que también hay una deserción importante que nos parece injusta. Hay mesas de exámenes con porcentajes muy elevados de reprobados, por lo tanto, creemos que es todavía posible mejorar esto, evitar el desgranamiento y aún así trabajar con los recursos que tenemos y defender el ingreso irrestricto.

Extranjeros
— Otro tema polémico tiene relación con la cantidad de estudiantes extranjeros, ¿cuál es su posición al respecto?

— Nuestra posición es que estamos de acuerdo con el ingreso de extranjeros a la facultad gratuita e irrestricto, porque somos defensores de las reglamentaciones vigentes. Hay una reglamentación que maneja la Universidad y hay una Mercosur que, también, plantea el hecho de que los estudiantes pueden ir a facultades de otros países y aggiornarse a las reglas de dicho país. En este sentido, nosotros lo que planteamos es que es un tema que compete a UNR en su conjunto y a cuestiones gubernamentales y de convenios hechos entre países, por lo tanto, recibimos a los estudiantes de la misma manera.

— La mayor queja es que los argentinos reciben estudiantes del exterior que pueden estudiar gratuitamente, pero no es recíproco con los estudiantes nacionales que se van a seguir alguna carrera a otros países. O que los egresados extranjeros deberían trabajar en Argentina a modo de devolución por la formación dada, ¿qué piensa sobre este punto?
— Yo no creo que esta política la podamos pensar nosotros. Podemos intervenir en un cogobierno de algún modo, pero no podemos discutir convenios internacionales como Facultad de Ciencias Médicas. Nosotros planteamos que el tema debe ser discutido. No podemos pensar la facultad sin charlar sobre esto. Nuestra postura en esto es firme, pero hay que dialogarlo. Creemos que este no es el problema que está atravesando nuestra facultad.

Conducción
— ¿Qué tipo de relación planean tener con las autoridades de la UNR?

— Tenemos una idea de máximo respeto. Somos personas de mucho diálogo. Cualquiera sea la autoridad que esté, pensamos trabajar en conjunto. La vamos a necesitar, además, porque somos orgánicos. Así como la facultad va a tener una gestión, nosotros como la facultad dependemos de la UNR.

— Sin embargo, con cambios políticos tan radicales en las facultades como por ejemplo en Derecho que asumió el peronismo, ¿dónde se posicionan ustedes ideológicamente y qué relación tendrían con el actual rector de la UNR?
— Te voy a decir la verdad: no tenemos una decisión tomada. Trabajamos desde hace 7 u 8 meses para lograr intentar un cambio en la facultad y no tuvimos posibilidades de tratar este tipo de cuestiones universitarias. Con toda franqueza, en nuestro grupo hay mucha diversidad y nos unió un poco la problemática actual, por lo tanto, no pudimos charlar esta cuestión aún.

— Grupos que los apoyaron a ustedes han dificultado, por momentos, la gobernabilidad de otras gestiones, ¿ustedes le temen a la gobernabilidad, sabiendo que le ganaron a los representantes de las corporaciones?
— No le tememos a la gobernabilidad. Va a ser muy difícil en un contexto de crisis económica, pero vamos a tratar de hacerlo. No vamos a llegar a nada sin diálogo. Es un desafío. El hecho de haber tenido un apoyo de diez consejeros, creo que nos da una cierta posibilidad de estar más tranquilos para tener una buena gobernabilidad.

— Usted mencionó que son un grupo heterogéneo con diferentes posturas. Entonces, ¿los unió el amor o el espanto?
— (Risas) Buena pregunta... En el discurso decía algo más o menos similar, pero en el medio. Decía algo así como que nos juntábamos porque nos dolía ver una facultad que podía estar mejor. Todo lo que conté nos duele, nos hace sentir mal, nos molestaba. Queríamos encontrarle una salida a la facultad.

— Con tanto apoyo de jóvenes graduados y estudiantes, ¿cómo creen que van a poder tomar las decisiones?
— Lo vamos a tener que aprender. Sabemos y entendemos que hubo muchos conflictos, pero nosotros queremos una pacificación de la relación estudiante-docente. Creo que se puede lograr.



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