Clínica de hockey y charla abierta

Luciana Aymar transmitió su experiencia en Concordia

La ex leona y mejor jugadora del mundo disertó en el teatro Odeón de la ciudad y compartió sus conocimientos en una clínica en un club. Destacó los distintos aspectos del hockey sobre césped y del trabajo en equipo. Aprendizajes y superación, lo necesario para llegar lejos.
20-05-2019 | 19:48 |

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La ex jugadora de Las Leonas fue campeona del mundo en dos oportunidades y se colgó cuatro medallas olímpicas. Foto: Gentileza de CTM Salto Grande


Belén Fedullo
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Luciana Aymar es una leyenda del hockey sobre césped. Fue campeona del mundo en 2002 y 2010, medallista olímpica en 2000, 2004, 2008 y 2012, y la eligieron ocho veces mejor jugadora del mundo. Fue la nº 1 a nivel mundial y la capitana, guía y jugadora fundamental de Las Leonas, donde jugó durante dos décadas. Luego de pensarlo durante mucho tiempo decidió retirarse y, desde otro lugar, sale al encuentro de las jugadoras de distintas partes del mundo para incentivarlas a seguir dentro del deporte y afrontar cada etapa de la vida con determinación. El ingrediente fundamental: la valentía.

El pasado fin de semana, por iniciativa de la CTM de Salto Grande, Aymar estuvo presente en Concordia. Brindó una clínica destinada a jugadoras de la ciudad y también una charla en el teatro Odeón, de la peatonal concordiense, a la que asistió público de todas las edades. Lo que intentó transmitir, más allá del conocimiento deportivo, llegó a más de una persona que intenta superarse día a día.

La importancia del contacto

Entre las presentaciones, Aymar dialogó con la prensa y destacó qué es lo importante para ella: “No es solo hockey, creen que vengo a hacer lo que hacía en una cancha. Trato de hacerlo y hablar de la parte técnica, pero te das cuenta que te quieren ver, pasar un rato con vos, sacarse una foto, tener una firma, que es lo más importante, entonces trato de vivir eso con las chicas. Trato de incentivarlas, de aconsejarlas, transmitirles que era una jugadora como ellas, que no nací con la habilidad con la que terminé jugando y que de hecho empecé jugando en una cancha de pasto en la que no teníamos sintético; entonces está esa ilusión de poder transmitir que se puede concretar sueños, se puede llegar lejos, no solo en el deporte, sino en la vida en general”.

La ex jugadora estudia los lugares a los que asiste y con la percepción fina se da cuenta de cómo llegar a quienes asisten a verla. “Me voy amoldando a lo que veo, pero en general hay un poco de técnica, un poco de físico y coordinación, la parte mental que es muy importante y la parte emocional, a veces terminamos bailando, divirtiéndonos mucho”, aseguró y agregó: “Mediante estas pequeñas cosas trato de impulsar más el deporte, desarrollarlo, motivar a las niñas y las mayores. Creo que es una herramienta muy importante para la educación y para la salud en general así que me enorgullece poder salir a hacer clínicas”.

Con los pies sobre la tierra y sin posar como la mejor del mundo, Aymar trabaja a la par de quienes la invitan y lo hace porque en algún momento ella estuvo del otro lado. “Sé del esfuerzo de los clubes por traer deportistas y soy terrenal en mis pensamientos, se de dónde vengo. No nací jugando en Las Leonas, me costó mucho, hice mucho esfuerzo y mi entorno me ayudó e impulsó a seguir. Tuve muchos momentos en los que no quería volver a entrenar en la selección porque era un deporte amateur y eso no me daba el rédito que quería, no era como en otros deportes y trato de transmitir todo eso, la ilusión y la esperanza de que se puede llegar”, insistió.

Para Aymar es un orgullo ver a las jugadoras que en la actualidad representan al país jugando al hockey, pero recuerda que para eso fue necesario hacer un camino. “Tuvimos un período desde que me retiré hasta hace aproximadamente medio año que fue un proceso de transición, donde las chicas tuvieron que rearmarse y es lógico, jugué 20 años en la selección e impuse un formato de juego en el que pasaba todo por mí, por lo que fue difícil empezar luego de eso”, remarca, pero destaca: “Hoy en día es tan popular el hockey en damas que llegan muchas jugadoras a la selección que son muy profesionales, con mucho talento, hábiles y eso es buenísimo porque quizás hace 10 años no veías algo así. Eso posibilita que se puedan armar diferentes equipos para los torneos y sucede gracias al esfuerzo de toda la camada que jugó de la misma manera durante tantos años”.

La vida de jugadora y la vida real
 
Durante dos décadas, “Lucha” —como la llaman en el ambiente— vivió viajando, jugando partidos y representando al país en competencias. Dentro de la cancha se olvidaba de todo y sacaba las garras para defender la celeste y blanca, fuera del césped sintético no tuvo tiempo para hacer algunas cosas, pero ahora, una vez retirada, tiene que aprender a vivir esa realidad y a eso también lo transmite en sus charlas. “De mi vida de jugadora extraño todo. Tenía una rutina de 20 años de hacer siempre lo mismo, donde mi cabeza se enfocaba las 24 horas del día en estar bien para el seleccionado y el no tener todo eso, por más que te vayas preparando para el día en que no lo hagas, te hace extrañar”, dijo.

Su vida estuvo tan relacionada con el deporte, que puede enumerar qué cosas añora: “Se extraña entrar en un estadio, se extraña la rutina, a los compañeros, lo que hacías dentro del campo de juego. Yo siempre digo que fui muy feliz en una cancha de hockey siendo yo misma, creo que somos dentro del campo de juego de una manera y fuera de otra y tenés que aprender a vivir de otro modo, debí aprender a vivir siendo Luciana y no ‘Lucha Aymar'. El pasar tiempo con mis amigas me resultaba muy raro, pensaba ‘qué hago acá, no pertenezco acá, tendría que estar viajando', me costó la transición y me sigue costando. Soltar una selección es muy difícil pero hoy puedo decir que estoy tratando de disfrutar de un montón de cosas que me hacen sentir bien”. 

Dentro del espacio de “vida de jugadora” rescata para contar que también se pueden demostrar los avances de la vida real. Las Leonas, con Luciana a la cabeza, demostraron que querían y podían llegar, que el deporte podía ser visto a nivel nacional y que, fundamentalmente, las mujeres podían tener marketing y ocupar espacios que “eran de hombres”. Reconoce que hicieron un trabajo importante, pero ubica al equipo en un espacio de trabajo colectivo.

“Cada mujer desde su lugar esta tratando de cambiar esa educación social que tuvimos y tratamos de ubicarnos desde otro lugar. Fuimos precursoras pero como muchas otras deportistas, actrices, como muchas que lo hacen desde su lugar tratando de cambiar la mentalidad, porque venimos de una educación en la que nos posicionábamos por debajo del hombre y hoy tratamos de transmitir un pensamiento nuevo, incluso a nuestros hijos, para que todo sea con igualdad”, aseguró.

El futuro

De cara a lo que viene, Luciana no se ve dentro de una cancha ni piensa en competir. “No pensé en volver. Tuve un llamado para jugar o cada tanto recibo un mensaje que me lo hace replantear, pero después pienso en cuánto me costó dejar para vivir una vida diferente y me doy cuenta que no. Además tengo que dejar el lugar a las más chicas, a las jóvenes, que no se dependa tanto de ‘Lucha', que eso fue una madurez tanto mía como de mis compañeras”, mencionó.

Entre las más chicas hay jóvenes que participaron de sus clínicas y hoy llegaron lejos, por eso la ex capitana se ve esperanzada en que haya nuevas líderes: “Hay muchas jugadoras que yo veo que tienen mucho poder y mucho futuro en Las Leonas. Entre las mas jovencitas vienen deportistas muy buenas y también entre las experimentadas hay excelentes. Ojalá haya muchas ‘Luchas' así el hockey sigue avanzando y sigue siendo un deporte popular”, concluyó.

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