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09-03-2017
Parapente

El volar es un placer

El volar es un placer
El cielo es el límite. Sentir el aire chocando contra el cuerpo. La adrenalina recorriendo el cuerpo de pies a cabeza. La satisfacción de un buen aterrizaje. Estas son solo algunas de las sensaciones que se pueden describir básicamente a la hora de emprender la aventura de volar en parapente.

Daniel Domínguez
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Desde años inmemoriales el ser humano ha dedicado mucho tiempo a volar y este caso no es la excepción. En Casilda, Néstor Fabián Scattassi comenzó en un vuelo de bautismo en 1997 y nunca más tocó tierra firme.
En una charla en las alturas con Mirador Provincial, el instructor detalló: “Hice un vuelo de bautismo en Alvear y desde ese momento ya nunca dejé de volar. Realicé el curso en Rafaela y en el año 2000 ya comencé a instruir y hacer vuelos biplaza con pasajeros, además de viajar a distintos sitios de Argentina, Brasil y Chile, que cuentan con lugares paradisíacos para esta actividad”.
Scattassi es el único instructor en Parapente Casilda, obtuvo la licencia en 2001 y cuenta en su flota con dos pilotos biplaceros que hacen los vuelos con pasajeros.
A la hora de volcar su pasión por las alturas en un servicio a la comunidad, el casildense recordó: “Los vuelos biplaza siempre existieron en este deporte que arrancó en la Argentina en el ‘88 pero no fue sino hasta mediados de los 90 cuando se hizo popular. La necesidad de esto es meramente una conjunción del factor aprendizaje ya que todos necesitan saber cuál es la experiencia de volar en parapente, primero como pasajero y luego entrenarse para ser piloto”.
Para graficar los preparativos en cada viaje, Scattasi detalló que lo fundamental es estar “concentrado” en cada despegue. “Prepararse para despegar requiere de estar muy concentrado, pero no lleva más de 10 minutos entre desplegar el ala, conectarla a la silla y chequear que todo esté en su lugar. Luego en el caso del Parapente Remolcado, como es en este caso, nos enganchamos a una cuerda que nos remolcará hasta una altura promedio de 500 metros y en aproximadamente 9 minutos estaremos en condiciones de soltarnos de ella y quedar volando a merced de las condiciones aerológicas del día. El tiempo de vuelo dependerá de varios factores, como por ejemplo el viento, el peso de los pilotos, de los pasajeros o destreza del piloto para mantenerse dentro de una ascendente
térmica”.
Sensaciones
Sin dudas que la parte más compleja del vuelo es describir las sensaciones por las que uno atraviesa en ese recorrido. La sensación de libertad, de conectarse realmente con el cielo, difícilmente puedan traspasar las líneas de redacción.
“El placer es inmenso, luego de soltarnos del parapente uno queda flotando en el aire, solo, sin ruidos y sin necesidad de ningún motor. Es planear naturalmente como lo hacen las aves. Es literalmente uno con el aire”, continuó el instructor de 50 años.
Según Scattasi para disfrutar realmente de la experiencia es “fundamental” tanto para pasajeros como pilotos, tener un buen vuelo el primer día: “La diferencia es bien marcada entre pasajeros y futuros pilotos, pero en ambos casos los dos tiene que pasar por la misma buena experiencia la primera vez. El por qué de esto es que si en su primer vuelo la persona la pasa mal, quizás ese sea su único contacto con el aire y en todos los casos esto dependerá siempre de la persona, piloto o instructor que lo lleve a volar y para el que quiera seguir volando y acepte esto como su deporte es fundamental que los comienzos sean excelentes”.
Ganas de volar
Justamente, remarcando el púbico que se acerca a practicar este deporte, aclaró: “Lo primordial es que la gente que se acerque tenga ganas de volar. El peso y la talla de las personas es bastante relevante, aunque hay gente que pesando 130 kilos y está volando, no debemos perder de vista que son casos extraordinarios. En este deporte no se requiere psicofísico, pero se recomienda que las personas estén visiblemente aptas ya que la altura y la adrenalina que provocan los despegues y el vuelo en general podrían afectar en algunos casos a personas con afecciones cardiacas severas. Todos pueden volar, es cuestión de entrenarse y de no inventar nada. Hoy por hoy el parapente tiene gente muy entrenada para tomar cursos y probar vuelos de bautismo. Sólo se trata de ponerse en buenas manos para dar los primeros pasos en esto y lo demás viene solo”.
Como la mayoría de los deportes extremos, el parapente lleva implícitos riesgos naturales que van mermando según la práctica y sobre todo las innumerables medidas de seguridad que son tomadas por la gente que practica el deporte.
“El placer de volar hace que la mayoría de las personas descubra rápidamente la forma de practicar el deporte y minimizar los riesgos, lo fundamental en esto es no saltarse los pasos previos al vuelo, así que como tal la elección de un buen instructor que guíe y acompañe las primeras prácticas será fundamental para disfrutar de este apasionante deporte”, finalizó Scattassi.


+ Info

Para reservar un vuelo en parapente sólo hay que ingresar a través de la página www.parapentecasilda.com.ar o en facebook como parapentecasilda y también a través de los teléfonos 03464-446963/572563 whatsapp y mensajes.




 



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