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12-06-2017
Hospital Privado de Rosario

Un nuevo concepto en la medicina de la región

Un nuevo concepto en la medicina de la región
La manito de Luisa quedará estampada por muchos años en uno de los murales, de color verde brillante, del Hospital Privado de Rosario. La estampa de la nieta del doctor Mario Tourn es sólo un símbolo de la fuerza y el impulso que le dio su familia en la trayectoria de su vida y sus empresas. Es el presidente del grupo Gamma, una poderosa red integrada de salud, y el ideólogo y promotor de este flamante centro de última generación que se erige imponente en Presidente Roca al 2400 de Rosario.

Susana Rueda
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El Hospital Privado que se inauguró el 1 de mayo es uno de los más modernos del país por su concepción arquitectónica y tecnológica que marca, según dijo su titular, “un antes y un después” en la atención de la salud de Rosario y la región. Es, además, uno de los pilares que componen la estrategia del Plan 2020, diseñada por el grupo Gamma, para construir un centro materno infantil en el ex sanatorio Los Arroyos, uno de rehabilitación en el Rawson y otro centro de salud para Funes y Roldán.
A un mes del la inauguración, Tourn asegura que aún no se pudieron tranquilizar. “El grupo Gamma en general y todos los que están trabajando en el HPR han tenido un mes tan intenso como el mes anterior a la inauguración. Muy satisfechos por la respuesta de los pacientes, de los profesionales, del medio. Cuando comenté que había un antes y un después en la atención de la salud, no pensé que este después iba a venir tan rápido. No esperábamos una demanda tan importante. En el área de atención espontánea, vulgarmente la guardia, hemos tenido días y noches de una demanda tremenda que estamos corrigiendo en estos días, poniendo más profesionales porque no esperábamos esto. Al igual que la demanda de internación. Mucho trabajo y estrés puestos en esto pero con un saldo medido en respuesta y mucha satisfacción. Estamos muy contentos”.
Un sistema “estratificado”
Según estudios realizados recientemente el déficit de camas para la atención de la internación de los rosarinos y zona de influencia es importante. La media nacional indica que existen 4 camas cada 1000 habitantes, y en Rosario hay 2,9 para cada 1000. En este déficit radica la importancia de la inversión del Grupo, que aun así no parece alcanzar para satisfacer la demanda de salud.
Tour hace su análisis. “Tenemos una valoración global. La medicina, en este país, no sólo en Rosario o la provincia, está muy estratificada, y esto también es ineficiente. Esto de tener un sector público, uno de medicina privada, sanatorios de obras sociales, en fin... Entonces los efectores de salud, los sanatorios, las clínicas, un poco responden a su clientela. En este sentido, Rosario tenía un déficit. Hacía muchos años que no se inauguraba un sanatorio, nosotros lo notábamos en Los Arroyos, donde rechazábamos por mes más de 150 internaciones. Al volcarlo al Hospital Privado de Rosario pensamos que íbamos a satisfacer esta demanda. Pero la
verdad es que nos está superando. En general hay procedimientos que no pueden esperar. Una patología aguda no puede esperar, sobre todo si viene con la necesidad de una intervención, ese paciente entra. Pero hay muchas patologías clínicas que por allí requieren procesos de internación, que quedaron muchas veces relegadas. Con el Hospital pretendíamos cubrir todo, sin restricciones... Pero la verdad es que habiendo inaugurado el cuarto, quinto y sexto piso de internación, nos quedamos cortos, y hoy ya estamos en lo que pensábamos inaugurar en una etapa más lejana: estamos montando toda la internación. El séptimo y octavo piso también. Nos obligó la demanda. Es cierto que se incrementa en el invierno, hay patologías agudas, que las padecemos todos, pero eso genera desborde en la guardia. Muchos vuelven a su casa y se siguen atendiendo en ambulatorio, pero no esperábamos tanto en internación”.
—Han montado una iniciativa que se diferencia con respecto a otros centros de salud, con respecto al nivel de tecnología, al estilo de arquitectura inteligente, y con grandes espacios verdes.
—El tamaño, la ubicación y el concepto arquitectónico. Esto no hay que dejarlo de lado, porque hemos buscado una arquitectura que tuviera una sinergia con la atención de los pacientes. El eje central del Grupo Gamma es la atención de los pacientes. Y en esto, tener un edificio iluminado, con espacios verdes, con una tecnología que tiene que ver con el confort, indudablemente, esto está demostrado, colabora significativamente con la recuperación. Digo siempre que nosotros buscamos para nuestro descanso un lugar lindo. También es cierto que para los enfermos hoy se buscan lugares confortables en el mundo. Nos curamos más rápido. Lo que nos hace bien en las vacaciones, también le hace bien a nuestros enfermos. El diseño integral y la decoración del HPR apuntan al bienestar y a la calma. Los murales de las paredes, que retratan espacios emblemáticos de la ciudad, están pintados en colores que reflejan vitalidad, como el verde y el naranja. Todo está íntimamente vinculado con los enfoques más modernos de estímulos positivos, paz y buena energía.
—Ese es un concepto innovador de la medicina.
—Tiene que ver con un concepto estructural. El desarrollo de la medicina tiene que ver con 3 pilares centrales, reconocidos mundialmente: uno, son los recursos humanos, no sólo los médicos, sino los enfermeros, los kinesiólogos, los cocineros, etc. Tienen que tener una capacitación constante. El otro es la tecnología, en el HPR no hay un solo equipamiento que estuviéramos usando anteriormente en otro lugar. Todo el equipamiento en los quirófanos, en diagnóstico, en la guardia, en las camas, los indicadores, los llamadores de enfermería (que parece una cosa banal y no lo es), son de una tecnología inalámbrica excepcional. Y la tercera pata es la cuestión estructural. No es que esté descubierta hoy, lo que pasa es que cambiar la estructura de un sanatorio y hacerlo de nuevo implica cerrarlo, invalidar la atención. Es muy difícil. Es posible innovar en los primeros dos pilares, pero lo estructural, que implica grandes reformas, es uno de los saltos más significativos que damos, porque tuvimos la oportunidad de tomar este edificio -el viejo hospital ferroviario- que tenía unos 9 mil metros cuadrados, demolimos más de la mitad, y después los 4 mil y pico que quedaron los llevamos a 17 mil metros cubiertos, con grandes espacios verdes.
—¿Cual fue la inversión?
—Fueron 45 millones de dólares en estos 4 años. Incluye la compra del hospital viejo y todo el desarrollo y equipamiento médico. Tecnología de última generación, y esto es un componente genético del Gamma.
—¿Se puede comparar con algún centro médico de Argentina?
—No creo que seamos los únicos. Ha habido otros desarrollos sanatoriales. Por allí hay centros que tienen la misma estructura y aparatología, pero esto nos aventaja desde el punto de vista arquitectónico. Lo que pasa es que en Rosario no se hacía un sanatorio desde el año 1994.
—¿Hay un concepto innovador también desde el punto de vista médico, del abordaje terapéutico?
—Los médicos, muchos de ellos de mucho prestigio, ahora tienen un campo que les permite desarrollar sus especialidades. Nosotros no atendíamos algunas áreas por falta de espacio. Ahora tendremos área de quemados, el área para atender oncología es mucho más grande que la que teníamos, ahora tenemos sector de diálisis, vamos a hacer transplantes, y tenemos un área que nos preocupó muchísimo que es la de emergencias. Hay gente que viene gravemente lesionada, y para eso hay que tener espacio disponible. Ahora el médico puede discutir con más tranquilidad sobre la forma como tratar al paciente. La medicina se maneja hoy con la evidencia científica. Ya no está la escuela de algunos referentes. El abordaje terapéutico y clínico es en base a la evidencia científica. Esto implica que el método que estadísticamente y científicamente demuestra que es el que tiene el mejor resultado, es el que se aplica. Y para aplicar eso hay que tener espacio, medios, tecnología y todas estas cosas.
—El gran problema de la infección intrahospitalaria afecta y desvela a las instituciones tanto públicas como privadas. ¿Cómo se prepara el HPR para evitarla?
—Es una realidad que tiene forma de atacarse. En todo el hospital hay un esfuerzo enorme por la higiene de manos, toda el área quirúrgica tiene una estructura con una circulación única, de lo que llamamos nosotros de lo limpio a lo usado: desde el paciente, los médicos, enfermeras e instrumentistas entran por una puerta ya cambiados para higienizarse y salen por el otro lado, y nunca circulan en sentido contrario. Cualquier bacteria que pueda contaminar se saca, no ingresa. Por ejemplo, los quirófanos tienen presión positiva de aire, o sea que nunca el aire que pueda estar contaminado de afuera puede entrar a los quirófanos. Otras áreas del hospital también la tienen para evitar el ingreso de bacterias. También hay algo que es muy costoso, que es la doble circulación en todo el hospital. La circulación técnica, por donde van médicos, enfermeras, mucamas es distinta que la circulación pública. Y esa circulación técnica está mucho más cerca del paciente, de los office de enfermería, y el personal tiene cuidados y conocimientos avanzados como para poder prevenir cualquier actitud que tenga que ver con la contaminación.

Desde la medicina a la gestión

Mario Tourn nació en Alejandra, en el noreste de la provincia, y se define como un líder nato. Sólo así, explica, puede concebir la capacidad de convencer y seducir a la gente para que lo siga no siempre por el camino más fácil. “Nosotros estamos viniendo, según dicen los economistas, y a través del crecimiento del grupo Gamma, de la rama más rentable y de mayor desarrollo de la medicina, que es la de diagnóstico por imágenes que explotó en la década del ’70, a un área que implica mayor cantidad de gente, más personal y todo, como es el área sanatorial u hospitalaria, y sólo es posible si uno tiene un convencimiento, un objetivo muy claro, que es dotar a nuestros pacientes de una red integrada. Tengo mucha gente que me sigue. No sólo a muchos profesionales, tengo a mi hijo, mi esposa. Es una empresa que se transformó en muy familiar, pero creo que el liderazgo acompaña mucho y por suerte no tuve que estudiarlo, me salió.
—Mucho tiempo pasó desde que el niño oriundo del norte de Santa Fe viajara a Rosario para estudiar medicina, pero ¿qué pasó para que ese chico se transforme en el emprendedor de uno de los centros médicos más importantes de la Argentina?
—Estás tocando las fibras que más me emocionan. Desde mi nacimiento en Alejandra para acá fui un nómade, estudiando en el primario, en el secundario, en Reconquista, en Santa Fe, y llegué a Rosario con la indicación de que mi vocación no era la medicina. Sin embargo la estudié, y tengo esa simbiosis con Rosario porque trabajamos mucho, nos desarrollamos con un grupo muy pequeño no vinculado con la salud y creamos el instituto Gamma en el año ’78. De allí fuimos creciendo y hubo mucha satisfacción personal, pero mucho agradecimiento a esta ciudad. Digo siempre que tengo un deber muy grande de devolver porque recibí cosas. También trabajamos mucho, se generó un grupo muy capaz, me tocó liderar gente que actualmente deja la vida por su actividad. Supe en el año ’87 que este grupo tenía que tener un líder que no fuera estrictamente médico. Y dejé la actividad médica y me dediqué a estudiar y capacitarme en la gestión y creo que esas definiciones me ayudaron mucho. Así que ese traslado de Alejandra para acá me llenó mucho el corazón y esta nueva etapa de HPR es una caricia para el alma.


Algunas cifras del HPR

Tiene 130 camas para internación
5 quirófanos dotados de última tecnología
Cocheras para 70 autos
17 mil metros cuadrados en 11 pisos
Un helipuerto




 



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