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22-10-2018
Poner en marcha la locomotora Solís es la meta

A rodar y a rodar

A rodar y a rodar
En el Ferroclub de Gualeguay trabajan para rescatar del olvido a un medio de transporte que fue fundamental en Entre Ríos. La campana volvió a sonar en la Estación. Por ahora, la gente podrá hacer un paseo breve, pero el sueño es hacer rodar otra vez a la segunda locomotora más importante de la Argentina.

Alejandra Erbetta
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El Ferroclub de Gualeguay “Primer Entrerriano” nació en 1994. La iniciativa fue del doctor Oscar Davis, su actual presidente. Había dejado de funcionar por un tiempo, “pero hace dos años, Oscar arrancó de nuevo con la idea y se conformó lo que es hoy” contó a MIRADOR ENTRE RÍOS Rodrigo Torres, secretario de la institución.

En la provincia hay otros de características similares, aunque cuentan con todos los requerimientos legales, solo el de Gualeguay y el de Villa Elisa. Asimismo están tramitando la personería jurídica, como el de Rosario del Tala, Basavilbaso, Concepción del Uruguay, Concordia y algunos de la zona de Gualeguaychú.

Homenaje al pionero

En 1866, se denominó Ferrocarril Primer Entrerriano (FCPER) a la primera línea ferroviaria de Entre Ríos. Tenía un solo ramal y “hacía su recorrido entre Gualeguay y Puerto Ruiz”. Pasaron muchos años. La desidia y otras cuestiones políticas y socio-económicas atentaron contra este medio de transporte en el territorio nacional, y el FCPER no estuvo exento.

Rescatarlo y mantenerlo en la memoria es uno de los desafíos de este grupo de vecinos gualeyos que inspira a otros a replicar la acción. En los últimos tiempos han concretado dos encuentros de ferroclubes, en los cuales también hablan “de la actualidad del Ferrocarril Urquiza, que está bastante limitada su actividad”.

Apuesta a rescatar el ramal

En el lapso de dos años, los integrantes del Ferroclub Primer Entrerriano retomaron las tareas de preservación y mantenimiento de la vía. De un trayecto de 11 Km., al menos siete ya están limpios. Es posible circular “hasta el desvío Las Colas, se destaparon todos los cambios de la playa de maniobras, se han rehabilitado y pintado las marmitas de dichos cambios” detalló, Torres. No obstante, una parte de la vía “está tapada por el asfalto”.

Además, los miembros del club junto a colaboradores que se suman, realizaron algunos trabajos en el ámbito de la Estación. Destaparon los desagües del techo, pintaron los nomencladores y el andén. Recuperaron los baños “que estaban cerrados desde hacía por lo menos 20 años. No mucho más porque el tema edilicio lo maneja el Municipio de Gualeguay”, explicó.

Donaciones de vecinos

“A finales de 2016 no teníamos nada. Empezamos a fabricar una zorra. Nos demandó siete meses de trabajo, pero pudimos avanzar en el tema de limpieza de los ramales”, recordó Rodrigo Torres. Después, Francisco “Panchi” Ascar nos donó un vagón de fabricación casera, con una capacidad para 26 personas, lo restauramos y está preservado en nuestro Ferroclub.

De igual forma cuentan con otra “autovía”, “una zorra carrozada, netamente de red ferroviaria, una ZP del año 1962. La donó la familia Gastaldi. Se encontraba en un estado relativamente bueno, pero se le hizo una inspección mecánica, chapa y pintura para devolverle los colores originales”.

La función

“El tiempo dedicado es incalculable. En realidad, llegar a los paseos es la consecuencia de estos dos años de trabajo incansable. A pesar de los altibajos de la economía del país y de todos los problemas que se van suscitando en el camino”, destacó Torres. “Un Ferroclub cumple una función museológica, se dedica a preservar”. El breve paseo que se programa con la debida anticipación, sirve para mostrar el trabajo que hace este grupo –que tiene solo un integrante ferroviario en actividad–, “es heterogéneo, el presidente es odontólogo, yo soy electricista”, cuenta. Suman un total de 12 en la comisión y unos 20 colaboradores.

Aceptación gualeya

“Superó ampliamente nuestras expectativas”. Igualmente “el deleite por volver a ver algo en la vía”, “que esa estación vuelva a escuchar sonar la campana, fue muy agradable”. Los comentarios resumen la experiencia del paseo que se realizó el pasado 7 de octubre, cuando pusieron a rodar un vagón por un rato. “Mucha gente mayor se acercó a contar anécdotas de cuando iba a Puerto Ruiz, a Calderón o a Lazo en el Coche Motor. Otros que iban en el tren a hacer el servicio militar para el lado de arroyo Clé. Por primera vez, muchos chicos vieron cómo funciona un tren. Es muy gratificante, da un empujón emocional para seguir tratando de gestionar para que se avance en todos los aspectos”, acotó. “A corto plazo, ya se empezó la fabricación del techo del vagón. También el diseño de una maqueta de ferromodelismo para poner en el Museo que hay en la Estación. Y, a mediano plazo se ha solicitado material rodante a la DIF, que es la Distribuidora de Infraestructura de Material Ferroviario, habrá que ver la respuesta”. Y, “la frutilla del postre, a largo plazo, es poner en funcionamiento a la locomotora N° 28 “La Solís”, que es de 1874. Está acá, en la Estación, y es un emblema de la ciudad de Gualeguay”.

Vías cortadas

Rodrigo Torres nunca trabajó en el Ferrocarril. “Soy un simple apasionado de este medio de transporte, un ferroaficionado”, declara. Desde ese lugar, compartió una reflexión: “El Ferrocarril creó miles de pueblos que hoy hacen la Argentina. Durante el proceso de creación de tendido férreo, se fueron formando poblaciones. Desde que Perón lo nacionalizó en el ‘40, los gobiernos que siguieron lo empezaron a tirar para atrás, a destruir. Con el famoso plan Larkin, que se comenzó a gestar entre el ‘58 y ’59 y a concretar entre el ‘60 y ’62, –desde esa fecha hasta el momento–, viene pasando por su destrucción en todo el país; que se cierra un ramal, una estación. Así sucesivamente hasta el día de hoy que nos encontramos con la menor red ferroviaria de todos los tiempos. Eso hizo que muchos pueblos se hagan fantasmas, que desaparezcan. En Entre Ríos, puedo mencionar a González Calderón que debe tener unas 10 familias viviendo; Lazo, que debe tener 700 personas, y ni siquiera les ha llegado un medio de transporte automotor, porque los deja en la ruta 18 que está a 14 Km de la población. Prácticamente están aislados, eso es la falta del Ferrocarril”, sentenció.

Sin proyecciones

“Nunca hubo una proyección de política de transporte pensando en la gente. Si un ramal no deja rédito, se lo cierra sin medir el impacto social que causa. No hablo del gobierno de turno. Hablo de todos los gobiernos que se han sucedido desde el año ‘62 hasta la fecha. Voy a dar el mejor ejemplo que hoy está vigente, el Tren a las Nubes, una de las recreaciones turísticas más atractivas de la Argentina, da pérdidas. Se cierra, se abre. Pero el impacto socio económico que causa ese ferrocarril cuando circula, la cantidad de turistas que atrae, la cantidad de dinero, incluso en moneda extranjera que deja en ese sector, es inigualable. No lo genera nadie. Acá ha sucedido más o menos lo mismo. La gente de los pueblos se va yendo. Donde se hacía horticultura y fruticultura, ya no se hace. No hay forma de salir los días de lluvia con los caminos anegados”, aseguró Torres.

En tanto el otro problema que ha venido sufriendo el Ferrocarril “es la falta de tecnología”. Igualmente, criticó la falta de inversiones y adecuación económica del material. No se reemplazó a semejantes locomotoras que arrastran “viejos y obtusos vagones para llevar 25 ó 30 pasajeros o tres vagones”. En conclusión, “si se hubiese hecho un relevamiento del material y un análisis adecuado, con menores gastos, quizás sería viable que muchos de los ramales hoy estuvieran funcionando”.

Desde el andén

Oscar Davis, el presidente del Ferroclub Primer Entrerriano también brindó su aporte a Mirador Entre Ríos.

Hace 24 años dejó Buenos Aires para vivir en Gualeguay. “Vine a conocer esta tierra entrerriana de la cual no me separé nunca más”. Cuando conoció la estación de trenes gualeya resurgió su antiguo amor de la infancia por los trenes y la atmósfera ferroviaria. “Recorriendo el edificio de la Estación, al caminar por lo que eran las playas de maniobras, el galpón de máquinas, en la soledad total de las vías, ahí como testigos de una historia, de una actividad que ya había sido, me dio mucha nostalgia…. Más aún cuando ingreso al galpón de máquinas. Todavía se sentía el olor a máquinas a vapor, es un olor sui generis que va mezclado con resabios de un determinado carbón con grasa y aceite. Percibo ese aroma, y dije: ‘a esto hay que remontarlo. Acá hay mucha historia. No puede ser que esto esté abandonado. Hay que darle vida de vuelta”, relató Davis sobre su primera visita a la Estación de Trenes de Gualeguay. Rememoró que, allí en el andén, solo, le surgió la idea de formar un Ferroclub. Entusiasmó a un grupo de conocidos, y en junio de 1994, se fundó. Tal como contó Torres, se dispusieron a reunir el material ferroviario, “desparramado por toda la provincia”.

“Conseguimos una zorra motor de las Ferrocar, de industria nacional, eran las que utilizaba el personal de mantenimiento de vía y obra, que son los que recorren los ramales. Empezamos, entonces, a recorrer el ramal, a limpiarlo a desmalezarlo. Activamos el motor del tanque que daba agua a toda la Estación, allí estacionaban las locomotoras a vapor, se le bajaba una manga para la recarga de agua, todo eso se hizo funcionar de vuelta.

Llaves en mano

“En Paraná, nos dieron en custodia las llaves que tenían las autoridades de la Estación, porque el edificio pertenece a Nación y estaban en la capital entrerriana”, recuerda Davis. Obtuvieron hasta la llave de la caja fuerte, que “obviamente estaba vacía”. Iniciaron el remozado edilicio, “pusimos luces, la pintamos, reparamos el circuito eléctrico del edificio, los baños. La estación empezó a estar iluminada para sorpresa de la gente de Gualeguay”.

Entre otros objetivos, “el de este emprendimiento, es conformar un trayecto turístico, como todos los Ferroclubes, pero a su vez con un servicio semi regular. Porque hay zonas intermedias en las que la gente no tiene acceso a medios de comunicación terrestres, quedan a la deriva. El proyecto original fue Gualeguay-Carbó; se desmalezó todo en el año 2000 y hacíamos los viajes de ida y vuelta.

Presente

“Estamos en plena tarea. Ya comenzamos con los paseos, que es una locura, un éxito total. Hemos transportado a 600 personas desde los comienzos, a principios de octubre. Se me ocurre que el día 28 de este mes, que va a ser la próxima salida, se va a superar la cantidad. La gente está queriendo sacar su boleto anticipado”.

“Entre los proyectos está el de unir Gualeguay con Calderón, un pueblo que no tiene acceso directo pavimentado a las rutas, a ningún lado. El Ferrocarril siempre ha cumplido una actividad que apoya a todo emprendimiento urbano y a su vez al desarrollo de los pueblos, pero también es una dinámica de transporte para la gente”.

Muy animado, manifestó “ahora estamos tratando de recibir materiales rodantes que van a venir desde la ciudad de Paraná, en tanto, y en cuanto, Nación y la ADIF liberen algunos materiales; ya está tramitado el expediente. Hay una conexión permanente con ADIF de parte del Ferroclub. Las posibilidades son muchas, el apoyo del Municipio es importante. Sin apoyo político estos emprendimientos no cristalizan porque todo lo necesario pertenece al patrimonio nacional”. Remarcó, “El Ferroclub es jurídicamente legal en todos sus aspectos”. Cumplió con los requisitos de presentar la personería jurídica. “Estamos en condiciones de recibir. Solamente falta que se libere dentro de los estamentos de la DIF un determinado material que está estacionado en Paraná y podamos recibirlo”, reiteró.

“Mientras tanto seguimos trabajando. Nuestra tarea es reacondicionar lo que se recibe. Somos los encargados de toda la parte de herrería, mecánica, carpintería, soldaduras, albañilería. Hemos solicitado a la municipalidad vía Concejo Deliberante la posibilidad que se nos traspase la casa del Jefe de Estación, un lugar genuinamente ferroviario. Hoy ese lugar está desocupado. Estamos esperando respuesta, anhelamos que sea positiva. Tenemos muchas cosas para hacer, mucho entusiasmo. Seguimos trabajando, limpiando, desmalezando, pensando”. La continuidad, “nos permite avanzar y haber logrado el sí de la gente”. Los visitantes tienen un libro disponible para escribir que les parece, que opinan y si están de acuerdo con este proyecto. “Las cosas que se dicen son impresionantes”.

Oscar Davis dijo a Mirador Entre Ríos: “Me ha emocionado la historia del Ferrocarril en Gualeguay, gestora en toda la provincia de una actividad que nunca había conocido antes. La Solís, emblema, hoy es la segunda máquina más antigua en todo el país. Luego de La Porteña quedó la Solís. La Argentina que era la segunda máquina desapareció. Ni las autoridades del Museo ferroviario Nacional saben qué fue de La Argentina, y queda la Solís como segunda máquina más antigua y primera de toda la provincia. A través de un grupo de vecinos de la ciudad que conforman esta agrupación, se restauran nostalgias en familiares de ferroviarios que hoy ya no están”.

Información

El próximo paseo es el día 28 de octubre a partir de las 10 de la mañana, dura alrededor de 30 minutos. El boleto tiene un costo de $20. Menores de 5 años no pagan. Para ampliar la información: Facebook/Ferroclub Primer Entrerriano - Sitio Oficial


 



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