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20-12-2018
Un triatleta con gran futuro

“Cuando arranqué me conocían como el hijo de Víctor”

“Cuando arranqué me conocían como el hijo de Víctor”
Con solo 19 años el victoriense Tomás Clivio es una de las promesas. El 2018 fue un gran año deportivo para el joven que estuvo representando al país en distintas competencias. En diálogo con Mirador Entre Ríos, se refirió a sus expectativas de cara al próximo año.

Milagros Cardoso Guzmán

Su papá, Víctor Clivio, fue uno de los mejores triatletas del país y le dejó el legado a su hijo mayor. Desde chico Tomás lo acompañó a distintas competencias y reconoce que “el deporte no me gustaba, lo veía y no me parecía entretenido, sí me gustaba acompañar a papá siempre”. En su Victoria natal realizó otros deportes, como kung fu y tenis; pero a los 14 años se decidió y quiso comenzar a correr y entrenar de manera profesional para poder entrar el mundo del triatlón. Actualmente se encuentra en la categoría Junior y el 2019 será un gran año ya que dará el salto de categoría para competir como Sub23.

Meritorio 2018

Arrancó el año participando del Torneo Sudamericano que se realizó en Montevideo, Uruguay, allí los buenos resultados lo clasificaron al Panamericano que se realizó en Brasilia en el mes de junio, donde obtuvo la posibilidad de representar al país en el Mundial. Antes de viajar al Campeonato Mundial. Tomás se entrenó y realizó una preparación especial durante dos meses en Italia, con otros triatletas argentinos para llegar de mejor manera al XXX Campeonato Mundial de Triatlón. La competencia se realizó en Australia del 12 al 16 de septiembre con una serie de siete competiciones. En esa oportunidad, finalizó en el puesto 39 pero más allá del resultado, fue una experiencia válida para medirse con sus pares de otros países. Participó también de la tercera edición de los Juegos Nacionales de Playa que se realizaron en Rosario representando a la provincia y logró el segundo puesto.

-¿Por qué elegiste Italia para entrenar?

-Conozco chicos que son olímpicos y viajan a entrenar y prepararse ahí, era lo que conocía y más que nada porque en Europa hay un muy buen nivel y considero que la manera de mejorar es cuando tenés compañeros de mejor nivel porque te sentís exigido. En Italia también competí y participé de una copa europea que se realizó en Hungría y si bien no obtuve los resultados que me hubiera gustado en competencia, me sirvió muchísimo para crecer profesionalmente.

-¿Allá el deporte es mucho más profesional?

-Es distinto, allá hay triatletas que viven del deporte. Tienen sponsors, les dan las bicicletas, las zapatillas. Acá ni el mejor del país consigue que le den una bici. El triatlón en sí es un deporte caro, una bici barata sale $15.000, las zapatillas no bajan de $3000, los zapatos para la bici son $6000 más, las inscripciones a cualquier carrera rondan los $1000, a eso hay que sumarle los gastos del viaje.

-Teniendo en cuenta todos los viajes que realizaste este año, ¿cómo solventaste los gastos?

-A veces recibí ayuda de la Nación para algunos viajes, para otros me ayudó la Secretaría de Deportes de la provincia, pero este año hubo recortes y se complicó porque además ya no se otorgan tantas becas. La mayoría de las veces me ayuda el Municipio de Victoria y el que me ayuda siempre es mi viejo, es el que me aliente y me ayuda económicamente porque como te decía es mucho el dinero que se necesita para viajar.

-¿Cómo es el entrenamiento que realizas?

-Entreno los siete días de la semana, casi siempre en tres turnos que en total son cinco horas por día y complemento con gimnasio tres veces a la semana. Cuando entreno en la bici salgo con mi viejo, cuando me toca correr salgo solo porque no hay otro deportista en Victoria de mejor nivel que me exija y viajo a Rosario a entrenar en pileta porque es la ciudad más cercana que tiene pileta de 25 metros y entreno allá con un equipo de nadadores.

La actualidad del triatlón

El hecho de ser hijo de un triatleta le facilitó la aventura de poder realizar este deporte. Los primeros pasos los dio con Víctor, en primer lugar porque viajaba con él y conoció el deporte desde adentro; y porque fue su entrenador cuando decidió hacerlo de manera profesional. Pero tanto Tomás como los demás triatletas reconocen que es un deporte al que le falta fuerza y acompañamiento en general para poder seguir creciendo.

-¿Cómo ves al deporte en el país y en la provincia?

-En el país no lo veo bien y me gustaría que eso cambie y en la provincia faltan más escuelas de triatlón que incentive a los chicos a entrenar. Faltan mujeres en Entre Ríos y a nivel nacional. Mis ganas de irme a Europa son porque claramente quiero mejorar y lograr mi máximo nivel pero también porque me gustaría poder vivir de este deporte y eso en la Argentina es imposible.

-¿Son necesarias las escuelitas para fomentar el deporte entre los chicos?

-Sí, totalmente. En Victoria hubo una escuelita de Triatlón pero ya no funciona. En nuestro país casi no hay escuelitas y por eso falta nivel. La mayoría de los triatletas empiezan a entrenar cuando ya son grandes.

-Es como si los clubes de fútbol no tuvieran inferiores.

-Tal cuál. Si al deporte se lo apoyara y le dieran la importancia que se le da al fútbol, el país estaría lleno de triatletas.

-De todas maneras, en los últimos años creció el deporte.

-Sí, pero falta. Hoy es mucho más visible, hay más gente que lo practica, que empezó corriendo o saliendo en bici y que ya ha hecho del triatlón un hábito.

De cara al 2019

Teniendo en cuenta los logros y la experiencia obtenidos este año, el 2019 será un gran año para Tomás, que no solo desea volver a entrenar en Europa con triatletas de gran nivel, sino que también dará el salto de categoría y buscará ser protagonista dentro de los triatletas mundiales Sub23.

-¿Qué competencias importantes vas a afrontar el próximo año?

-Quiero correr nuevamente el Mundial pero ya en este caso sería en categoría Sub 23, eso en primer lugar. También está el Panamericano que se va a realizar en junio en Perú, que se hace cada dos años y para poder clasificar tendría que correr algunas carreras en el país. Se van a realizar los Juegos Sudamericanos de Playa en Rosario también. Y sobre todo, priorizo el viaje a Europa y quiero quedarme allá todo el tiempo que pueda pero quiero representar siempre a Argentina, no me veo representando a otro país.

Su relación con Víctor

Tomás es el mayor de dos hermanos y asegura que si bien a él de chico no le gustaba el deporte, afirma que su hermano menor de 13 años no va a incursionar en el mundo del triatlón porque no le gustan los deportes. Si bien Tomás reconoce que su papá fue clave para que él pudiera comenzar a entrenar y que siempre lo acompañó, admite entre risas que les costó adaptarse a esa relación de entrenador y deportista y sostiene que: “Al principio costó, era mi entrenador y era mi papá. Tenía 14 años y nos peleábamos mucho pero después mejoró todo. Y por suerte nos acomodamos con el tiempo y hoy nos llevamos súper bien.”

-¿Cómo recordás esos primeros días de entrenamientos con Víctor?

-Tengo un montón de recuerdos. Hace cuatro años que viajo a entrenar a Rosario y los primeros viajes los hacía con él y nadábamos juntos.

-Compartiste competencias con tu papá, ¿qué recuerdos te quedan?

-Sí, compartimos algunas. Creo que la que más recuerdo, fue una que se realizó acá en Victoria que pudimos correr juntos y en nuestra ciudad.

-¿Ser el hijo de Víctor era una responsabilidad?

-Él fue un gran triatleta, la gente lo reconoce muchísimo y cuando empecé a competir todos me conocían por ser “el hijo de Víctor Clivio”. Pero nunca me pesó y por suerte hoy me conocen a mí por mi nombre y mis logros.


 



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