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06-02-2019
Vóleibol

El Caudillo enseña el camino

El Caudillo enseña el camino
Con pocas horas de práctica y aportando desde los relevos, Rodrigo Villalba se erige en líder del plantel de Paracao en la Liga Argentina A2. El basavilbasense aporta su experiencia dentro y fuera de la cancha en un equipo con serias aspiraciones. Mientras recepta el cariño de los seguidores de la disciplina, el ex selección nacional dispara: “Hay potencial para jugar la serie A1”.

Luis Gómez

No necesita demostrar nada, pero considera que debe saldar dos cuentas pendientes y por ello juega en un equipo de su Entre Ríos y está devolviéndole al vóleibol lo que recibió.

Rodrigo Villalba es una de las figuras del Club Atlético Paracao (CAP) en la Liga Argentina A2 y no duda en prolongar su esfuerzo de más de tres lustros para lograr una gran aspiración: que otro equipo entrerriano ascienda a la elite nacional, como Pescadores de Gualeguaychú a principios de la década.

Es un reto difícil, por el nivel competitivo de los participantes y porque el deporte ya no era su prioridad. Pero, como incontables veces se lo demandó la competencia, Pollo (33 años) no elude la responsabilidad y va al ataque.

En sus dos primeros juegos en La Bomba, el artillero de Basavilbaso aportó poder de fuego llegando desde la banca. Primero en el triunfo 3 a 1 ante Salta Vóley y luego en la derrota 2-3 frente a Jujuy Vóley (campeón en la temporada anterior, que no utilizó la plaza en la A1).
Haciendo honor a su nombre (Rodrigo significa Caudillo Famoso) lideró, especialmente en el segundo juego, una levantada casi épica.

Un sueño común

Antes de los primeros juegos de visitante, en Formosa (ante San Martín y Mutual Policial, respectivamente), aceptó el cuestionario para reflexionar sobre su nueva etapa en el vóleibol y, lo que es casi lo mismo, en su vida.

– ¿Qué aspectos influyeron para que llegaras a Paracao?

– El entrenador (José Saucedo) me mantenía al tanto del proyecto, del crecimiento del club y de sus actores. Eso me entusiasmó y fue definitorio.

Estaba semi retirado, después de dedicarme todos los días durante 17 años, pero tenía una cuenta pendiente con el vóleibol de Entre Ríos, que es donde me crié jugando y siempre me dio una mano. Quería jugar en mi tierra y brindarle otra óptica a quienes se inician en la alta competencia.

Lo primero que capté es que es un club de barrio, donde hay calidez y respeto en el trato. Lo mejor es que su dirigencia trabaja a pulmón. Eso lo lleva a crecer rápido, lo distingue y le hace muy bien al deporte entrerriano.

-¿Qué expectativas tenés para esta competencia?

-Hay un gran anhelo, por el acompañamiento y entusiasmo de los dirigentes y de la gente, que se expresa en nosotros y el cuerpo técnico. La Liga A2 es muy competitiva, con equipos muy parejos, y todo deportista aspira a lo máximo, en este caso ascender, pero sin dejar de respetar a los rivales y yendo paso a paso.

-¿Qué le falta al vóleibol entrerriano para afianzarse?

-Hay gente muy trabajadora y, en Paracao, hay potencial para que se pueda jugar una Liga A1. Aún existe muchísima diferencia, pero su actitud lo coloca en condiciones. Requiere un montón de trabajo y de acompañamiento con mayor difusión, como lo tienen otras disciplinas, más el apoyo de firmas estatales y privadas.

Con piel de pollo

Su actuación en el Nacional Sub 18 de 2003 –donde anotó ¡47 puntos!– condujo a Entre Ríos a su primer título en el historial. Los ecos de sus remates aún resuenan.

–¿Qué guardás de ese momento?

–Je, me lo recordaron un montón de personas y me erizó la piel. Me enorgullece y máxime sabiendo que son entrerrianos que lo vivieron de manera especial, porque fue una victoria épica. Es bueno saber que después de un montón de años siguen estando en el vóleibol.
El campeonato fue único por jugarlo de local, por la edad que teníamos y por cómo transcurrió la competencia. Lo recordaremos toda la vida.

–¿Qué imágenes vienen a tu mente al repasar rápidamente tu carrera?

–Tengo todos recuerdos lindos: de un montón de amistades, de clubes recorridos, de conocer países y de gente que me apoyó en todo momento. Me sorprende que me sigan tratando con cariño, eso es imborrable. Todo sacrificio tiene su paga y no puedo reprocharme nada de lo que dejé de lado.

–¿Qué anhelo deportivo te queda por cumplir?

–No sé si me falta algo, aunque no he salido campeón de la Liga A1. Sí sé que tengo una deuda con el vóleibol y me gustaría devolverle lo que me dio para la vida.

–Un mensaje para el público del vóleibol.

–Apoyémoslo, que es un lindo deporte. Banquemos al plantel en los malos momentos, que lo mejor llegará. Respetemos a sus integrantes y a los dirigentes, que hacen esfuerzos que no se ven, para ganar todos.

Entre los elegidos y con el mejor

Rodrigo Villalba tuvo gran trayectoria en la Liga Argentina A1 y en competencias del extranjero (como Emiratos Árabes y Puerto Rico) y el privilegio de jugar en la selección Argentina, adonde lo dirigió el nombrado mejor entrenador del Siglo XX.

“Fue lo máximo que me pasó, en sensaciones, entrenamiento y competencias. Te cambia la cabeza”, reflexionó.

“Es a lo que todo jugador aspira dejando muchas cosas de lado y, cuando te llega, se borra y sólo pensás en rendir al máximo. Es lo mejor que le puede pasar a un deportista y es impagable”, agregó.

“Ser dirigido por Julio Velasco es impresionante. Es uno de los mejores entrenadores del mundo y un sabio que todos los días te enseña algo y te deja reflexiones para la vida. Me saco el sombrero y lo aplaudo. Cada vez que habla, hay que escucharlo”, recomendó.


 



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