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12-03-2019
La Hora Feliz

Salen a recorrer la ciudad recolectando útiles para donar a escuelas de Sastre

Salen a recorrer la ciudad recolectando útiles para donar a escuelas de Sastre
La colecta es impulsada por un comedor popular. El grupo de jóvenes con un fuerte compromiso social que camina las calles de la cabecera departamental recibe herramientas para las cursadas, mochilas, delantales y zapatillas. Desde hace casi un año, este equipo puso en marcha una olla popular en uno de los barrios de la localidad para atender las necesidades alimenticias de los vecinos.

Rodrigo Pretto
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Desde el pasado miércoles 6 y hasta el viernes 15 de marzo, el grupo de trabajo que conforma el Comedor Popular La Hora Feliz comenzó con una iniciativa benéfica para ayudar a quienes más lo necesitan. Se trata de una movida en la cual caminan la ciudad y, puerta a puerta, recolectan útiles escolares. Todo lo reunido será distribuido a diferentes escuelas de Sastre para llegar directamente a los alumnos.

“La idea que surgió a partir de la expresión de muchos padres, madres y docentes que no pueden adquirir lo necesario para que los niños comiencen las clases con los materiales necesarios”, explicó Sergio Balbi, la cabeza del equipo. Esta es la tercera actividad social que impulsan. Todo comenzó hace casi un año atrás con una olla popular para brindarles una porción de comida a personas de bajos recursos. Luego se extendió a un ropero solidario.

El comedor popular comenzó a dar asistencia alimenticia en julio de 2018. Sin embargo, la organización comenzó a gestarse desde mayo del año pasado. “Todo fue debido a la disparada de la inflación y el aumento de precio de los alimentos, sumado al hecho de que el Estado local y provincial finalizaron la asistencia que se venía otorgando los fines de semana a los chicos que sí la reciben de lunes a viernes en los comedores escolares”, contaron desde La Hora Feliz.

Y ahora, en épocas del inicio del año lectivo, el grupo de jóvenes observó que las necesidades que en su momento visibilizaron en la alimentación se trasladaban también a la educación. Por eso pusieron en marcha la campaña de donación mediante la cual recorren la ciudad pidiendo puerta a puerta útiles escolares, mochilas, delantales y zapatillas. “Hemos extendido la actividad de la olla hacia la conformación de un ropero solidario que está terminándose de estructurar y, en este momento, damos comienzo a una campaña de donación de útiles escolares, idea que surgió a partir de la expresión de muchos padres, madres y docentes que no pueden adquirir lo necesario para que los niños comiencen las clases con los materiales necesarios”, deslizaron.

De acuerdo a lo que explicaron, la iniciativa se realizará en dos etapas. La primera de ellas implicará recorrer la localidad para recolectar las herramientas educativas, mientras que la segunda será otra recolección situada en el centro de la plaza central de Sastre. Por último se entregará lo conseguido, repartiéndolo entre las tres escuelas públicas, según estas expresen sus necesidades. “Quienes integramos el Comedor Popular La Hora Feliz somos jóvenes con un altísimo compromiso social, que nos entendemos como actores activos de la comunidad y estamos convencidos de que la asistencia social que brindamos es sólo un paliativo, que hay que realizar conquistas sociales que resulten emancipadoras para los sectores más vulnerables”, indicaron.

Un trabajo que atrae
En total son alrededor de diez personas las que componen el Comedor Popular La Hora Feliz. Todos los sábados, casi de manera religiosa, se instalan en el garaje de un vecino que desinteresadamente pone a disposición sus instalaciones para que este equipo solidario comience a desplegar la cocina. Los jóvenes fueron tomando visibilidad social en la región y, de a poco, diferentes figuras se interesaron en acercarse a observar la manera de brindarse hacia los demás.

“Contamos con la visita de personajes destacados de nuestra sociedad que se acercan a colaborar y pasar una jornada con nosotros. Varias veces estuvo colaborando el distinguido chef internacional Aníbal Bonino, oriundo de Sastre, que hoy reside en Barcelona. Durante las ocasiones que estuvo presente se encargó de dirigir la cocina y enseñarnos mucho al respecto”, contaron entusiasmados.

La olla popular comenzó a ganar relevancia fuera de las fronteras de la cabecera departamental para atraer a figuras de la política. Enrique Marucci, intendente de la ciudad de San Jorge, fue uno de los que se interesó en la iniciativa y viajó para observar los modos de trabajo. “También se acercaron diputados provinciales y esporádicamente llegan diferentes vecinos a colaborar, acercándonos postres o sumándose a la cocina”, indicaron desde el comedor.

“Estamos firmemente convencidos de que en la entrega de un plato de comida no sólo se atiende a las necesidades alimenticias de quienes la requieren, sino que es indispensable, a la vez, sostener una presencia que demuestre a los niños que los reconocemos, valoramos y nos importa su presente, para acompañar con amor y fortaleza a los niños que hoy debemos proteger y mañana protegerán a las futuras generaciones, siendo esto pilar fundamental de un futuro mejor para nuestro querido Sastre y amada Argentina”, señalaron.

Una demanda en ascenso
El comedor popular comenzó cocinando inicialmente 20 porciones alimenticias, cantidad que fue creciendo rápidamente a medida que la iniciativa fue haciéndose conocida. Desde ese momento, cada vez fueron más las familias que se fueron acercando hasta llegar actualmente a las 120 raciones de comida cada sábado.

“Esta es la capacidad máxima que hoy podemos sostener. Contamos con múltiples donaciones de vecinos, empresarios y comerciantes locales. Las colaboraciones van desde el espacio brindado por un vecino, hasta alimentos, utensilios y otros aportes que puedan ser necesarios. Es sumamente valorable como hay personas que nos hacen llegar lo que pueden con tal de colaborar con la olla”, agradecieron desde el grupo de trabajo.

La Hora Feliz tiene una ventaja que supieron explotar. Para optimizar los recursos, este movimiento cuenta con los conocimientos de Sergio Balbi, técnico en alimentos, quien además de ser el impulsor de la movida, diseña las recetas para que las mismas sean balanceadas y acordes a las necesidades nutricionales de los niños.

Un movimiento en base a las necesidades

El grupo de jóvenes comenzó a recorrer los barrios de Sastre buscando identificar las necesidades más urgentes de los vecinos. Y fue alarmante encontrarse con que muchos niños recibían el último plato de comida el día viernes y debían aguardar hasta el lunes al mediodía para volver a alimentarse.

“Nos tomó por sorpresa conocer que esta realidad que a veces parece tan lejana y sólo registramos en la televisión estuviera ocurriendo en una localidad tan pequeña como la nuestra, tan cerca de nuestras casas y sin ser visibilizada. Nos resultó fuertemente doloroso que los niños, que por derecho deben ser protegidos, sean tan vulnerados”, reconocieron desde La Hora Feliz.

Por eso, a partir de esta problemática visible y palpable, el comedor popular comenzó a movilizarse para rápidamente dar una respuesta a quienes estaban sufriendo este flagelo. “La frase que siempre utilizamos y resume nuestra actividad es un proverbio africano que dice ‘se necesita una aldea para criar a un niño’”, concluyeron.

La olla popular comenzó a ganar relevancia fuera de las fronteras de la cabecera departamental para atraer también a figuras de la política.




 



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