Con lecturas inspiradoras de diversos autores que invitaron a adentrarse en lo inesperado, seguido de un tiempo dedicado al proceso creativo personal, Belén Zavallo guio un taller, con el propósito de explorar historias olvidadas y transformarlas en creaciones literarias que reflejen nuestra esencia.
Poemas, narraciones y haikus, hicieron que los asistentes tuvieran la oportunidad de reorganizar sus recuerdos con un enfoque literario único.
La presencia de estudiantes de distintos niveles y el público lograron una integración a la entrega de la conductora del taller quien realizó un recorrido por diversos autores realizando un intercambio donde varias personas decidieron compartir el resultado del ejercicio leyendo sus creaciones surgidas en el taller, quienes tuvieron una devolución y algunas sugerencias para enriquecer los textos.
“En la docencia y estos últimos años de talleres literarios me ha sucedido que encuentro cosas muy gratificantes con gente que escribe y se descubre que quiere seguir en ese camino y es gente con la que uno se enlaza. Este taller surgió para que los participantes con ganas de escuchar y escribir a través de un dispositivo puedan crear textos, sin presiones ni expectativas. El tránsito de la literatura es movilizador y bello generando por ejemplo que no podemos dejar de leer un libro y en otras ocasiones no queremos seguir, siempre nos pasa algo, que la carne se nos tambalee un poco, se nos muevan nuestras certezas, siempre es necesario. Es una experiencia que propuse sea vivida desde cualquier lugar”, aseguró Belén Zavallo a Mirador Entre Ríos.
CON CREATIVIDAD
La escritora parafraseó a Alejandra Pizarnik para decir que “la rebelión consiste en mirar la rosa hasta pulverizarse y una mirada desde una alcantarilla puede también ser la visión del mundo”. Fue allí que contó que “mi columna se llama ‘Desde una alcantarilla’ porque siempre nos dicen que solamente podemos hablar de temas sublimes, importantes o de lo que hablan todos y esa mirada desde la alcantarilla es la que uno no espera, hasta incluso la posición del sapo con los ojos debajo es diferente, así que mi enfoque es a eso. Es un espacio muy amable donde es posible la belleza y reunirse. La literatura y el arte tienen una potencia fundamental en la vida humana y marcan a las sociedades, nos dicen tanto de ellas como los libros de historia, pero en el tiempo que se hacen con la creatividad le ganamos a todos los sistemas, en especial al capitalismo, que siempre nos pone en un rol mercantilista de hacer y tener ganancias”, reflexionó.
DAR SENTIDO AL LENGUAJE
Dentro de las definiciones en la búsqueda de los objetivos del taller la entrevistada añadió que “Cuando le damos sentido poético al lenguaje del protagonista, éste nos quita y nos posiciona también en una realidad donde nuestra voz se puede potenciar y descubrimos el asombro que perdemos de grandes y que nos recupera la infancia. Peleo por estos espacios para que los tengan las instituciones, los abran y permitan que la gente llegue trasversalmente, gratuitamente y sin excluir a nadie. Durante mucho tiempo se tuvo un prejuicio de que la literatura, sobre todo la poesía, era para un grupo selecto, reducciones o nichos y eso en vez de hacer crecer, fortificar las voces e idiosincrasia y el poder reconocernos en un lenguaje hacía que todo se volviera un artificio, unos juegos más de ingenio. Creo que la literatura planta ciertas verdades, incluso hace justicia y repara dolores desde otro lugar donde en los establecimientos donde debe hacerse no se puede”.
ALMÁCIGO
“En la Uader sede Paraná tenemos un taller de escritura literaria que se brinda gratuitamente, funciona en la Biblioteca Popular de la ciudad, uno virtual para toda la comunidad, otros de forma privada y asistimos a muchas rondas de lectura, pero termina siendo un proceso un tanto endogámico cuando circulamos sólo dentro de los lugares que nos quedan cómodos. Por eso, hacer un trayecto por ciudades de la provincia me parece que es enriquecedor para todos, porque encontramos nuevas visiones, nuevas formas de saber el paisaje, de nombrar aquello que nos dice quiénes somos. El taller se llama Almácigo por eso, porque es volver a ver cómo decimos, cómo nos decían y la polifonía, la realidad de otros aparece en nuestros discursos y textos”.
“Generalmente para escribir elegimos la segunda palabra y no la primera que se nos viene a la mente, si vamos a decir después, utilizamos luego, porque queda mejor, entonces vamos un poco más lejos desde donde somos, sin embargo, hay tanta riqueza y sonoridad en cómo hemos sido hablados por eso pienso cómo me hablaba mi abuela o lo que escuchaba que hablaba con mi mamá, en cómo nombrábamos en Viale, donde transita mi crianza. Pensamos que para irnos a otro lado tenemos que olvidarnos de donde somos para que no se noten tanto mis rasgos del interior y es todo lo contrario, si le ponemos oído a eso hallaremos un montón de destellos poéticos en la oralidad, en cómo se mira, en cómo se hace, en recetas, en todo lo que uno cree fuera de la literatura y por el contrario es lo más vivo”.
LECTURAS
“El haiku (poema breve) tiene la capacidad de abrir el silencio, cuando uno puede escuchar en ese texto breve como un sapo salta, entra en el agua y en las ondas se ve como se forma esa ondulación, el lenguaje está permitiendo que escuchemos el silencio. Todo lo que se puede hacer con palabras uno cree que es muy poco, porque lo hace todo el tiempo desde chico, sin embargo, con el lenguaje podemos abrir algo que es escuchar lo mínimo. Todas las formas son acceso para encontrar la sensibilidad en donde nos reconocemos y cuál es el espejo que nos cuesta más dificultad ponernos delante. El proceso creativo y de lectura es un proceso de expansión, siento que estamos alienados, agotados de todos los mensajes y cosas que nos decimos, incluso dentro del seno familiar, por lo tanto, debemos hacer lugar para escuchar lo bello y que no deje de tener importancia”.
Zavallo aseguró que “necesitamos la lectura para una expansión en el contexto nacional y la apuesta de los municipios y universidades públicas es sumamente importante”, remarcó finalmente.
BIO
La poeta Belén Zavallo nació en Paraná en 1982. Lengua montaraz, su libro de poemas (Ana Editorial, 2021) ganó el tercer premio Storni 2021. Sucedieron “Todos tenemos un jardín” (Camalote, 2019) y Dos poemas (Ediciones Arroyo, 2020). Integró las antologías Otras nosotras mismas (Agua Viva, 2020), Flotar y Jardín (Camalote, 2020 y 2021), y El beso que te di (Ediciones Arroyo, 2021). Dirige la sección “Entre versos” de la revista Análisis. “Las armas” es su primera novela publicada por Agua Viva ediciones, 2021. En 2023, mención especial Premio Fray Mocho en poesía y Premio Entre Orillas en crónica.