Hambre, frío y bullying. Estos tres padecimientos fueron los que tuvo que sufrir cuando era una niña Alejandra Leiva, quien es originaria de Laguna Larga, un paraje rural ubicado a 48 kilómetros de la ciudad de Villaguay, en el departamento homónimo.
Estas vicisitudes en su vida fueron el motor para que, a base de esfuerzo, buscara progresar y salir adelante. Así fue como siguió los pasos de su hermano Emiliano y se inició en la práctica del boxeo. Luego de que su hermano debiera abandonar la disciplina como consecuencia de una lesión en uno de sus ojos, éste realizó el curso de director técnico, montó su humilde gimnasio y empezó a trabajar en la esquina de Alejandra.
La Joyita, tal como la apodan en el ambiente del deporte de los puños, tiene 30 años, lleva cuatro como pugilista amateur y tiene la intención de pasar a profesional en 2025.
Junto a Emiliano pudieron levantar el Zurdo Box, el pequeño gimnasio donde trabajaban, pero la naturaleza les jugó una mala pasada. En una de las últimas grandes tormentas que hubo en la zona una cola de tornado les voló la estructura que habían montado. Pero esto no los frustró y, con los elementos que pudieron rescatar, siguió entrenándose al aire libre. Además, cuando pueden viajan hasta Villaguay para trabajar junto a Peteco Franco, quien fuera entrenador de la excampeona del mundo Débora La Gurisa Dionicius.
Así fue como se preparó y, semanas atrás, se presentó en Paysandú, Uruguay, donde logró un importante triunfo.
“Luego de la victoria volvimos y, como había llovido, entramos caminando con mi hermano. Nos quedamos empantanados, pero felices por haber ganado y porque nos esperaron nuestras familias. Mi esposo, mis hijas y mi padre. Una ducha caliente, mates y tortas fritas. Fue un momento de felicidad con cosas simples de la vida”, contó Leiva a Mirador Entre Ríos.
SU HISTORIA
Alejandra también recordó los duros momentos que pasó durante su niñez y adolescencia. “Creo que la vida son momentos de superación, de lucha, de no rendirse, de no tirar la toalla… Pero no arriba del ring, sino en el día a día. Pasé hambre y frío, andaba de alpargatas porque no podía comprar zapatillas y cuando llovía debíamos poner tarros o fuentes porque teníamos el rancho lleno de goteras. Sin embargo, yo soñaba muchas cosas, algunas veces más grandes y otras más pequeñas como poder comer o tomar algo caliente. Sabía que para poder cumplir esos sueños debía luchar y para eso estudié”, reflexionó.
Luego habló de aquellos años difíciles para ella: “Me iba a caballo todos los días y recorría nueve kilómetros para poder cursar la secundaria en la Escuela N° 11 Salustiano Segovia, de Lucas Norte. Mis compañeros se burlaban porque tenía las zapatillas rotas y, más allá de que me dolía, no impidió que siguiera yendo. Me levantaba a la 5 de la mañana, volvía a las 15 y tenía que seguir porque en el campo se trabaja. Nuestros padres nos enseñaron a trabajar. A los 9 años ya colaboraba en mi casa, sabía coser, lavar, trapear, limpiar la casa y cocinar. Siempre ayudé a mi mamá en las tareas del hogar”.
A raíz de su vivencia La Joyita intenta transmitir su experiencia personal para ayudar a otras personas a salir adelante.
“El trabajo es dignidad, salud y superación... es llegar a ser alguien en la vida. Se puede salir adelante soñando y teniendo fuerzas en el corazón. Cada vez que puedo le digo a alguien ‘luchá por tus sueños, que nadie apague tus sueños. La vida es una sola y es cortita... aprovechala porque se nos va’. Creo que todos alguna vez nos hemos sentido pisoteados, cansados, desanimados y ahí es cuando más tenemos que convencernos de que podemos salir adelante porque siempre hay una salida”, enfatizó.
NO TIRAR LA TOALLA
“Considero que las cosas simples son lo más importante de la vida. Estoy viva, tengo dos piernas, dos brazos así que tengo motivos para seguir. La vida no es plata ni el mejor auto o el mejor reloj, sino que la vida es el aire, el sol, poder comer hoy, trabajar y ganarte tu plata; la vida es quererte y hacer el bien. La vida es ser lo que quieras, pero tratando de ser el mejor. Todos tenemos una misión en la vida, un sueño y para cumplirlo hay que luchar. En el ring se puede tirar la toalla y rendirse, porque es parte del deporte, pero en la vida no”, reflexionó “La Joyita”.