Lalo Falcioni
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El técnico de Newell’s, Juan Manuel Llop, asumió todos los riesgos posibles en el arranque de este nuevo ciclo al frente del plantel profesional y por ahora la cosa viene muy torcida. Sin que nadie se lo pidiera, el Chocho quiso demostrar autoridad sentándose en el banco para dirigir a la reserva en la Copa Santa Fe y esa tarde en el Coloso ante Sportivo Rivadavia de Venado Tuerto recibió el primer cachetazo.
El arranque de la Superliga ante Unión fue muy pobre y la Lepra salvó la ropa ante su gente con el empate de penal y con las ganas del final. Y el lunes por la noche se completó la trilogía sombría para el entrenador y sus dirigidos cuando Godoy Cruz le puso punto final al sueño leproso en la Copa Argentina. Como se dice habitualmente, en el fútbol hay mucho de efecto contagio y en el Parque Independencia por ahora reina la mala onda.
La atenuante para Newell’s es que la temporada recién comienza y es lógico que el equipo tenga que pasar por un período de adaptación después de tantos cambios en el plantel. Pero las dos eliminaciones en las copas y el flojo inicio en el torneo son mochilas bastante pesadas para Llop y sus muchachos.
También para los dirigentes, que tomaron el riesgo más grande de todos al no hacer demasiada fuerza -por decirlo de una manera decorosa- para evitar las salidas de caudillos como Ignacio Scocco, Sebastián Domínguez, Mauro Formica y Maxi Rodríguez, nada más y nada menos.
Los directivos sabían que con un par de triunfos de arranque los hinchas dejarían a un costado el recuerdo de sus ídolos. Pero si la mano empezaba cambiada, como está ocurriendo, las figuras de los cuatro caciques se iban a agigantar hasta convertirse en un monstruo grande que pisa fuerte, como dice la canción.
El único aliciente que encuentra Llop por estas horas es que el equipo dio un paso adelante el lunes a la noche en cuanto al funcionamiento colectivo, a pesar de la derrota con el Tomba. También fueron buenas señales las buenas apariciones de Brian Sarmiento y del chico Joaquín Torres, que pueden cambiarle la cara al ataque rojinegro.
Volviendo a la idea del efecto contagio, Newell’s tiene la necesidad de cortar el clima negativo con un triunfo en cancha de Huracán, el lunes que viene por la noche, en el marco de la segunda fecha de la Superliga.
Un tema nada Amoroso
Para colmo, la atmósfera leprosa se contamina cada día más con las cartas documento, los líos con Futbolistas Argentinos Agremiados y el conflicto con el volante Joel Amoroso, que mañana cumplirá una semana sin presentarse a entrenar por falta de pago de la deuda.
La comisión directiva de Newell’s exhortó al ex jugador de Olimpo a que concurra a las prácticas, al mismo tiempo que le depositó los haberes correspondientes a julio. E informó que los cuatro meses que le deben “se los debe reclamar a Agremiados”, según confió una fuente del club.
El club del Parque Independencia invirtió 1,3 millones de dólares en la ficha de Joel, que fue adquirida a la entidad bahiense hace poco más de un año. “Por más problemas económicos y financieros que tengamos, no nos vamos a descapitalizar; todo lo contrario”, advirtió la semana pasada el vicepresidente Cristian D’Amico.
Por otro lado, el representante del futbolista negó que su intención sea salir del club con el pase en su poder. Es que a Amoroso le quedaría muy poco tiempo para conseguir un nuevo club, con el riesgo de quedarse seis meses parado hasta que se vuelva a abrir el libro de pases.

Como se dice habitualmente, en el fútbol hay mucho de efecto contagio y en el Parque Independencia por ahora reina la mala onda.