Nicolás Piray

Este fin de semana Crespo se vistió de gala, para recibir aproximadamente 100 extranjeros que alegraron a toda la región con sus danzas y cantos tradicionales, en una nueva edición del Festival Internacional de Folclore CIOFF. Artistas de Polonia, Paraguay, Chile, Eslovenia y Argentina, fueron protagonistas a lo largo de la semana pasada con diferentes eventos que desembocaron en dos veladas a puro baile, música y tradición.

El Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales Folclóricos (CIOFF) es una ONG en relaciones formales de consulta con la UNESCO, y acreditada para proporcionar servicios de consejo al Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO. Nace en Confolens, Francia, en 1970, y desde entonces trabaja en acciones que pretenden: promocionar el patrimonio intangible por medio de diferentes formas de expresión como la danza, la música, los juegos, los rituales, las costumbres y otras artes; servir a los objetivos de la UNESCO; apoyar las actividades de sus miembros y de las ONG, así como de las organizaciones que trabajan en el campo del patrimonio cultural intangible; y construir una cultura de paz entre los pueblos del mundo.

Con el tiempo se conformó lo que es hoy, afianzándose cada vez más el intercambio de culturas entre pueblos. Mirador Entre Ríos dialogó en exclusiva con Juan Pablo Brambilla, integrante de la comisión organizadora del festival y parte de la Agrupación Folclórica “Lazos de Amistad”, quienes coordinan en Crespo cada edición del CIOFF. “La delegación de Polonia fue la primera en arribar a Crespo. Llegó el lunes y estuvieron alojados en casas de familias. Un aspecto que hace reforzar el intercambio de culturas. Porque siempre se manejó de la misma manera, cada agrupación o cada bailarín tiene que hacerse cargo del costo del viaje y una vez en el país que lo recibe, la organización del festival se encarga del movimiento interno, comida y la logística en general. Es una experiencia hermosa tener gente de otros países alojada en tu propia casa porque, más allá de tener poco tiempo, se llevan una imagen de cómo se vive en Argentina. La costumbre nuestra de tomar mate es la que más les llama la atención a los que vienen de otro continente”, señaló y agregó: “La delegación de Polonia estuvo toda la semana previa haciendo didácticas en las escuelas primarias y secundarias no solo de Crespo, sino que en Puiggari y actuaron en el aniversario de la Aldea María Luisa. El grupo de Chile que no está residiendo en nuestra ciudad pero que es parte del festival, el martes hizo su presentación en las instituciones educativas. Es algo muy lindo para los artistas y para los alumnos. Porque nosotros como parte de la organización le avisamos con anticipación a las escuelas de qué países nos visitarán, así las docentes trabajan en la ubicación geográfica y en detalles para que los chicos hagan un estudio antes de verlos bailar y tocar canciones que quizá nunca escucharon”.

Organización

La Agrupación Folclórica “Lazos de Amistad” hace más de 20 años que está detrás de la organización del Festival CIOFF en Crespo. Pero todo lleva tiempo y mucho trabajo, para poder cumplir los requisitos año tras año. “Una de las condiciones para ser grupo CIOFF es organizar un festival que tiene que tener como mínimo cinco países visitantes y representar la cultura popular y tradicional, con sus trajes lo más típicos posibles. Además de contar con bailarines y músicos, porque es todo música en vivo con instrumentos característicos de cada lugar, para salvaguardar ese patrimonio del que siempre se habla”, sostuvo Brambilla. También hay actividades que tienen que ver con la artesanía y la gastronomía típica de las diferentes regiones.

Otras de las particularidades es que los bailarines que componen los grupos folclóricos, no son profesionales. Con respecto a este tema Juan Pablo dijo: “Nadie vive de esto y es una cuestión que lo hace más importante aún. Puede haber rusos que tengan escuelas desde hace 120 años o el grupo de Polonia que nos visitó en esta oportunidad, que tiene centenares de alumnos y pertenecen a una Universidad. Es decir, no son profesionales pero son grupos de muy alto nivel”.
La organización del festival lleva muchas horas y trabajo por parte de los que componen “Lazos de Amistad”. Justamente uno de los encargados de llevar adelante este evento es Juan Pablo, quien comentó: “El festival se organiza con un año de anticipación. Siempre que pasa una nueva edición, nos tomamos un descanso de algunas semanas pero luego comenzamos de lleno a trabajar en la siguiente. Es decir, este festival 2018 nosotros lo preparamos desde octubre del año pasado. Nos reunimos todas las sedes para empezar a trabajar en una idea de qué países se pueden invitar, qué cosas mejorar de lo hecho hasta el momento. Y en abril, ya se envían las invitaciones a todas las agrupaciones. Por el hecho de que como no son profesionales, nos manejamos con tanto tiempo de anterioridad para que cada integrante pueda arreglarse con las licencias en sus trabajos particulares y además poder juntar el colchón económico necesario para cubrir sus necesidades del viaje. Hay que tener en cuenta que los grupos son aproximadamente de 20 o 25 artistas, y no es nada fácil que todos coincidan rápidamente para organizarse y viajar”.

30 años de historia

Con esta edición se cumplieron 30 años del Festival Internacional CIOFF en Argentina y también en Crespo. Fue el 8 de diciembre de 1988 que se realizó por primera vez, con la visita del Grupo de Cantos y Danzas de la Escuela Politécnica de Varsovia (Polonia), que dio un espectáculo brillante en el Salón del Colegio Sagrado Corazón. Todo surgió por iniciativa de la Academia Argentina de Danzas de Santa Fe, dirigida por el profesor Alcides Hugo Ifrán y su esposa Beatriz Sangoy, que ya participaban de festivales internacionales y decidieron invitar al grupo con el que compartieron escenario en España, para el primer Festival Internacional de Folclore, organizado por ellos en la vecina provincia.

Por entonces funcionaba el grupo de Colectividades de Crespo, que tuvo un gran protagonismo en los festejos del centenario de la ciudad, en abril de ese año. De la mano de Micieslao Trembecki, su presidente, fueron quienes abrieron las puertas de la Capital Nacional de la Avicultura al conocimiento de otras civilizaciones del mundo. La experiencia fue realmente muy emotiva y Crespo, una ciudad que creció con el aporte de los inmigrantes italianos, alemanes, judíos, entre otras colectividades que vinieron a poblarla; abrió sus brazos y su corazón transformándose en una sede ideal para seguir recibiendo a los grupos de todo el mundo.

Desde entonces cada edición del Festival CIOFF no ha dejado de sorprender y encender la llama de la hermandad para disfrutar de la presencia de los embajadores culturales de los distintos países que visitan la ciudad entrerriana.

Brambilla resaltó lo “movida” que es la semana en cuanto a los intercambios culturales y tradición: “Para la ciudad tiene una importancia muy grande. Todas las delegaciones que nos visitaron a lo largo de estos 30 años volvieron felices. Siempre el recibimiento de los chicos de las escuelas y de la gente en sí, es muy cálido. Los hacen sentir como en su casa y eso es algo que todos reconocen”.