Mirador Entre Ríos
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Quienes conocen el mundo de la danza folclórica en la Argentina saben que la palabra “Laborde” tiene una connotación especial. Para este grupo, llegar a presentarse en el escenario de esta localidad cordobesa, que cada año organiza el Festival Nacional del Malambo, es como acceder a lo más alto de ese universo. El encuentro cimenta su prestigio en la jerarquía del jurado que convoca en cada edición –integrado por especialistas reconocidos– y por la exigencia requerida a los participantes en todos los detalles de su presentación. Por ello es que obtener el primer premio en ese certamen es consagratorio.

En medio siglo de historia del Festival de Laborde, la danza entrerriana ha tenido representantes calificados que han dejado en alto su prestigio, entre otros: América “Chola” Zapata, la Compañía Entrerriana de Folclore y la pareja integrada por Romina Cáceres y Mauro Gorosito.

A esa lista de talentosos exponentes entrerrianos se sumaron el domingo13 de enero Yanina Figueroa y Diego Germán Abrard, quienes obtuvieron el primer premio en la 52ª edición del prestigioso encuentro. El logro es fruto de años de esfuerzo recorridos con constancia y fundamentalmente pasión por lo que hacen estos paranaenses que se enlazan en la danza y la vida y que atraviesan un momento brillante en lo personal y profesional. Hoy están enfocados en sumar logros a una trayectoria avalada por distinciones y reconocimientos logrados con un estilo que los distingue.

Para la pareja de paranaenses la emoción fue muy intensa cuando el locutor anunció que el jurado les había otorgado el primer premio en el rubro “Pareja de danza”.

Identidad

El galardón en el escenario les fue otorgado luego de un exigente selectivo, por el jurado conformado por los profesores Héctor Arico y Omar Fiordelmondo y dos bailarines consagrados en ediciones anteriores: el santiagueño Jorge Aguilar y el catamarqueño Diego Argañaraz.

“Nosotros elegimos bailar tanguito montielero que junto con la chamarrita es el ritmo que nos caracteriza a los entrerrianos”, contó Diego Abrard a MIRADOR ENTRE RÍOS.

La alegría por el reconocimiento se trasladó a las redes sociales, y, acaso lo más relevante para ambos bailarines les dio la posibilidad de recibir los abrazos y saludos emocionados de familiares y amigos que los han acompañado y apoyado durante los últimos años en un camino de trabajo que han transitado de manera independiente. “Vivimos todo el proceso acompañados por la familia y amigos que son los que nos apoyan siempre y sobre todo de nuestros hijos Kiara, Bautista y Bianca. De hecho cuando nos nombraron ganadores subimos al escenario con Bianca y Bauty porque viven cada experiencia con nosotros y este premio también es de ellos”, añadió emocionado el bailarín.

Recorrido

–¿Por qué decidieron participar en Laborde ¿Cuánto tiempo hace que trabajan para este logro?

–En el ambiente de los bailarines folclóricos existen grandes festivales donde el bailarín sueña consagrarse. Uno es Cosquín y el otro es Laborde. En el primero conseguimos ganar en 2015. En Laborde, en 2016 ganamos en el rubro Conjunto de danza con el grupo “Estilo entrerriano”, grupo que fundamos junto con Mauro Gorosito y Romina Cáceres, que son amigos y familia y que también son ganadores de Cosquín y Laborde en 2016.

En 2018 ganamos el selectivo en Entre Ríos y fuimos con una propuesta similar que habíamos armado con Mauro y Romina. El año pasado logramos pasar a la final y conseguir el segundo puesto. Así que este año decidimos volver a intentar y gracias a Dios se nos dio.

–¿Cómo transitaron el proceso de preparación y ensayos?

–Los ensayos... bueno, ese es un tema en sí mismo. Como somos un matrimonio por ahí la gente cree que ensayamos con mucha frecuencia. Y no es así. Pero como queremos llevar adelante un trabajo serio nos reservamos un día en la semana para esto y trabajamos a pleno y con mucha intensidad. De todos modos no son tantas horas ya que nuestras propuestas y estilo es que lo que hacemos se vea natural y espontáneo. Por eso demasiado ensayo haría que se viese poco fluido y muy armado.

–¿Qué les transmitió el jurado luego de su presentación? ¿Qué aprendizajes les dejó esta experiencia?

–Con el jurado no tuvimos contacto hasta después de los resultados, pero una vez que se conocieron los resultados tanto de alguno de ellos como de otras personas que nosotros tenemos como referentes en lo que se refiere a danza, tuvieron palabras muy lindas para con nosotros. En cuanto a lo que trajimos como enseñanzas… bueno, quien ya nos conoce sabe que venimos peleando y remando desde abajo y desde hace años por llevar nuestras danzas del Litoral a todas las regiones del país: damos cursos, clases, y nos seguimos formando y nutriendo tomando clases con otros profesores, con diferentes estilos, para conocer también. Creemos que como bailarines debemos estar en constante aprendizaje y es lo que siempre fomentamos a nuestros alumnos. Que siempre estén en constante búsqueda y aprendizaje.

Uno de las síntesis que nos deja este reconocimiento en Laborde es que nunca debemos rendirnos. Parece algo muy dicho. Pero es así: si uno realmente quiere alcanzar algo, debe proponérselo como objetivo Y trabajar duro y seriamente para conseguirlo, no bajar los brazos hasta lograrlo.

–¿Qué esperan de aquí en más en relación a su trayectoria en la danza?

–Como bailarines seguiremos perfeccionándonos siempre, ya que consideramos que tenemos que seguir aprendiendo, también continuaremos trabajando de jurados y dando cursos de danzas del Litoral por diferentes partes del país y la provincia.

Perfiles

Yanina tiene 33 años y Diego 38. Para ellos la danza es un proyecto de vida, pese a que la conocieron por caminos muy diferentes. Ella comenzó a bailar en un grupo coreográfico llamado “Entre Ríos nueva imagen” y en “Peña Amanecer” ambos grupos a cargo de la profesora Gabriela Gómez Rodríguez.

Diego se inició en “Ballet los Entrerrianos” de Manuel Gómez e Iris Weinzettel.

“Yanina era muy inquieta y le gustaba mucho bailar. Su papá, que hoy es mi suegro, siempre escuchó folclore así que decidieron llevarla a que aprenda danzas folclóricas cuando ella tenía ocho años”, recordó Argañaraz a EL DIARIO.

En cambio para él la aproximación al baile fue distinta. “Empecé sin querer; jugaba al jockey sobre patines y un día acompañé después de práctica a un amigo que también bailaba folclore y me invitaron a bailar. Desde ese momento ya no dejé”.

La pareja se conoció en 2007 y desde entonces bailan juntos y han recorrido un camino de vida compartido. “Nos graduamos en la Escuela de Música Constancio Carminio, como Técnicos en Danzas tradicionales, lo que nos habilita a dar clases de música y es el cargo que ejercemos; Yanina en escuela primaria de jornada completa Mariano Necochea, de Cerrito, y yo en la escuela primaria Leopoldo Herrera, de Ramírez y en la Escuela secundaria Nº 90 de Colonia Nueva”, cuenta el bailarín quien, también, da clases de folclore en el Imefaa, en Crespo.

Triunfo

–¿Qué significó para Uds. haber ganado en Pre Cosquín 2015 el primer premio en el rubro Mejor pareja de danza tradicional

–Cosquín fue el primer sueño cumplido. Lo buscamos por mucho tiempo. Cuando conquistamos el primer lugar, hacía 16 años que la provincia no conquistaba un premio en danza de pareja en Cosquín. El primero había sido Fito Jaime y Noelia Telagorri en el año 1999. A nosotros se nos dio bailando tres danzas: shotis, rasguido doble y en la final chamamé. Éste premio nos abrió muchas puertas a nivel nacional.