Cuidado del medio ambiente
Un grupo de amigos le dan “una caricia” al río cada vez que salen en sus kayaks
Los entrerrianos Julio Santos, Daniel Schaab y Miguel Goette juntan la basura que encuentran a flote mientras navegan. Vuelven a tierra con botellas, latas, partes de electrodoméstico hasta han encontrado insumos veterinarios. Llenan hasta dos tachos de 200 litros con residuos.
Tomás Rico redaccion-er@miradorprovincial.com
Navegar por los amplios canales de agua es un lujo que los entrerrianos disfrutan los 365 días del año, sea de forma recreativa o deportiva, algunos pasan días y noches en distintas embarcaciones, acampando en las islas o bien disfrutando desde la orilla. Pero pocos son los que realmente se preocupan por cuidarlo y no ensuciarlo. “En una oportunidad estábamos en el arroyo Las Conchas del Parque San Martín, y Daniel, que es aficionado a la fotografía, sacó una foto que era una postal hermosa y lo único que afeaba la imagen era una botella que flotaba en el agua. Entonces la juntamos y la dejamos arriba del bote hasta que volvimos a tierra”, recordó Julio Santos, un médico cardiólogo de General Ramírez, que junto a Daniel Schaab y Miguel Goette, aquella tarde de mediados del año pasado, iniciaron la tarea solidaria con el medio ambiente que hacen cada vez que salen en sus kayaks.
Schaab y Goette son comerciantes y residen en Crespo. Lejos de ser los primeros, ya que se generan campañas de limpieza de ríos y arroyos en varios puntos del país desde hace tiempo, estos amigos entrerrianos tienen la particularidad de que se tomaron esta actividad como un hábito. Los sábados para ellos —día en se encuentran en el Club Náutico Diamante para salir a navegar—, son sagrados y salvo que se lo impida un alerta meteorológico, salen al Paraná.
“La zona del río que más limpiamos es la de Diamante, pero también hemos hecho travesías por el río Feliciano y el arroyo Alcaraz”, señaló Santos en una entrevista con Mirador Entre Ríos y aseguró: “La idea, ya sea de manera independiente, como lo hacemos, o mancomunados con otra gente, es seguir limpiando el río”.
Lo que observan en sus paseos por el río es que, además de la basura que llega por los desagües de las ciudades, los pescadores y otros navegantes deportivos son grandes contaminadores. Pensaron alternativas para generar un efecto contagio, desde colgar carteles hasta entregar folletos, pero para el cardiólogo lo mejor es “seguir obrando con el ejemplo así la gente nos ve y se contagia de algo bueno”. Al mismo tiempo destacó: “Amamos el kayakismo y lo disfrutamos mucho, por eso creo que hemos aprendido a valorar el río y nos entristece verlo tan descuidado. Más allá que empecé en esto por una cuestión de esparcimiento, entiendo que el futuro colectivo depende de nosotros y si cada uno empieza a levantar la basura que se encuentra la situación va a cambiar”, sostuvo Santos.
Lo que encuentran Desde partes de electrodomésticos, plásticos de todo tipo hasta vacunas y demás elementos médicos. Para trasladar hasta la costa los residuos que encuentran a flote utilizan redes elásticas que atan a sus embarcaciones y que permiten cargar una gran cantidad de basura y que al medirla, en promedio llenan dos tachos de 200 litros.
“Encontramos motores de heladeras, partes de autos, latas de cerveza y lo más lamentable fue una bolsa con insumos veterinarios, cosas que son incomprensibles. La gente no entiende que hay residuos que pueden tardar más de cien años en degradarse”, se lamentó Julio.
Los kayakistas entrerrianos, entre sus vastas travesías también visitaron los Esteros del Iberá en Corrientes, al hacer una comparación entre lo que vieron allá, que es una reserva natural y lo que palpan en el Paraná, Daniel fue conciso: “La gente que va a los esteros va a ver naturaleza, no va a ensuciar, es otra la educación”.
Construir conciencia
El grupo de amigos busca generar el efecto contagio también en los municipios y las comunas entrerrianas para que intervengan y ayuden a evitar la contaminación. “No me interesa políticamente si les sirve o no, pero desde el Estado se tiene que concienciar a la gente que está acostumbrada a utilizar el río como basural y es algo que está incorporado”, analizó Schaab.
Lo que más preocupa a Daniel es que en varias localidades costeras no existe un lugar para llevar la basura y hacer el tratamiento adecuado. “Cuando voy a pescar a Las Cuevas, por ejemplo, me dicen ‘dejá la basura ahí porque igual va a terminar en el río porque no tienen basural’”, criticó el crespense y agregó: “No procesan la basura y terminan tapando un cañadón o un arroyo cercano, y una vez que llega al río se fondea, llega a un isla o sigue hasta el Río de La Plata y no la vemos más”.
Entre el grupo de amigos comparten que hay que incentivar a los que navegan, “por ejemplo desde la guardería de lanchas o desde el mismo club entregarles una bolsa de consorcio e invitándolos a que vuelvan del río con la basura”, coincidieron.
Soluciones
Algunas de las opciones que van para reducir la contaminación de los cursos de agua, además de generar concientización, es que se construyan políticas públicas desde los municipios y se imiten acciones que se llevan adelante en países desarrollados o que se toman enserio el problema ambiental. “Hay que empezar por los arroyos, se puede poner una malla sima que impida que la basura llegue al río y saca la basura con malacates, no hay que ser ingenieros para hacerlo. Hay que mirar lo que pasa en el mundo y tomar ideas buenas”, resaltó Daniel y amplió que, además de sacarla del agua, hay que tratar ese residuo y reciclarlo.
Compartida en todo el mundo
Una de las primeras fotos que subió a su facebook Daniel Schaab, mostrando la cantidad de basura que sacaban del río, fue compartida más de 2 mil veces. “Invité a compartir a los mugrientos que contaminan nuestro medio ambiente, y pegó de tal manera que hasta chinos, europeos, árabes y norteamericanos compartieron la imagen”, contó Daniel.