Belén Fedullo
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Con la ordenanza 28312/95, el Concejo Deliberante de Concordia declaró al parque San Carlos como pulmón de la ciudad. Esa normativa es la que rige las actividades que se pueden hacer en el parque y las que no, en pos de cuidar la reserva natural que tanto significado tiene en la historia, no solo de la localidad, sino del mundo.
En medio de las repercusiones por los incendios en el Amazonas, Marcelo Cortiana, guardaparques de San Carlos, llamó a la reflexión a los ciudadanos de Concordia y la zona, y pidió que la preocupación también se extienda hacia el espacio natural más significativo como a los pequeños.
A principios de septiembre se cumplió un nuevo aniversario de un trágico accidente que resultó un primer cambio en San Carlos. El lugar funcionaba como autódromo y, en el año 1962, el piloto Pablo Gullé perdió el control de su auto y chocó a un espectador que luego falleció. Tras ese siniestro las carreras fueron prohibidas y años más tarde, en los 80, sancionaron ordenanzas proteccionistas para prohibir espectáculos de motocross y MTB.
La vida dedicada al ambiente y la importancia de conocer
Cortiana lleva décadas ligado al cuidado del ambiente. Recuerda bien cuando, a los cuatro años, asistía junto con su padre a pasar tardes en el parque que luego se convertiría en “su casa”.
“Toda la experiencia que adquirí haciendo las capacitaciones y formándome fue volcada a mi vida diaria, porque siempre estuve ligado a lo que hago”, contó en diálogo con Mirador Entre Ríos, y agregó: “Trabajé muchos años como jefe de ecología y educación ambiental en la Municipalidad. En el 2000, el intendente Hernán Orduna envió a capacitar el personal para ser guardaparques y nuestro estudio fue justamente en San Carlos. Aunque yo había hecho años antes el ingreso en parques nacionales y ya era guardafaunas de la provincia”.
“En 2013, durante la intendencia de Gustavo Bordet, se hizo la consolidación y puesta en valor del palacio y plantearon la posibilidad de proteger no solo el patrimonio arquitectónico sino también el parque. Afortunadamente esta gestión decidió seguir con el trabajo y hay ideas para seguir cuidando ese espacio que tanto bien nos hace”, indicó.
—¿Por qué creés que debemos darle la misma importancia que al Amazonas?
—San Carlos es el principal parque y reserva que tenemos cerquita de la ciudad y debemos cuidarlo. El ambiente no es solamente el Amazonas, que es el lugar en el que se encuentra la mayor biodiversidad del planeta, sino que también es lo que nos rodea, desde una plaza hasta el patio de nuestra casa, en donde podemos tener incluso vegetación importante para algunas especies de aves o insectos. Nos fijamos en lo macro y no vemos lo que tenemos cerca, las cosas cotidianas.
—¿Como pueden ayudar los ciudadanos?
—Creo que es fundamental el conocimiento y el comportamiento de cada uno cuando va de visita al parque. También deben difundir todo lo que ven en cada visita, porque es importante que se sepa que hay especies que han vuelto a verse en el lugar y que sigan viviendo allí es responsabilidad de todos, depende de nuestro cuidado.
Hace poco observé como ponía huevos una tortuga tigre, que hace muchísimos años no se veían, y fue emocionante. Desde los 4 años voy y nunca había visto una, ni siquiera en las recorridas de los últimos años. Ahora la gente empezó a ver más especies paseando en el parque y eso tiene que ver con que toman más conciencia y lo cuidan.
—El conocimiento es importante ¿Notás que la gente conoce mucho del lugar?
—Se conoce muy poco, creemos que conocemos más de lo que en realidad sabemos. No sólo pasa con las especies de animales y plantas, que son nuestras y que quizás siquiera sabemos que existen, sino también con las leyendas o historias que se cuentan de lo que ha sucedido en este mítico lugar. Eso es lo que queremos, dar datos fidedignos sobre lo que significa este parque y brindar herramientas para que también sepamos qué hay a nuestro alrededor para tener en cuenta cuánto podemos ayudar y cómo podemos hacer nuestras actividades sin afectar algo que debe conservarse por nuestro bienestar.
—¿Por qué cuesta tanto erradicar costumbres dañinas?
—Creo que es porque justamente la gente se acostumbra y no se cuestiona lo que sucede. Hace un tiempo la comunidad empezó a pedir que las cosas cambien. El intendente firmó el pacto San Antonio de Padua y en uno de sus puntos habla de generar espacios para lograr un cambio de paradigmas y eso se fue dando, traíamos ideas de otro tiempo como tener un boliche en una reserva ecológica o cazar hasta terminar con alguna especie y nos dimos cuenta, tal vez a tiempo, que eso no fue lo mejor.
—¿Hubo depredación en el parque?
—Hay algunas especies que ya no están, y que son importantes en nuestra historia. Las vizcachas por ejemplo, si no hubiera sido por ellas Saint Exupéry no habría hecho una escala aquí, porque él metió la rueda de la avioneta en una cueva vizcachera, eso hizo que sufriera un desperfecto y tuviera que quedarse en el palacio, que le sirvió como inspiración y es parte de El Principito, uno de los libros más leídos en el mundo. Tal vez si no hubiéramos tenido esas especies, él no habría tenido el accidente y nos habríamos perdido de una historia tan hermosa como la que le inspiró nuestro paisaje.
Lo triste es que él se accidentó en una vizcachera y acá no hay más vizcachas. Fueron matándolas hasta que las eliminaron totalmente del parque y los alrededores, por eso ahora estoy trabajando con un grupo de biólogos a los que le planteé la idea de recuperar especies.
—¿Qué esperas a futuro?
—Mi deseo es que se de una ampliación del parque San Carlos. Esto fue planteado en su momento por el abogado Mariano Giampaolo, en su período como concejal. Se habló de un corredor biológico de cientos de hectáreas en el que los animales podrían circular de manera libre y me gustaría que se ejecute, porque en definitiva todo esto se haría para el disfrute de la gente, que terminaría yendo de paseo a un lugar natural que queda a pocos kilómetros del centro y estaría lo más alejada posible de la intervención de las manos del hombre.
Ojalá alguna persona visite este lugar, se enamore e inspire y escriba una historia nueva que sea tan leída como la de Saint Exupéry.
Esperanza en las nuevas generaciones
Las escuelas programan visitas guiadas al parque San Carlos para conocer y se comprometen con el espacio que comparten. Además, los estudiantes de distintos niveles muestran proyectos innovadores en cuanto al cuidado del medio.
“Los chicos vienen de visita y saben todo. Eso es algo de ahora, nosotros éramos menos conscientes quizás, pero creo que esa mentalidad y preocupación nuevas nos llevarán por buen camino”, señala el guardaparques.
Las tradiciones de los adolescentes también se ven atravesadas por la conciencia ambiental. Es que en el mes de la primavera, la ciudad celebra con desfiles de carrozas construidas por los alumnos de los colegios secundarios, que deben dejar un mensaje, y desde hace algunos años deciden ir por el camino del cuidado de la tierra. “Más allá de la escuela, en el desfile de carrozas he visto que los jóvenes dejan como moraleja muchos mensajes relacionados con el cuidado del ambiente, de nuestros espacios y eso también genera rebote y muestra un cambio de mentalidad. Incluso se que se capacitaron e hicieron sus trabajos con materiales reciclados, eso me enorgullece enormemente”, concluyó Cortiana.
Ojalá alguna persona visite este lugar, se enamore e inspire y escriba una historia nueva que sea tan leída como la de Saint Exupéry
Marcelo Cortiana
guardaparques del parque San Carlos