Aldana Badano
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Durante el fin de semana anterior se realizó la edición número 18 del Contrafestejo, una propuesta cultural y artística que ya es un sello de la capital entrerriana. El Puerto Nuevo fue el escenario elegido para el desfile de comparsas, feria de productos agroecológicos y una fiesta popular que se extendió más allá de la medianoche. Se presentaron 12 cuerdas de tambores que hicieron bailar a los asistentes al ritmo del candombe estilo uruguayo.
“El Contrafestejo es una fiesta popular que reivindica las culturas previas a la conquista y la cultura afrodescendiente”, así lo definen sus organizadores en la invitación por redes sociales que comenzaron a compartir hace ya más de un mes palpitando lo que fue una fiesta gratuita y abierta a todo el público. Los detalles del evento estuvieron a cargo de un grupo de personas que aunaron esfuerzos de manera horizontal, autogestiva y sin fines de lucro para llevar adelante un festival destinado a toda la familia.
El evento comenzó pasadas las 14, con la feria de productos agroecológicos y la ceremonia de inicio para dar lugar a la llamada de tambores que inauguró el recorrido por el que desfilarían las 12 comparsas que le pusieron color y ritmo a una tarde calurosa y soleada a orillas del río Paraná. Por orden de aparición, se presentaron Batería NN de San Benito, Las Dragonas de Paraná, Oreja de Negro de Chaco, Barranca de Santa Fe, La Fauna de Uruguay, Yumba de Buenos Aires, Candombe Hormiga de Rosario, La Riquitonga de Buenos Aires, Cambá Nambí de Santa Fe, Rejunte, Amistá de Rosario y el cierre a cargo de La Conventillo de Paraná.
Por primera vez en sus 18 años de ediciones ininterrumpidas, el Contrafestejo se realizó en el Puerto Nuevo de la ciudad de Paraná. Esta elección se debió, en parte, por las obras que se estar realizando hace ya meses en la tradicional Plaza Alvear, ubicada en el centro de la ciudad y en el corazón del conocido Barrio del Tambor.
Los parches hicieron vibrar el Puerto con un recorrido que pasó por el galpón de la Escuela de Canotaje y continuó a la vera del río hasta el Monumento al Policía. El recorrido fue largo para llevar los tambores a cuestas, pero el ritmo y la energía que transmitían cada una de las comparsas hicieron que en cada recorrido estén acompañadas de público que disfrutó del espectáculo.
Con historia
El contrafestejo surgió como una fiesta reaccionaria al antiguamente conocido y celebrado “día de la raza”. Desde entonces, cada fin de semana previo a la efeméride de la conquista española en tierras americanas, los paranaenses celebran la libertad y la vigencia de los orígenes aborígenes y africanos que fueron violentados y acallados en la colonización europea. Si bien hoy se ha resignificado a nivel nacional el 12 de octubre y se habla del “respeto por la diversidad cultural”, el Contrafestejo continúa teniendo espacio atravesado por una perspectiva plurinacional. El evento fue definido por sus organizadores como “un espacio de reflexión colectiva a favor del respeto por la diversidad étnica y cultural y de la igualdad de oportunidades, contra el egoísmo y la marginación tan presentes en nuestra sociedad”.
El Contrafestejo comenzó en el 2002 con la finalidad de ser una muestra anual de la primera cuerda de tambores de la ciudad, "Nación Tambor", dependiente de la escuela de candombe afrouruguayo.
Fue así que se decidió hacer una llamada que recorriera el viejo Barrio del Tambor, asentamiento de afrodescendientes de mediados de siglo XIX en cercanías de la Iglesia San Miguel. Año a año el evento fue creciendo y se sumaron a la organización otros movimientos artísticos y culturales y personas afines a la idea de Contrafestejo que lo enriquecieron desde sus aportes.
Con su empedrado característico, el Pasaje Baucis supo dar un clima especial a las noches cada vez más concurridas de aquellos primeros años. En 2007 el Contrafestejo se trasladó a la esquina de calles San Martín y Buenos Aires. El Pasaje presentaba inconvenientes relacionados a la capacidad y comodidad para la cantidad de gente, que fue incrementándose; es por eso que el Contrafestejo salió y volvió a Baucis varias veces en años posteriores. Hasta esta 18° edición que se trasladó al Puerto Nuevo de la ciudad de Paraná para celebrar la diversidad cultural junto al Río Paraná.
Nuevos aires
Anclado en un tiempo y un espacio específico, “El Contrafestejo” en Paraná es heredero de las luchas populares surgidas por la crisis de 2001: la burbuja de pertenecer al primer mundo había explotado y al pueblo sólo le había quedado una economía y unas instituciones políticas arrasadas. De esas cenizas surgió un embrión que añoraba otra sociedad, más solidaria, otras foras de salir de la crisis más autogestiva.
Las asambleas barriales, los encuentros para el trueque, los movimientos okupa, la recuperación de fábricas, experiencias de arte urbano, el renacer de expresiones de educación popular, crecieron al influjo de cierto cuestionamiento de lo oficial, lo que incluyó la historia que nos han contado. De ese contexto emergió la idea del Contrafestejo.
Aprender a desaprender
El contrafestejo es una fuerza portentosa, una energía que empuja a rebelarse contra los intentos de disciplinamiento, incluso del cuerpo y sus movimientos considerados adecuados.
Encolumnados, los tambores avanzan en columnas que exaltan el corazón y marcan el paso. Así, por un rato, un paisaje urbano que muchos recorren como autómatas asume otra dimensión: la rutina se vuelve fiesta y el gris, muta a un sinfín de colores.
El contrafestejo ayuda a resucitar otra noción del entorno y de los ciudadanos en él: los tambores resuenen, le alegría agita las sensibilidades, el cuerpo busca liberarse y, a puro candombe, el gentío inunda de danzas el antiguo Barrio del Tambor.
Candombe, arte y cultura popular
El escenario de este año fue el Puerto Nuevo, espacialmente más adecuado que las calles angostas que caracterizan al Barrio del Tambor, en torno a la Iglesia San Miguel. Luego de la ceremonia y feria de productores agroecológicos y de artesanos, sobre calle Rioja, esquina Liniers, sucedió la llamada de tambores de candombe uruguayo, con una decena de comparsas de Paraná, Santa Fe, Rosario, Córdoba que realizó un celebrado recorrido junto al río. En el escenario hubo además otras propuestas musicales.
Se trata de un evento que se organiza de manera autogestionada y colectiva, que tiene como punto central la reivindicación cultural de los derechos de la afrodescendencia y de los pueblos originarios. Así, el candombe es una herramienta que permite despertar, por medio de los tambores y la música, y conocer nuestras raíces.
El Contrafestejo busca reivindicar nuestras raíces ancestrales, las rioplatenses, después de cinco siglos de sangrienta de conquista, lucha que asume acaso otras características que deriva también hoy en dolor, enfermedad, muerte y saqueo de la riqueza nativa.
Se trata de pensarnos
El Contrafestejo intenta propiciar un espacio de reflexión colectiva, del que surja la vocación por revitalizar nuestra identidad sin omisiones ni distorsiones, es decir, como resistencia a la globalización neoliberal del pensamiento y la cultura que estandariza, a favor del respeto por la diversidad étnica y cultural y de la igualdad de oportunidades, contra el egoísmo y la marginación tan presentes en nuestra sociedad.
A través de esta fiesta popular que reivindica las culturas previas a la conquista y también la cultura afrodescendiente, La idea es generar un espacio de reflexión en torno a la preexistencia a la conquista, la negritud, la esclavitud y, desde esa valorización de los excluidos y marginados, reparar en la necesidad de la autogestión, la construcción horizontal, la diversidad, la solidaridad, los feminismos, la resistencia al antiimperialismo, la soberanía alimentaria y el cuidado del medio ambiente.