La contracara de la cuarentena

Los arroyos y el río Paraná reciben un alivio por el aislamiento social

La crisis sanitaria por el coronavirus detuvo muchas actividades productivas y totalmente las actividades recreativas y culturales. Las consecuencias se pueden notar en el comportamiento de los animales y en la baja de contaminación ambiental. Los pulmones respiran aire más puro, los oídos descansan del caos urbano y el agua se volvió más cristalina en los arroyos de Paraná.


Ampliar [+]
Aldaba Badano
redaccion-er@miradorprovincial.com

La cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional, replicada por diversos Estados de todo el mundo, como medida de prevención para evitar el contagio masivo del coronavirus, mantiene a millones de personas recluidas en sus casas hace semanas. La naturaleza tuvo un respiro del que parece ser el virus que contamina el planeta: el humano.

En Venecia los canales lucen cristalinos y poblados de animales, en toda Europa se verifica satelitalmente una baja en la producción de dióxido de carbono que se tradujo en la purificación del aire y en Buenos Aires la historia se repite. Además, la contaminación visual y auditiva en estas grandes ciudades se ha reducido notablemente. Entre Ríos no es la excepción, y por encontrarse en el período de cuarentena debido a la crisis sanitaria que enfrenta, también experimenta una baja en la contaminación.

Esta modificación del ambiente se puede notar fácilmente si viven sobre una calle transitada en la que la contaminación sonora se redujo notablemente al permitirles un respiro a los ciudadanos de las molestas bocinas y el "rugir" de los motores de los vehículos. Además, el aire se ha vuelto más puro ya que el tránsito por las ciudades es casi nulo y el dióxido de carbono que emiten los rodados disminuyó en consecuencia.

Otra particularidad del respiro que recibe la naturaleza en esta cuarentena se puede notar en el cambio que vivieron los arroyos que conforman la topografía de la ciudad de Paraná, una de las ciudades emplazada sobre más cuencas del país 16 arroyos que atraviesan desde todos los puntos cardinales a la capital provincial, hasta desembocar en el río homónimo.

Fernando de la Rosa, del Colegio de Arquitectos de Paraná, brindó su perspectiva a Mirador Entre Ríos sobre los arroyos paranaenses, la contaminación que sufren y la planificación del ejido urbano. "Es importante separar la contaminación que sufren los arroyos por estar en la planta urbana de la ciudad, que tienen en su caudal gran cantidad de residuos hogareños y la contaminación que sufren los arroyos por los desechos industriales".

El arquitecto especificó que los arroyos Antoñico, La Santiagueña y Las Viejas están contaminados, en su mayoría, por los desechos urbanos de los barrios que están erigidos en sus orillas. Mientras que otro tipo de arroyos como el Yeso, Tuyucuá, Cazuelas, los Berros, pueden tener contaminantes como el glifosato o productos de la producción agrícola.

Frente a la baja de contaminación en la cuarentena, el especialista señaló: "Con la cuarentena solo hubo una baja del 10% de la contaminación que tienen estos arroyos por la baja actividad industrial, como es el caso del arroyo las Tunas, que recibe los residuos de frigoríficos y del parque industrial, sumando a la contaminación cloacal de las ciudades de San Benito y Colonia Avellaneda".

Mientras que en el resto de los arroyos que configuran la geografía paranaense, "puede haber una reducción de hasta un 30% en los arroyos que tiene que ver con el cese de actividades en general, es decir porque no hay tanto movimiento en las calles ni en las cercanías de los arroyos".

Un punto estratégico que recibe alivio

Este semanario realizó a lo largo del 2019 varias notas referidas a la necesidad que tienen los paranaenses de aprender a convivir con los arroyos que en su curso llevan el caudal, que en definitiva, alimenta al río Paraná. La ecuación es fácil: si los arroyos muestran un alto grado de contaminación, el Paraná recibirá lo suyo.

"A metros de la playa del Complejo Thompson, uno de los puntos turísticos de la capital provincial y en el que el municipio realizó una gran inversión en el último tiempo, se encuentra el arroyo Las Viejas, una cuenca que desemboca en el río Paraná, aguas arriba del puerto local. Pero, la situación ambiental de este canal es lamentable y al acercarse el olor nauseabundo evidencia que el agua está podrida", así era descripto el arroyo hace apenas unos meses en una nota de este medio.

Mirador Entre Ríos recorrió esta semana el arroyo Las Viejas y comprobó que se observa más cristalino, sin el olor nauseabundo que lo caracteriza y con peces en su caudal, "esto se debe por el cese de actividades en general, ya que la mayor afluencia de contaminación de este caudal de agua proviene de los propios ciudadanos que lo frecuentan", indicó el arquitecto.

De la Rosa explicó que "los tres arroyos que conforman nuestra geografía urbana como lo son el Antoñico, La Santiagueña y Las Viejas están muy contaminados, en su mayoría, por residuos hogareños. Por lo tanto la contaminación que tienen esos arroyos en la cuenca urbana, es producto de la actividad ciudadana y las personas que allí descartan sus desechos", reiteró.

"Desidia y complicidad"

"Lo que sucede en los arroyos es una mezcla de desidia y complicidad entre la imposibilidad de un vecino de poder sacar sus residuos y que el municipio los recoja y la decisión de ese vecino de terminar descartando sus desechos en los arroyos. Lo más grave es que esta contaminación de los arroyos es lo que termina contaminando nuestro ríos", alertó de la gravedad del problema de la contaminación el arquitecto.

Juan Manuel Pauletti, educador del Aula Verde y miembro de la fundación Puente a la Vida, dio su punto de vista sobre la situación que atraviesan los canales acuíferos de la ciudad: "Es terrible el tema de los arroyos en Paraná. Los seres humanos no nos estamos haciendo cargo de nuestros deshechos, tanto de lo que depositamos en el inodoro como lo que tiramos en los tachos". Al mismo tiempo consideró que "debemos tomar mucha conciencia porque sino no vamos a poder tomar agua".

En definitiva, este aislamiento social y el freno parcial de la actividad industrial le da un respiro a esta riqueza natural que son los arroyos y ni hablar el río, fuente de vida que necesita una caricia por parte de las personas. Se puede entender que recibir menos porcentaje de contaminación por unas semanas, a causa de la cuarentena, es más que una caricia, es un abrazo al medio ambiente.

Los arroyos de Paraná

El mapa de Paraná tiene en todos sus puntos cardinales alguna cuenca hídrica, en total son 16: Berros; Cazuelas; Tuyucua; Antoñico; Las Viejas; El Colorado; La Santiagueña; Las Piedras; Saucecito; Manga; Horqueta; Nuevo; Del Yeso; De Uzin; Las Tunas; y Bañados del Oeste.

La baja contaminación en otras partes del mundo

La cuarentena casi global y la menor circulación de vehículos en las ciudades ha mejorado notablemente la calidad del aire en muchos lugares del mundo. En Buenos Aires las partículas contaminantes se han reducido a la mitad, así lo informó la Secretaría de Ambiente de la ciudad de Buenos Aires, a través de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), que realizó un relevamiento de los parámetros de contaminación atmosférica entre el 20 y 25 de marzo, es decir, desde el inicio de la cuarentena obligatoria y hasta el día posterior al fin de semana largo.

Los científicos del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos han estado utilizando los datos del satélite Copernicus Sentinel-5P para vigilar tanto el clima como la contaminación en toda Europa. Las nuevas imágenes ilustran claramente una fuerte reducción de las concentraciones de dióxido de nitrógeno en las principales ciudades de Europa, concretamente en Milán, París y Madrid.

Las imágenes del satélite muestran las concentraciones de dióxido de nitrógeno del 14 al 25 de marzo de 2020, en comparación con la media mensual de concentraciones a partir de 2019.

Continuar Leyendo...


+ Mirador Provincial