Aniversario

Valle María el pueblo que honra a su ídolo y lo tiene muy presente pese al paso de tiempo

El jueves 24 de setiembre habría cumplido 62 años el púgil Héctor Rohr. El lunes 10 de marzo de 1993 decidió poner a su vida con apenas 34 años de edad. En su vida se destacó como un duro boxeador que alcanzó el título sudamericano Crucero en San Pablo. Del éxito a un final no esperado nublado de tristeza.


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Ezequiel Re

No te vayas campeón. Que el pueblo te aclama, te vitorea, prepara la caravana para ir al estadio de la ciudad. Para verte, acompañarte, alentarte.

No te vayas campeón. Que fueron cuatro años de boxeador apenas. Pero te hiciste grande entre los grandes. Potente, letal. Dinamitero.

No te vayas campeón. Que aún están los que te lloran y buscan respuestas.

¿Por qué no te vieron, no te ayudaron? Vos que eras un tipo bueno. Un todo terreno. Te hiciste boxeador. ¿Acaso querías eso? ¿Habrás tenido otros sueños que tal vez te llevarían a esta edad que tendrías hoy, 62 años? ¿Acaso alguna vez pensaste en tener una familia y esperar en tu Valle María natal junto a tu madre Teresa y unos mates a fuego de leña la caída del sol y de tus años de rudo laburante entre pozos de agua y ladrillerías?

“Héctor tenía una patada de mula en sus puños”. “Héctor no hablaba casi, hablaba en un ring”. “Héctor, Héctor, Héctor….”. Cuántas anécdotas. ¿Y entonces? Por qué esa tarde decidiste decir adiós. ¿Acaso el boxeo te dejó antes de lo esperado? ¿Y los que te vitoreaba y sacaron tajada de tus éxitos, qué hicieron cuando te vieron besar la lona y no levantarte más?

Una foto sonriente se descubre en tu tumba. Se te ve feliz. ¿En algún momento de tu intensa vida te preguntaron si eras feliz Héctor Pedro Rohr? ¿Qué cumpleaños habrías festejado y con quién ese 24 de setiembre?

No te vayas campeón. Y si te vas. Llevate esta lágrima. La que se apichona en un rostro curtido de tantas historias del deporte.

Pero tu historia tuvo tanta tragedia que es difícil de digerir. Entonces que quede esa imagen válida, la del campeón.

Que quede la imagen del Dinamitero de Valle María. El pueblo que te sigue queriendo. Como el primer día.

Su historia

Héctor Pedro Rohr, apodado el Dinamitero de Valle María, quien fue campeón argentino y sudamericano Crucero, nació en esa localidad del departamento Diamante el 24 de setiembre de 1958 y puso fin a su vida el lunes 10 de marzo de 1993. El legendario promotor Amílcar Brusa (hacedor de Carlos Monzón y otros campeones Mundiales) quería llevarlo de pupilo, pero al irse a trabajar al exterior el proyecto quedó trunco.

El pueblo quedaba casi vacío cuando Rohr peleaba, especialmente en Paraná, donde llenaba el Atlético Echague Club. Hasta 5000 personas se daban cita en tremendos enfrentamientos.
A los 18 años empezó a boxear. Entrenaba a fuerza de pico y pala porque no iba a gimnasios, pero su porte y buen estado físico lo obtuvo trabajando en pozos de agua y en las ladrillerías donde hacía changas. La anécdota recuerda que tras una disputa con un parroquiano en un bar le dijeron que se dedique al boxeo. Y fue acertado. Tuvo un paso de unos pocos años por el viril deporte de los puños, pero fueron intensos y memorables. Tanto que hoy se lo recuerda.

Por ejemplo José Hermann que en su taller de carpintería tiene cuadros del boxeador y guarda afiches, la estadística de sus peleas y hasta entradas de veladas a las que asistió.

O Gustavo Dalinger, quien supo verlo de chico, guardando muchos recuerdos y luego en su gestión como viceintendente de la localidad impuso su nombre al Polideportivo donde incluso funciona una escuela, a metros de donde vivió el Dinamitero. Una foto de pequeño lo encuentra con el púgil y guantes que aún conserva.

O Fernando Pais, el periodista que marcó una época transmitiendo boxeo por LT 14. El destacado colega se preguntó por conocerlo, si Rohr amaba el boxeo. Una duda que jamás será respondida.
En un galpón de la familia Dening, que era pista de baile dio sus primeros espectáculos.

Conocedores del boxeo y curiosos de pasillo se dieron cita para verlo trabajar en un cuadrilátero.
Y hay más. Andrea Rohr, prima directa, lo honra de forma permanente en su radio de Valle María.
Julián Bonnin efectuó hace dos años dos programas especiales en radio. Mecánico y piloto regional de automovilismo se motivó para recordarlo de alguna manera.

Darío Wendler encabeza una tarea en el Museo “Hilando Recuerdos” en el que recuperaron cuerdas del primer ring y un cabezal del malogrado púgil.

La historia tuve un triste final. Héctor tomó la drástica decisión de poner fin a su vida en un atardecer de lunes. Las manos que lo llevaron al éxito a través del boxeo, fueron las herramientas para autolesionarse. Nadie esperaba que tome esa decisión.

Quedará como misterio lo sucedido. Se decía que una enfermedad producto de la ingesta de alcohol era la desencadenante de sus problemas de salud. Una adicción letal, y aquellas duras peleas con secuelas en su hígado especialmente le quitaron ganas de vivir.

Ese lunes cruzó a su promotor, Cacho Dening y balbuceó: “Adiós Cacho”. Este comprendió que algo no estaba bien y fue corriendo a buscar a su hermano Cachi Rohr. Cuando llegaron al galpón donde vivía en la casa materna ya era tarde. El panorama era dantesco.

Al lugar se apersonó el comisario Raúl Fernández, hoy retirado de la fuerza y radicado en Diamante. Allí se constató la forma de deceso. Luego fueron el Fiscal y el Juez de Instrucción junto al médico forense. Lo revisaron allí, pero no hubo autopsia.

Había fallecido el ídolo del pueblo. Acaso nacía la leyenda.

La despedida no fue digna. Prohibieron que sus restos reciban el último adiós en la iglesia de la localidad. Incluso no se permitió el ingreso al cementerio por la calle principal, por lo que fue trasladado por un camino lateral.

Tenía 34 años, vivió intensamente. El boxeo le dio fama y acaso algún dinero que luego se disparó,tal vez por malos consejos y compañías.

Pero por suerte la gente que lo quiere bien hizo mucho por él. La calle que antes era de tierra donde se encuentra aún la vivienda familiar y donde vive su madre Teresa Muchutti, de 86 años, fue pavimentada y lleva su nombre. El Polideportivo ubicado frente al galpón que supo habitar llevar su nombre. Se escribió un libro y permanentemente viajeros o turistas que pasan por el lugar preguntan si de ahí era el Dinamitero de Valle María.

Rohr no se fue. Le dio renombre al pueblo que recuerda sus proezas arriba de un ring más que su triste final. En algunas noches de silencio y estrellas fugaces dice la leyenda que desde el galpón de los Dening vuelve a escucharse el cántico tribunero: “No te vayas campeón”.

(Parte de este texto fue utilizado en el programa documental Memoria Frágil, que se emite por Canal 9 Litoral).

Su historia

Héctor Rohr nació en Valle María el 24 de septiembre de 1958. Creció en una familia trabajadora y sencilla compuesta por 9 hermanos. Trabajaba en la obra de ladrillos y la construcción de pozos de agua. A los 21 años, después de hacer el servicio militar obligatorio, comenzó con sus primeros pasos en el mundo del boxeo. El 4 de mayo de 1984, ganó el título argentino derrotando por KO en el sexto round a Rubén Zamaro en Paraná y el 7 de junio de 1985 obtuvo el título sudamericano.

El desencadenante de que Rohr se dedicara al boxeo fue una disputa con un vecino de la aldea, este incidente llevo a que Cacho Dening generara la idea de comenzar con un gimnasio de entrenamiento de boxeadores. Las prácticas comenzaron el 25 de mayo de 1980 y como Dening desconocía algunas técnicas boxísticas, busco el asesoramiento de Alcaín para la parte técnica mientras él se encargaba de la preparación física. El debut de Rohr fue el 4 de Agosto de ese mismo año en el galpón de Anís Neme.

Los organizadores esperaban 200 personas para cubrir los gastos; pagaron entradas casi 500 personas.

Esa noche, Rohr enfrento a Almada y ante su público lo derroto por KO en el tercer round.
Un mes más tarde se realizó la segunda pelea en el galpón de Rome, donde derrotó por KO en el segundo asalto a Alberto Monzón de Paraná. Para no perder ritmo se trataba de hacer una pelea por mes, pero se hacía difícil conseguir rivales en la categoría por lo que para la pelea siguiente se arregló con un boxeador de Santa Fe, después con uno de Gualeguay.

Su quinta pelea fue en un mini estadio armado a pulmón en un patio de 33 por 19 metros, donde se pusieron las tribunas laterales de Recreativo de Paraná y las tribunas tubulares del campo de jineteada de Diamante. Estuvieron transmitiendo en vivo, LT 14 de Paraná y LT 9 de Santa Fe. Esa noche estuvo presente Amílcar Brusa, director técnico y manager de Carlos Monzón, Martillo Roldan, Carlos Baldomir y Carlos del Valle Herrera (quien el 25 de noviembre de 1980 fue retador del británico Maurice Hope, campeón súper welter). Esa noche, el Dinamitero, se enfrentaba con Rubén Dip de San Justo (Santa Fe) a quien le gano por puntos ante 3 mil personas.

Rohr fue un fenómeno de la época aunque no tenía condiciones ortodoxas para el boxeo, jugaba todo su poderío en su mano, tenía una fuerte pegada y resistencia al castigo.

Le faltaba alguien que lo puliera. Con ese objetivo, Dening y Alcaín buscaron en Santa Fe a un entrenador con más experiencia llegando a Emilio Helguero, quien pidió que Rohr se mude a Santa Fe para entrenar con el todos los días.

En San Pablo (Brasil) obtuvo el título sudamericano de amateurs en la categoría pesado liviano (crucero) venciendo a un venezolano por KO en el primer round.

El 25 de mayo de 1986, cayó derrotado en Necochea frente al uruguayo José María Flores Burlón, perdiendo el título sudamericano. Su carrera amateur estaba llegando al límite, hasta ese momento tenía 26 peleas ganadas por la vía rápida, 3 por puntos y 1 empate con Jorge Cambiaso, que en ese momento estaba seleccionado para las Olimpiadas de Moscú (Rusia). Según la página oficial del Consejo Mundial de Boxeo, el record de Rohr es de 15 peleas ganadas, 13 por KO; 10 perdidas, 5 por KO y 1 empate.

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