En enero de este año, el hombre sometió a una joven de 19 años dentro del colectivo, con las luces apagadas y en pleno recorrido habitual.
Un chofer de la línea 132 de la empresa El Cacique fue condenado en un juicio abreviado a casi cinco años de prisión efectiva e inhabilitación para ejercer tareas por el mismo plazo, tras ser hallado culpable de abusar sexualmente de una joven pasajera de 19 años, a la que sometió dentro de la unidad de transporte público durante un viaje nocturno que la joven emprendió desde la zona sur, un hecho ocurrido en enero de este año.
El veredicto se dio a conocer hoy pero se acordó el miércoles de la semana pasada durante una audiencia en el Centro de Justicia Penal (CJP) que el acusado, identificado como Norberto Gabriel M., de 36 años, siguió videoconferencia desde su lugar de detención.
Un viaje de terror
Según el trámite judicial que investigó la fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales Nora Marull, el 15 de enero la víctima atravesó un viaje de terror a bordo del interno 93 de la 132 cerca de las 21.45. La joven había salido de su casa en Tío Rolo y tomó un colectivo que terminó su horario en la punta de línea de Batlle y Ordoñez y Ovidio Lagos.
Allí abordó otra unidad de la misma línea que proseguía el recorrido. Era la única pasajera y el conductor le dijo que se sentara en el primer asiento bajo la excusa que en los de atrás le “podían robar”. El chofer arrancó con las luces interiores apagadas y se detuvo en el puente de Ovidio Lagos a la altura de Circunvalación.
En la oscuridad
La víctima narró que el chofer rompió el silencio con un frase amenazante: “vas a tener mis servicios gratis”. Y prosiguió el viaje, siempre con el habitáculo en penumbras. Luego, volvió a detener el colectivo en inmediaciones de Ovidio Lagos al 5200, y trabó las puertas.
De acuerdo a la reconstrucción del hecho, en ese momento se le acercó, comenzó a darle besos en las mejillas y la sujetó de los brazos. La víctima forcejeó resistencia pero el chofer se bajó los pantalones y el calzoncillo e intentó sacarle la calza para penetrarla.Desesperada, la chica se defendió y pudo zafar. El conductor volvió a su asiento, y como si nada prosiguió viaje manejando con los pantalones bajos y el cinto desabrochado. Siempre con las luces interiores del micro apagadas, llegó a 27 de Febrero y Ovidio Lagos.
Otra vez hizo el intento de bajarle las calzas por la fuerza, pero no logró. Tras retomar la marcha, finalmente llegó a Dorrego y Virasoro y, orillando el colectivo hacia la vereda debajo de un árbol en un contexto de absoluta oscuridad, arrinconó a la pasajera en el espacio reservado para los discapacitados.
Perverso
“Enferma, hija de puta, dale que tengo que hacer un rapidito de cinco minutos antes de que llegue el otro colectivo que viene atrás”, vociferó. Esa expresión la refrescó la fiscal Marull cuando imputó al colectivero días después del hecho ante la jueza Paula Álvarez. En todo momento intentó penetrarla pero la víctima se tapó la vagina con las manos para evitar que el colectivero lograra su objetivo. Sin embargo el hombre se masturbo y le eyaculó en la calza, en la cara y en las manos, al tiempo que la seguía insultando y amenazando que no dijera nada.
El conductor encendió las luces, arrancó el micro y empezó a recoger pasajeros como si nada. La joven quedó temblado inmersa en una crisis espantosa. Además, no podía descender hasta que encontró un resquicio en San Luis y Maipú, en el centro de la ciudad, desde donde llamó a un familiar y pidió ayuda.
Cuando imputó al acusado días después, la fiscal exhibió sólida evidencia. Principalmente el relato de la víctima, un acta con resultado positivo de la ronda de reconocimiento donde lo identificó como el agresor, exámenes médicos, testimoniales, resultados de GPS del colectivo, pruebas biológicas sobre la prendas de la víctima, y el relevamiento de cámaras de videovigilancia privadas y municipales. El conductor estuvo en prisión preventiva desde el 20 de enero imputado de tentativa de abuso sexual con acceso carnal, en concurso con abuso gravemente ultrajante consumado, agravado por su condición se servidor público. Ahora se resolvió su situación procesal con un juicio abreviado.
El juez Florentino Malaponte homologó el procedimiento abreviado con acuerdo de las partes, y condenó a Norberto Gabriel M., de 36 años, a cuatro años y diez meses de prisión efectiva e inhabilitación para ejercer tareas o ser empleado de cualquier servicio público por el mismo plazo, por los delitos de abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, y abuso sexual gravemente ultrajante, ambos en concurso real.
Si vos o alguien que conocés vive alguna situación de violencia, llamá gratis al 144 o buscá algún centro de atención cercano