Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
Hace exactamente un año que los rubros donde se creía que más contagios de coronavirus podía haber vienen peleando en contra de ése axioma. Hoy, casi 365 días después, y con una segunda ola de Covid mediante, vuelven a estar en la mira de las autoridades con nuevas restricciones anunciadas por el propio presidente Alberto Fernández a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
Todavía se está a la espera de que tanto el gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti, como el Intendente de Rosario, Pablo Javkin, anuncien cómo se aplicarán las nuevas medidas decretadas en el DNU.
Ambos funcionarios estarían en contra de generar cierre de negocios y comercios, por el grave impacto que provocaría en la economía de la región y la ciudad. Del mismo modo lo viven desde el sector gastronómico, que persisten en su lucha por “hacerle entender” a las autoridades que “los contagios no se producen en bares o restaurantes”, como se lo resaltó a El Litoral el referente de Mercado Pichincha.
“Sabemos que Javkin y Perotti están en contra de restricciones muy duras, pero estamos a la espera de que nos den detalles. Para nosotros lo ideal sería que no haya ninguna limitación horaria, además de ayuda para poder paliar esta situación”, señaló.
En el sector hay una mirada muy escéptica sobre los motivos que llevan a que se tomen este tipo de decisiones a nivel nacional. Sin ningún tipo de ATP, los comerciantes gastronómicos de Rosario vienen “luchando” por “sobrevivir”, expresó Bacigalupo y agregó: “La verdad que nos adaptamos a todos los protocolos sanitarios, pero si se aplican las restricciones sería catastrófico para nosotros”.
Quienes vienen insistiendo, justamente, en un protocolo acorde a su actividad, con movilizaciones callejeras inclusive, son los dueños de los salones de eventos. No solo se trata de espacios dedicados a casamientos, cumpleaños, reuniones empresariales, sino también los peloteros o salones infantiles.
Desde que comenzó la cuarentena el 20 de marzo tuvieron que cerrar un 30% de los negocios por no poder trabajar, según cifras de la Cámara de Eventos y Afines de la Provincia de Santa Fe (Ceasf). El sector emplea, de forma directa e indirecta, a más de 25 mil familias, que aún hoy siguen en riesgo de perder sus puestos laborales.
Por eso, el titular de Ceasf, Iván Hawryluk adelantó a El Litoral que se reunirán este jueves al mediodía con las autoridades provinciales para poder determinar si el DNU los incluye o no y de qué forma les impactaría, en base a la decisión que tome el gobierno de Perotti, dado que podrían readecuarse a bares y funcionar con límites de horario y capacidad.
Si se llega a “cortar” la actividad sería “una catástrofe” para nosotros, afirmó Hawryluk. Los dueños de salones saben que no se trata de una medida que dura una o dos semanas, sino que “viene para largo”, por eso esperan que se tomen decisiones que les permitan trabajar, porque de lo contrario “se extinguirá una actividad”.
Loa gimnasios también integran los rubros más golpeados por la pandemia. Estuvieron casi un año entero sin poder funcionar. Ahora que parecía que le habían encontrado la vuelta con estrictos protocolos sanitarios y con un aforo que no supere el 50%, vuelven a encontrarse en una incertidumbre “total” y con un “anhelo” de que puedan seguir trabajando “con más protocolos”, opinó a El Litoral la dueña del gimnasio Fit10, Lola Parera Deniz.
Según una encuesta que realizó la Cámara de Gimnasios de Rosario más de un 80% de los espacios están al borde del cierre. “La mayoría estamos muy complicados, son muy pocos los que se pueden sostener estando cerrado, porque las entidades de barrio o locales chicos no pueden aguantar más”, advirtió.
Para evitar que se vuelva a repetir la misma situación que en el 2020, “estamos haciendo una campaña grande con la Cámara para que se declare a los gimnasios como actividad ‘esencial’, porque creemos que la actividad física es salud y necesitamos que se tome con esa seriedad”, puntualizó Lola Parera Deniz.
Inclusive, “podemos demostrar que no hubo casos de contagios en los gimnasios y tampoco hubo espacios clausurados por no cumplir con las medidas sanitarias, con lo cual vemos que no somos un foco de contagio, sino que se cuida mucho a todo el mundo”, concluyó.
Así lo viven los referentes de los sectores más vapuleados por el Covid-19: entre el anhelo de que en la Provincia como en la ciudad se eviten todo tipo de cierres y el temor a la catástrofe económica que podría provocar el hecho de aplicar de manera estricta el nuevo DNU nacional.