Nerea Liebre, escritora
“Soy adepta a los temas espinosos que incomodan al lector y lo interpelan”
Nació en Gualeguaychú hace casi 43 años. Tiene los títulos de licenciada en Ciencia Política y magister en Administración Pública. Está casada y es mamá de Amélie y Ciro. Desde Capital Federal, ciudad donde reside, Nerea Liebre brindó una entrevista a MIRADOR ENTRE RÍOS.
Sabina Melchiori redaccion-er@miradorprovincial.com
—¿Desde cuándo escribís? ¿Cómo, cuándo y por qué empezaste?
—Podríamos decir que comencé con el género epistolar. En quinto grado de primaria, 1988, intercambiaba cartas con una compañera contándonos nimiedades de la vida cotidiana. Un Whatsapp de la época, diríamos. El intercambio duró varios años y aún conservo las cartas de mi amiga, ella las mías.
—¿Dónde o cómo aprendiste el oficio? ¿Cómo hacés para capacitarte o mantenerte activa?
—La facultad te da un corpus de lectura importante, fundamental a la hora de sentarse a escribir. Estoy convencida de que el oficio de la escritura se desarrolla con la práctica, y los talleres literarios son buenos disparadores de ideas, te ayudan a evitar la hoja en blanco. Desde hace más de diez años participo de talleres, algunos en relación a la literatura infantil como los que se dictaban en la Biblioteca del Dragón, o en la casa de Graciela Repún o Verónica Suckakzer. También en literatura para adultos con la escritora Liliana Bodoc o la editora Silvia Itkin. Actualmente, estoy participando del taller virtual del escritor Luis Mey.
Hazaña
—Contanos de tus libros, de tus siete novelas. ¿Qué tiene de especial cada una para vos?
—Publicar un libro, hoy por hoy, en un escenario donde la industria editorial está en jaque, es una hazaña. A esto se le suma superar los filtros literarios de los editores. Cuando se logra encontrar una editorial y se tiene un manuscrito que seduce al editor, uno puede considerar que gran parte del recorrido está hecho. He publicado siete novelas: la primera fue Cirkótico y el enigma de la hechicera (Ediciones El Naranjo, México, 1° edición: 2013, 2° edición: 2018). Sin querer empecé mi camino (no me atrevo a decir carrera) de escritora publicando en el exterior. Siempre gracias a mi torpeza que me lleva a lugares inhóspitos. Mi intención era enviar el original por email a una editorial argentina llamada Del Naranjo, y la terminé enviando a otra llamada El Naranjo en México. Me di cuenta de lo que había hecho cuando me ofrecieron publicar la novela y en el email me trataban de “tu”. En 2013 viajé a Ciudad de México a presentarla en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil. La última satisfacción que me dio Cirkótico fue, que el año pasado, Amazon compró los derechos para transformarlo en audiolibro, hoy ya se puede descargar de Audible.
En 2016 Quipu Libros edita El Club de la Selva, una novela infantil que rescata valores de la ecología y los pueblos originarios. La novedad fue incorporar vocabulario guaraní. Trabajé mucho tiempo con un especialista en la lengua, porque el guaraní posee vocablos con profundidad filosófica difícil de traducir al español.
El mismo año, Alción Editora publica Bajo Sombra, mi primera novela para adultos. Una historia de dos primas que persiguen un secreto sin saber que involucra a la figura de Eva Perón. Si bien las protagonistas son muy jóvenes, nunca imaginé que también resultaría atractiva para lectores de secundaria. Hay un juego con diferentes narradores que nos guían a través del tiempo. Bajo Sombra fue traducida al catalán en 2019 por A4 Edicions de Andorra. Mi tercera novela llegó en 2017, después de haber sido finalista del concurso SEGA 2016 y se llamó Madriguera. Una historia sobre la esclavitud y la libertad para el público adulto, que transcurre durante el Virreinato del Río de la Plata. La trabajé con un tono narrativo diferente al que acostumbraba e introduje el componente fantástico. Me inspiré en el coraje de María Remedios del Valle para construir un personaje fuerte y valiente.
En agosto de 2018 Alción Editora edita Ikizukuri, uno de mis grandes desafíos. En primer lugar porque era la primera vez que me atrevía a escribir sobre mi ciudad natal, Gualeguaychú. Pero, principalmente, porque empecé a escribirla de “atrás para adelante”. Es decir, la historia se desarrolla durante tres décadas, y se me ocurrió, como siempre ando buscando nuevas maneras de contar, que invertir el proceso podía ser una aventura para mí como escritora y atractivo para los lectores.
En 2019, la Editorial de Entre Ríos seleccionó y editó, a través de una convocatoria pública de cuentos y novelas infantiles, mi manuscrito de género fantástico Ciudad Paraíso. Una distopía de la vida después de la muerte. Y la muerte es uno de los temas tabúes de la literatura infantil, porque no tiene entrada en las escuelas, y si no se vende para la lectura en colegios, a las editoriales no les interesa publicar.
Mi última novela infantil es Argensaurios, editó Quipu Libros en 2020. La idea surgió gracias a mi hijo Ciro que es fanático de los dinosaurios y, a medida que crecía, las lecturas sobre la temática escaseaban. Además, me motivaba el deseo de rescatar los dinosaurios que vivieron en nuestra tierra y alejarme del archiconocido T-Rex. En un concurso nacional, alumnos de todo el país representan una especie autóctona y lo construyen a escala real, no sin antes enredarse en una aventura detectivesca y un debate candente sobre el lenguaje inclusivo.
Inspiraciones
—¿En qué te inspirás para crear una historia? Cuando empezás a escribir ¿sabés cómo se va a desarrollar y cómo va a finalizar o se va armando en el transcurso?
—Me inspira lo que me conmueve de una forma particular. Soy adepta a los temas espinosos, los que incomodan al lector y lo interpelan. En la primera novela que escribí, Cirkótico, uno de los personajes es trans. Antes de ser editada en México, la novela fue rechazada por varias editoriales argentinas, porque “de eso no se habla”. Recién hoy se está permitiendo tratar ciertos temas en la literatura infantil. En lo particular, escribir una novela me lleva un proceso interno inevitable donde defino el tono y la trama. Tan importante como el tema, es cómo lo voy a contar. Antes de empezar tengo que conocer los personajes, tengo que saber cómo interactúan entre ellos y cómo reaccionarían ante una situación drástica, extrema, aunque no esté incluida en la novela. Los pongo a prueba. Lo mismo con el escenario. Debe ser el correcto para la acción, no da lo mismo Buenos Aires, Entre Ríos o México. En el desarrollo de una novela van apareciendo nuevas ideas, puedo debatir si echo mano a una sinécdoque o a una hipérbole para dar un giro narrativo más atractivo, pero nunca pierdo el rumbo final hacia el que me dirijo.
Vuelos de la muerte
“En cuarentena escribí muchos cuentos y terminé de corregir una novela que todavía no tiene editorial. La temática aparece actualmente en la mayoría de los diarios nacionales: los silenciados vuelos de la muerte sobre el Delta Entrerriano. Es una ficción basada en una increíble investigación realizada por un periodista gualeguaychuense. La misma originó la apertura de una causa nacional, para averiguar qué fue lo que sucedió durante la década del 70 en los cielos entrerrianos”, anticipó la escritora.