Lucía Dozo
Ubicado en una de las franjas de mayor movimiento cultural de la ciudad, en un entorno privilegiado, junto al río, pero a metros del casco histórico de Rosario, el Centro Cultural Parque de España (CCPE) es un referente de la cultura contemporánea y un espacio abierto al diálogo entre nuevas expresiones artísticas y el público.
Desde 1993, el CCPE acompaña el crecimiento de la ciudad con una variada agenda de actividades entre las que se cuentan exposiciones, festivales, ciclos, ferias, talleres y diversas propuestas de formación y extensión.
La institución funciona en un edificio diseñado por el arquitecto catalán Oriol Bohigas y posee carácter mixto: por una parte, integra la Red AECID, conformada por 19 centros culturales dependientes de la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo. Por otra, se constituye como una de las instituciones de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. También la colectividad española en Rosario forma parte en la figura de la Federación Española de Santa Fe.
“En virtud de esa naturaleza, el CCPE tiene una doble misión: fortalecer la acción cultural como factor para el desarrollo y apoyar la promoción y acción cultural española en el exterior. También, potenciar acciones junto a las instituciones culturales de la ciudad, dando cabida y asistiendo en la instalación y fortalecimiento del talento local a través de la formación en el sector cultural”, explican desde el espacio.
Su directora, Fernanda González Cortiñas, habló con
Mirador Provincial acerca de las muestras actuales, los desafíos atravesados en tiempos pandémicos y el futuro del CCPE.
-¿Qué desafíos enfrentó el Centro Cultural Parque España con la pandemia? -Creo que, como la mayoría de las instituciones culturales del mundo, el CCPE sufrió el impacto brutal que tuvo la pandemia sobre el sector en general. Sin embargo, y pese a que fuimos de los primeros espacios en cerrar sus puertas, también fuimos los primeros en reaccionar. En nuestro caso, logramos volcar rápidamente la mayor parte de nuestra programación al formato virtual, con una sorprendente respuesta del público. En este sentido creo que es importante rescatar que, más allá de toda la tragedia que significó (y significa) el escenario pandémico, a algunos sectores nos obligó a repensarnos y a explorar a fondo todas las posibilidades que ofrecen la virtualidad y la cultura mediatizada.
A partir de la experiencia de 2020, el 2021 fue mejorando: a pesar de la incertidumbre, en marzo inauguramos “Fugas”, una muestra multidisciplinar con temática de género, curada por Nancy Rojas, que con algunas acciones satelitales virtuales y otras presenciales atrajo a más de 3.000 personas a la muestra.
Por otra parte, el CCPE tiene una fuerte impronta vinculada a la formación y a la generación de alianzas en el sector cultural y educativo. Por ejemplo, acabamos de culminar un encuentro internacional que organizamos con la participación de la Universidad Nacional de Rosario, sobre Conocimiento Científico y Agenda 2030, y que contó con más de un centenar de inscriptos de toda Iberoamérica. Esto hubiera sido impensable (o carísimo) de manera presencial.
Pienso que, después de un año y medio de pandemia, ya deberíamos haber entendido que los modelos híbridos de hacer llegaron para quedarse, claro que no solo en materia cultural. No ver esto para gestionar los años por venir, para mí, es un error. Pero además de la pandemia, al CCPE se le sumó el reciente derrumbe de la barranca ubicada frente al teatro (a causa de la bajante histórica del río Paraná), sin duda diría que son desafíos muy complejos los que estamos atravesando como institución. Afortunadamente, los estudios e informes arrojaron que el edificio está incólume por lo que solo esperamos que se pueda instalar algún tipo de vallado que permita el uso del teatro, para comenzar a programar como el resto de las salas de la ciudad, lógicamente ajustándonos al protocolo vigente.
-¿Cómo fue el trabajo con las distintas organizaciones involucradas en la muestra “Un océano de cartas”? -La iniciativa de traer al CCPE “Un océano de cartas” está relacionada con la idea de que la institución se vincule con la colectividad española de Rosario desde otro lugar, distinto de la tradición. En 2019, en ocasión de conmemorarse el 80º aniversario del fin de la Guerra Civil y el comienzo del exilio republicano, lanzamos un proyecto que se llamó “Transterrados”; con él quisimos recuperar parte de la memoria de ese capítulo negro de la historia. A través de entrevistas a historiadores y académicos pero también en primera persona, con la palabra de hijos y nietos, intentamos recuperar figuras emblemáticas y también episodios íntimos, todos ellos de alguna manera constituyente de la historia argentina contemporánea.
De ese mismo modo, “Un océano de cartas” nos ha servido como excusa para -a través de una serie de encuentros- convocar a los ciudadanos españoles y sus descendientes a que compartan sus recuerdos familiares, acercando la correspondencia de aquella época.
Con esto creo que se abrió un espacio de diálogo muy rico sobre la historia íntima de esas familias arrasadas por la guerra; son crónicas de la vida cotidiana que sin duda constituyen un aporte invalorable para que las nuevas generaciones puedan construir su identidad uniendo sus propios retazos de historia a la gran trama.
-También está vigente la muestra “Retratos y carnavales. Archivo de la Memoria Trans Argentina”. -Sí. Esa muestra se encuadra dentro de una línea de trabajo que venimos desarrollando desde hace mucho tiempo y que está firmemente vinculada con el acceso a derechos. De este modo, con la muestra (que se enmarca dentro de una programación mayor a nivel de Red AECID, con el encuentro internacional “Armarios abiertos”, realizada en junio) no hacemos más que ampliar algunas de las líneas estratégicas del CCPE, con proyectos con mucha andadura, como el de derechos culturales, donde destacamos el encuentro de poesía indígena, lenguamadre y el de género, que bajo el título “Cabeza de Flor” en este momento está llevando adelante “Chiquero”, taller de escrituras feministas y de disidencias sexuales.
Como órgano de cooperación internacional en cultura, intentamos concretar una programación que reúna siempre una instancia internacional, una nacional y claro, una local, de modo de provocar un intercambio fructífero. En este sentido, la exposición del Archivo Trans, que organizamos junto con la Dirección de Espacialidades Culturales de la Secretaría de Cultura -como decía antes, en el marco de la actividad internacional “Armarios abiertos”, a cuya programación aún se puede acceder a través nuestro canal de YouTube-, trae a la ciudad el enorme trabajo de este colectivo, pionero en el país, y que ha sido referencia para muchos movimientos semejantes en América Latina y Europa (de hecho, antes de venir a Rosario, la muestra formó parte de una expo internacional en el Museo Reina Sofía, de Madrid).
-¿Están trabajando actualmente en alguna nueva propuesta, se puede adelantar algo? -El CCPE arma su programación de manera anual, de modo que si no media un imponderable (como lo fue la pandemia) cada diciembre sabemos lo que va a ocurrir durante todo el año. En este momento se están desarrollando los primeros encuentros de “Fantástico bailable”, una iniciativa que llevamos adelante con la bailarina Paula Manaker, y que propone el encuentro de personas de más de 60 años con las músicas y los bailes que los conmueven. Esto seguirá desarrollándose a lo largo del año y culminará con una puesta en diciembre. También culmina el Mes de las Infancias con una muestra de fotografía, un taller y un encuentro de cine y medio ambiente para chiques y grandes.
Asimismo, continuamos con el trayecto virtual de laboratorios ciudadanos Ideatorio, que este año lleva adelante un curso de mediactivismos. En este mes de septiembre, en galerías, inauguramos una muestra sobre moda sustentable, no binaria, que contará con varias actividades satelitales (charlas, talleres, desfiles, con importantes referentes del mundo de la indumentaria, argentinos y españoles), mientras que en el teatro, se pondrá el ciclo “Derivas Teatrales”, un proyecto que tiene como objetivo dar a conocer la trayectoria de algunos nombres destacados del teatro local. Este año está dedicado a la obra de Patricia Suárez. En este sentido, mientras esperamos la reapertura de nuestra sala, estaremos contando con el invalorable apoyo del teatro La Comedia para alojar, al menos, las primeras puestas. Suárez también va a dictar un seminario para escritores y dramaturgos que echa una particular mirada sobre el Siglo de Oro español.
A cien años del nacimiento de Luis García Berlanga -uno de los directores más destacados de la historia del cine español-, los centros culturales de España en Argentina presentan un ciclo de cine virtual con cuatro de sus obras. El ciclo se realizará durante los viernes de septiembre y contará con comentarios de los críticos Leandro Arteaga, José Miccio, Lucía Salas y Lucrecia Matarozzo.
En cuanto a nuestro programa de formación, se realizará el encuentro “Territorios culturales: lo público como escenario”, un curso destinado a fortalecer iniciativas o proyectos culturales de base comunitaria o independiente, que contará con algunos nombres españoles y argentinos, destacados en el sector.