Conrado Berón redaccion-er@miradorprovincial.com
Normalmente las profesiones o los oficios se aprenden por estudiar o por legado familiar. Alguien cercano que enseñe o cuando se tiene la posibilidad de ver cómo se realiza tal o cual actividad, es lo que lleva al interesado a comenzar y luego a aprender para perfeccionarte.
Facundo Miño tiene 48 años, es el orgulloso papá de dos hijos de 19 y 6 años, toda la vida fue maestro pastelero, oficio que aprendió en una escuela privada en Buenos Aires. En su casa, el folclore y la música en general eran protagonistas, si bien él no tocaba ningún instrumento, su padre y su hermano sí lo hacían.
Hace seis años aproximadamente empezó con el tema de la luthería, como él le llama a este hobby que se convirtió rápidamente en una pasión.
Poseedor de una mano envidiable y reconocida en La Paz para hacer muy buena panificación, Miño comenzó a destacarse como un luthier hecho y derecho, en su ciudad primero, para luego trascender a otras provincias.
—¿Cómo nació la idea de hacer instrumentos?
—Nació por casualidad, ya que mi viejo era músico y tenía una guitarra de lutier (artesanal) que con el correr de los años se le rompió y quedó casi tirada cando se compró otra. Un día le dije a mi vieja que me iba a llevar esa guitarra para repararla. Al principio no me la querían dar, hasta que aflojaron.
Empecé a investigar en Internet, aprendí que es un trabajo de mucha paciencia. Fui buscando la manera de arreglarla, de conseguir los pegamentos y las herramientas para poder hacerlo.
Me llevó cinco meses restaurarla, era una guitarra que tenía más de 50 años de antigüedad. Después de eso, vino mi hermano con una guitarra dividida en varias partes. La desarmé íntegramente y por primera vez armé algo de cero. Luego de eso, mi hijo me pidió que le haga una guitarra y en ocho meses se la pude hacer. Cuando la probaron unos amigos músicos, me dijeron que estaba muy buena y tenía buen sonido. Me entusiasmé y arranqué, como hobby.
Desafíos
—¿Qué fue lo más difícil de aprender?
—La maquetería o los adornos. Son detalles delicados que tienen que ver con la estética de la guitarra y costó mucho aprender a hacerlos. Además, fue difícil encontrar un carpintero que te corte las maderas con una medida menor a un centímetro, por lo que tuve que hacerme mis propias máquinas para el corte. Siempre preguntando y viendo videos pude realizar esto. Muchos lutieres no han sido para nada egoístas y me han dado clases magistrales de cómo ir haciendo todo.
—¿Cómo se le saca un buen sonido a un instrumento?
—Eso depende mucho de la búsqueda propia de cada músico. En el caso de las guitarras hay de concierto, clásicas o criollas. Son las mismas, pero tienen un sonido diferente entre sí. Además está la guitarra flamenca. Para buscar el sonido o la característica que te pide el músico, tenés que ir variando la madera con la que construís todo. En la Argentina tenemos muchas maderas y fue cuestión de ir probando. Además, modificar los palitos que se encuentran dentro de la guitarra (varetajes) te pueden cambiar la configuración del instrumento.
Destinos
—¿Qué se siente ser el único luthier en La Paz?
—Yo no me siento especial por eso. Pero creo que para los que tiene instrumentos en la ciudad, es una ventaja tener un luthier acá ya que siempre es peligroso mandar a reparar a otra ciudad algo que es muy frágil. Vienen y me preguntan si se las puedo arreglar, les paso un presupuesto y a veces se animan, otras no.
Siempre tuve como filosofía de vida que “el Sol sale para todos”, así que si hubiera diez personas que hacen esto también estaría bueno.
—¿Por dónde andan tus creaciones?
—Mi primer envío fue a La Rioja con un amigo que tenía allá, que me pidió mi primer ukelele y mi primera guitarra. Me dijo que apostaba a mí y que él quería comprármelos. Después mandé instrumentos a Buenos aires, Chaco, Río Negro. Lamentablemente es muy difícil mandar algo así fuera de Argentina ya que hay muchas trabas y no podemos mandarlos.
—¿Cómo fue la recepción de los músicos a tus productos?
—Acá en La Paz, quienes han probado mis productos les han gustado mucho, tanto el sonido como la terminación que tienen. Los que he enviado a otros lugares, han quedado más que satisfechos. Me piden videos con el sonido que sacan y se sorprenden incluso los mismos colegas, porque no pueden creer el sonido que le saco a maderas argentinas, ya que las tradicionales son el abeto alemán y el cedro canadiense.
Creo que estoy en un rango intermedio de costos, por lo que valen las maderas importadas, así que eso me ayuda mucho también a la hora de elegir mis guitarras.
Fabricación Propia
—¿Cómo fuiste armando tus herramientas?
—A mí me gusta mucho armar mi propio instrumental. Yo hice desde mi sierra sin fin para cortar, mi lijadora y mis cepillos. Además, investigando, pude hacer algunas que son específicas. Eso me llevó tiempo, pero pude armarme de todos elementos propios.
—¿Cómo es el apoyo de tu familia?
—Me apoyan en todo lo que hago, siempre están viendo las cosas nuevas que voy haciendo. Les pido alguna opinión para saber qué piensan de tal o cual detalle.
—¿Qué maderas usás?
—Todas de Argentina, algún nogal seco que pueda encontrar acá, el pino Brasil, cedro misionero, cancharana, guayibira e incluso algarrobo que es muy sonoro, pero cuesta mucho reducirlo a dos milímetros, además trabajo quiri o incienso. La mayoría de la zona del Litoral. Siempre tienen que ser maderas viejas eso sí.
—¿Cuáles son tus sueños como luthier?
—Por ahí que algún famoso toque una guitarra mía, o que alguna de mis creaciones llegue a algún lugar conocido. No tengo un artista preferido. Uno cuando fabrica un instrumento y luego ve que alguien lo toca de muy buena manera, eso te da una alegría muy grande. No importa si es famoso o no, pero cuando escuchás que lo ejecutan bien, te llena el alma.
—¿Qué cosas llamativas te han pedido?
—Me han pedido guitarras de siete cuerdas o por ejemplo ahora estoy proyectando un pedido de una de nueve cuerdas. Incluso he reparado algunos violines y bombos. Además, he fabricado un arpa-ukelele que es un instrumento no tan común.
—¿Cómo se contacta la gente con vos para reparar o comprar un instrumento?
—Por redes sociales y muchos por el boca en boca. Que fulano me contó que hacías esto y que mengano también me dijo que laburabas bien. Los clientes de afuera llegan a mis guitarras por las redes o mis videos. Igual yo no pretendo vivir de la luthería, como estoy creo que estoy bien, por lo que no me desvela vender y vender.
“No vivo de esto, me gusta mucho hacerlo y le dedico tres o cuatro días de la semana, normalmente a la noche. No me gusta que el trabajo me quite el disfrute junto a mi familia”.
Facundo Miño
luthier
Significado
La palabra francesa lutherie, usada en una gran variedad de idiomas, hace referencia al arte de construir instrumentos de cuerda.
El nombre luthier se relaciona con los primeros luthiers, y proviene de la palabra francesa luth, a su vez procedente del árabe al-`?d (laúd).
Genéricamente al-`?d significa “la madera”; la variante alemana de luthier es Luther.