Carlos Retamal


Pasadas las 13 del domingo 12, la cantidad de votantes no supera al 30% en Rosario, cifra muy inferior a elecciones anteriores. Los protocolos sanitarios, la gran cantidad de boletas para la elección nacional y la local (que mide medio metro de largo), y la falta de conocimiento del personal de las fuerzas de seguridad y de los asistentes hace que no pocas personas, de todas las edades, se quejen o se peguen la vuelta al ver las colas, que parecen interminables, en las puertas de los establecimientos educativos.

"Lamento que haya tanta desorganización. Ya vine por la mañana y como había mucha gente me fui y volví almorzada. Pero sigue habiendo mucha gente", dijo Nota, una mujer de casi 60 años. "Estuvieron un montón de tiempo para organizar esto. Podrían haber hecho las cosas mejor", opinó Mercedes.

Nicolás, que vota por primera vez, confesó que tenía miedo por lo que veía en redes sociales, pero sostuvo que quedarse en la queja y mirando lo que pasa desde el celular "es lo peor que podemos hacer". "La pandemia no terminó, pero eso no es excusa para nada ni nadie. A mí me enseñaron que votar fue algo por lo que se luchó mucho. Hay que venir. Siempre", reflexionó.

En primera persona
Sin embargo, pese a los comentarios, las colas y las quejas, en menos de 40 minutos, pude votar en el cuarto oscuro para la elección nacional y en el box dispuesto para la elección local. El tiempo fue menor al de otras elecciones.