BELÉN FEDULLO
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El 20 de septiembre de 2017 los dos concordienses habían salido desde su ciudad, en viaje hacia Encarnación (Paraguay), para realizar compras diversas. Viajaban a bordo de una camioneta Peugeot Partner, con la que pasaron por las ciudades correntinas de Monte Caseros, General Alvear y Viraroso.

Cesar Miño y Sergio Quintana bajaron de la camioneta e hicieron compras en una estación de servicio de Monte Caseros, pero luego desde ese punto del mapa no se supo nada más de ellos. Sólo se encontró la camioneta completamente calcinada en un monte limítrofe con la provincia de Misiones. El resto es misterio.

La causa está en manos de la Justicia correntina y luego de cuatro años de la desaparición de los concordienses, el fiscal Facundo Cabral señaló que la causa “no se ha archivado, pero no se ha llegado a nuevos elementos, sigue en el mismo estado que antes”.

En este sentido, el integrante de la Justicia de Santo Tomé manifestó que “los hombres no han aparecido” por lo que “tengo la convicción que fueron asesinados, pero no tenemos pistas concluyentes de quiénes fueron, ni el móvil”.

“Hay un mensaje mafioso por la forma que le prendieron fuego el vehículo, además al vehículo le faltaba el motor y nosotros pedimos a la fábrica, con el número de chasis, si nos podían mandar algún número de pieza que se pudiera identificar en algún momento, en algún lado que sería la punta del ovillo, pero desde Peugeot no hemos tenido respuesta, a pesar de que mandamos dos o tres veces oficio desde el Juzgado”, aseguró.

Sobre novedades en el caso, Cabral sinceró que “no tuvimos más indicios, ni mayores elementos que pudieran darnos alguna línea a seguir, no tenemos la menor idea dónde fueron a parar esos muchachos” y remarcó que la principal hipótesis que maneja la Justicia es que “fueron asesinados”.

Por último, el fiscal de la causa concluyó en que “en cualquier asalto común no se van a desprender de todas las pertenencias, el vehículo fue desguazado y quemado, además desaparecieron los dos, eso indica que es un ajuste de cuentas o algo de eso”.

Mientas la Justicia sigue buscando nuevos indicios, las familias bregan por una pronta aparición de algún mensaje, confiando en que aún, después de tanto tiempo, puedan estar con vida en algún lugar.