Los procedimientos fueron acompañados por el Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) de la Dirección General de Seguridad Rural Los Pumas y por la Policía de Acción Táctica (PAT) con motivo del inminente regreso de público a los estadios, por una parte, y de la necesidad de disuadir avances coercitivos de las barrabravas en la vida institucional de los clubes, por otro.
Durante la inspección al club Newell’s Old Boys, las autoridades procedieron a neutralizar la “sala-búnker” fortificada que la barrabrava tenía dentro del estadio. Esta instalación, ubicada frente a la herrería del club se trataba de una cámara blindada por una serie de puertas de hierro de varias cerraduras de alta seguridad cada una y una alarma interna con clave digital. Las llaves y la clave de la alarma obraban solamente en poder de la barrabrava, por lo que fue necesario disponer de herramientas neumáticas para demolerla.
“No estamos dispuestos a conceder que haya salas fortificadas a las que la autoridad policial no tenga acceso. El regreso del público a los estadios requiere acciones contundentes de afirmación de la autoridad legal para mantener a los violentos lejos de los estadios”, señaló el subsecretario de Seguridad Preventiva, Diego Llumá que lideró la inspección.
Los contenidos hallados en la sala-búnker de la barrabrava quedaron bajo custodia de la división judiciales de la jefatura de la Unidad Regional II. “El resto de los objetos podrán ser entregados por las autoridades legales del club en la medida que lo reclamen como propios” indica la notificación oficial.
Durante la operación de seguridad preventiva estuvieron presentes autoridades del club a las que notificamos que además “a los efectos de apuntalar la seguridad, las normas de convivencia, y poner coto a que los violentos se impongan a través de la coerción”, resulta imperativo “remover la gigantografía ubicada en la punta este del camping, en Pueyrredón y Morcillo, pues cubre la visión del domo de seguridad que da sobre los parrilleros” y “completar la red de video seguridad para evitar que existan puntos ciegos que liberen espacios, por caso el de los parrilleros, que beneficien su uso a los violentos”.
Completada la inspección de seguridad preventiva en NOB, la comitiva se desplazó al Club Rosario Central para notificar las medidas de seguridad indispensables para iniciar la nueva etapa.
En este caso, el Ministerio de Seguridad instruyó al club el imperativo de “remover antes del 1° de octubre la pintada ubicada detrás de uno de los arcos con la consigna ‘Los Guerreros’, en referencia a la barrabrava de Rosario Central”; y “la estructura de caños que ocupa la parte superior de la popular”. La notificación oficial señala que “ese vestigio de lo que fueron cabinas de transmisión durante el Campeonato Mundial de 1978 hoy supone un riesgo a la seguridad y salud de las personas que de manera sistemática se trepan a la misma” Y además señala que esta estructura es la base de una liturgia de validación social inadmisible de la barrabrava”.
Además, la inspección de seguridad preventiva ordenó al club remover de inmediato “toda pertenencia que pudiera haber de la barrabrava y pudiera estar acopiada dentro del club”. Todo objeto hallado en los depósitos blindados fue identificado con un número y los representantes del club se hicieron responsables de la propiedad de los mismos y se comprometieron a sacarlos del club.
Finalmente, se indicó que “con asesoramiento de los especialistas técnicos de la Subsecretaría de Seguridad Preventiva, el club deberá completar la red de video seguridad para evitar que existan puntos ciegos que beneficien el uso del espacio a los violentos”.