Daniel Domínguez deportes@miradorprovincial.com
Todavía masticando bronca por los tres puntos que se escaparon en La Plata en la última jugada, Central retoma las prácticas pensando en el juego del viernes a las 16.45 contra Patronato en el Gigante.
El duelo contra el Patrón llega en un momento crucial. Los malos resultados, las diferencias entre protagonistas y el bajón futbolístico individual y colectivo, le pusieron un peso inusitado al choque por la fecha 16.
De un tiempo a esta parte, algo se quebró en calle Mitre. La ilusión por conquistar la Copa Sudamericana tapó las molestias, pero una vez caída esa chance, el malestar tomó forma y no para de crecer.
El principal motivo del distanciamiento entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores es la comunicación. Los futbolistas creen que la comisión directiva no respeta lo que se dice puertas para adentro y se filtra información confidencial.
Hasta hace apenas unas semanas, la decisión era unánime: el Kily 2022. Pero, como en el fútbol las cosas cambian de un minuto para el otro, ahora aparecieron "grises" y "peros". Lo anteriormente mencionado, más las discusiones por el mercado de pases pasado y el que puede venir, pusieron al DT en una situación sumamente incómoda. De yapa, un punto sobre nueve posibles, hacen todo cuesta arriba.
Como desde el primer día, el ciclo del Kily Cristian González parece que va llegando a su fin, pero, quizás, como ocurrió en otras oportunidades, el plantel le da el espaldarazo necesario y las victorias barren todo bajo la alfombra una vez más.
Una semana clave Si hay una semana para enderezar la nave y despegar, es esta. Patronato, que viene de perder de local contra Racing, y Platense, en Vicente López, son dos de los equipos que pueden favorecer una nueva remontada canalla.
Más allá de esto, los problemas de fondo seguirán estando. La semana pasada fue el venezolano Michael Covea el que cargó contra la directiva afirmando que no cumplieron en nada de lo prometido para su llegada a Rosario y de no ser por la intervención del DT, su futuro no sería el mismo.
El Kily aguanta, pero ya no resiste. No resiste el tema de los árbitros y considera que Central no tiene peso en AFA. En los últimos partidos se sintió directamente perjudicado y contra el Pincha explotó por los seis minutos agregados, lapso en el que el local consiguió la agónica igualdad. Se fue expulsado y desbordado, peleándose incluso con el encargado de seguridad del club de Arroyito.
A pesar de esto, siente que puede conseguir el objetivo de clasificar a una copa y, ahí sí, tomar una decisión con vistas a la próxima campaña.
Con la personalidad que siempre lo caracterizó, el entrenador quiere enfocarse en los suyos y, para él, los suyos son los futbolistas. Solamente los futbolistas.
Y ahí aparece otro cortocircuito de partes. Es que los dirigentes quieren estar cerca del plantel y mantener una comunicación directa, pero no hay caso.
Diez partidos por delante Quedan diez partidos para que Central se ponga de acuerdo o que vuele todo por los aires. Los que hoy están distanciados, mañana pueden estar en el póster de coronación a los abrazos.
Deportivamente hablando, los canallas compiten partido a partido y el sábado fue una muestra más. A pesar de las ausencias, las suspensiones y las malas decisiones, el equipo se plantó y estuvo muy cerca de bajar a Estudiantes.
Luego de un primer tiempo en el que no mereció ir ganando, en el segundo se amoldó a lo que pedía el duelo y parecía que tenía todo cerrado hasta el gol de Ayoví.
Confiando en poder recuperar alguno de los "tocados" (Gastón Ávila, Lucas Gamba y Emiliano Vecchio), el DT sostendrá hasta el último día su idea de equipo intenso, con base en los pibes y apuntalado por los grandes.
Es cierto que por momentos esos condimentos lo hacen un equipo desordenado, sin amalgama, pero cuando las partes se unen, la cosa cambia y los resultados aparecen.
Quizás sea necesario que, esa "receta" deportiva que tan arraigada tiene el Kily, se comparta con las otras áreas para que, de una vez y por todas, Central sea uno solo y deje de ser el equipo de los dirigentes, de los jugadores o de los entrenadores de ocasión.
Si hay una semana para enderezar la nave y despegar, es esta. Patronato, que viene de perder de local contra Racing, y Platense, en Vicente López, son dos de los equipos que pueden favorecer una nueva remontada canalla.