Ignacio Pueyo
Durante la noche del domingo nadie en Santa Clara de Buena Vista durmió. Entre los festejos, las celebraciones y la euforia, todo un pueblo vibró por esta primera estrella de la V en la Liga Esperancina de Fútbol.
Si bien fue un certamen atípico, con una estructura distinta a la de años anteriores debido a la cuarentena, eso no quita la intensidad y la exigencia que tienen los torneos en el departamento Las Colonias. En ese sentido, Santa Clara fue el mejor y lo revalidó a lo largo de toda la campaña, dejando en el camino incluso al último bicampeón, Central San Carlos.
El encuentro definitorio se disputó en el estadio Hugo Donnet de Defensores del Oeste, en la ciudad de Esperanza. Santa Clara abrió el marcador durante la primera mitad con un tanto de Laureano Serra. Por su parte, pocos minutos antes del entretiempo, el equipo rojinegro llegó a la igualdad tras un penal sancionado por el juez Raúl Gómez, debido a una mano en el área de Santa Clara. Cristian Rolón ejecutó la pena máxima para darle el empate a San Martín. Finalmente fueron a los penales, y allí Santa Clara FBC se impuso por 5 a 4.
“A medida que pasa el tiempo uno va cayendo más. Cuando terminó el partido no entendíamos la dimensión de lo que habíamos logrado, lo que significa tanto para el club como para el pueblo de Santa Clara. Quedamos en la historia, porque es algo que se le venía negando” comenzó explicando el entrenador del equipo, Luis Raviolo. El técnico señaló estar “emocionado, contento y orgulloso” por la manera en que se logró.
En ese sentido, Raviolo explicó que no todo fue un camino de rosas. De hecho a nivel institucional muchos jugadores integran la comisión del club y la subcomisión de fútbol, y también involucraron a sus esposas y novias, para mantener a flote la disciplina, que incluso estuvo en duda antes que inicie el año.
Si bien los recursos a la hora de planificar no abundaban, eso no desmotivó a Raviolo, sino que lo sedujo a modo de desafío. Incluso con el tiempo fueron incorporando nuevos elementos de trabajo, además de sumar a una entrenadora, una masajista y a Franco Saita, entrenador de arqueros de Colón en el cuerpo técnico de Pablo Lavallén.
“Cuando llegué y les dije que venía para ser campeón pensaban que estaba loco, me miraban asombrados”, explica el DT. Fue un camino de menor a mayor. Santa Clara comenzó perdiendo el primer partido frente a Argentino de López. Sin embargo, se levantaron rápido, y esa terminó siendo la única derrota del año. De hecho, en la reanudación del fútbol en el mes de agosto, la V se impuso en el primer partido sobre Central San Carlos, a quien luego volvería a enfrentar en octavos de final.
Luego de esa primera victoria frente al sabalero, los rivales comenzaron a mirar con otros ojos a Santa Clara. “Al principio quizás salían a jugarnos de igual a igual, y a nosotros se nos hacía mucho más fácil, porque teníamos jugadores muy directos y rápidos. Después, al ver que nosotros teníamos buenos resultados, se empezaron a replegar, a usar sistemas más defensivos. Incluso varios equipos que enfrentamos utilizaron línea de cinco” explicó Raviolo.
Esa exigencia hizo que el equipo deba evolucionar y seguir creciendo. Si bien clasificaron en la cuarta colocación en la fase de grupos, el entrenador señaló que en cuanto a merecimientos, podrían haber finalizado más arriba.
—Si bien vos tenías claro el objetivo, ¿en qué momento del campeonato te diste cuenta que eran firmes candidatos? —Cuando ganamos en San Carlos, por los octavos de final. Ahí me di cuenta hasta el término del campeonato, y también porque veníamos de empatar cuatro partidos seguidos antes de los cruces. Quizás llegábamos con algunas dudas en cuanto a saber para qué estábamos. Ganar ese partido fue una bisagra, porque nos dimos cuenta que estábamos bien preparados por todo lo que habíamos hecho. No era casualidad estar ahí.
Luego llegaron Boca de Nelson en cuartos, y Libertad de San Jerónimo Norte en semifinales, al que vencieron por penales. Lo demás es historia conocida, y ahora Santa Clara Foot Ball Club ya gritó campeón por primera vez.
San Martín festejó en reserva El equipo de Progreso tuvo la particularidad de acceder a las finales en ambas categorías: primera y reserva. El encuentro decisivo en tercera tuvo lugar durante la noche del miércoles previo a la final de primera. San Martín se midió contra Central San Carlos en dicha final, y luego de empatar 0 a 0 en el tiempo reglamentario, el partido también se definió en los penales. En esta ocasión, los rojinegros se hicieron fuertes y se impusieron por 4 a 1 en la tanda y obtuvieron así su primera estrella en dicha categoría.