Diego Montejo
La cantante rosarina Verónica Marchetti presentará este sábado a las 21 en el Teatro Municipal La Comedia (Mitre 958, Rosario) su nuevo espectáculo con temas clásicos de su repertorio más el estreno de “Corazón de poeta”, su último trabajo de estudio de cuatro cortes en formato EP donde la artista se vincula con las canciones folklóricas del compositor rosarino radicado en España, Tito Moretti quien supo escribir canciones para artistas de la talla de José Vélez.
Con arreglos del músico cordobés Alejandro Arneri Marchetti trabaja desde una estética musical donde los climas románticos se trascurren mediante paisajes y relatos característicos de nuestra raíz folklórica, incluye una zamba, un vals estilo peruano, un candombe y un chamamé acompañada por su grupo, conformado por Adrián Pistono en piano, Martín Albano en percusión y Damián Dadamo en guitarra y como músicos invitados, Flor Da Lua en tambores y Diego Saavedra en bandoneón.
Su voz emula con estilo propio a aquellas cantantes de la época de oro del tango, de los patios con parral y los bailes en los clubes de barrio, que se expresa hoy como un rescate musical. Marchetti trabaja desde la autenticidad de reconocerse como una mujer cantora. Canta tangos y música de raíz folclórica de antes, y lo hace por la necesidad de volver a sus raíces, donde se siente cómoda y no hay nada que pueda alejarla de ese camino. Ese andar incasable la llevará en poco tiempo al Festival Internacional De La Canción Uruguay 2021 en Punta del Este donde representará a la Argentina con una canción compuesta por el pianista e investigador artístico Germán Becker.
—¿Lo considerás como un salto correrte por un rato del tango y grabar repertorio de raíz folclórica? —Para mí es importante remarcar algo que me pasa seguido, yo siento que no estoy saliendo del tango, más bien siempre estuve, mi perfil tiene mucho que ver con este género y le debo todo. En esa órbita es que yo incorporo otros ritmos y poesías de la raíz folclórica, aunque me considero más una intérprete que puede abarcar todas esas estéticas, pero prefiero que el púbico me interprete así. El cantante de tangos puede hacer otras cosas y hoy en día es muy necesario que la canción se exprese sin importar de dónde es que vengo como cantante. Yo me reconozco tanguera porque es mi lenguaje, mi forma de vivir y nunca voy a dejar de cantar tangos, en este trabajo estoy evolucionando como intérprete y generando un nuevo perfil interpretativo.
—¿Dentro de este repertorio te sentís cómoda?, ¿es por ello que exaltás tanto la figura del intérprete más allá de cualquier género? —Me gusta, es un descubrimiento constante donde voy experimentando con nuevos trabajos de obras que me acercan o que yo misma voy encontrando en el camino. Además desde hace un tiempo abrí otra faceta que son mis propios temas. Yo vivo para esto y mi vida se centra en la expresión e interpretación artística, entonces estoy continuamente empapándome de cosas nuevas en cuanto a estéticas, colores y con eso voy formando mis propuestas a medida que esas canciones llegan a mi vida.
—¿En el caso de estas cuatro canciones que componen este disco cómo llegaron a tu vida? —Las canciones de Tito -Moretti- llegaron porque él fue mi vecino hace 25 años atrás y yo lo conozco desde chiquita y escuchaba sus ensayos, cuando él componía, era como una especie de papá musical. Aprendí mucho de él y es muy especial en este momento de mi vida cantar sus canciones. Yo era muy nena y cuando comencé a estudiar piano mi mamá me mandaba a golpearle la puerta -risas- para poder escuchar los ensayos. Así empezó la relación, es un vínculo de esos de chiquito que muchas veces perdura para siempre y lo incorpora.
—¿Cuál fue la devolución de Tito Moretti ante esta decisión de grabar sus canciones? —Él tiene más de mil obras escritas y me mando algunas de sus canciones que comencé a escuchar y analizar. Después descarté las que no encajaban conmigo. Entre los temas que me movilizaron está la zamba “Corazón de poeta” que es el corte de difusión y encajó perfecto con mis sentimientos y lo que yo quiero expresar; es una zamba romántica pero muy profunda poéticamente. Toda esta historia comenzó hace tres años, después Tito vino a Rosario y pudimos trabajar en profundidad. Reconozco que no es fácil trabajar con el compositor al lado ya que hay que respetar la obra que tiene una melodía y un contexto poético donde se debe hacer sonar la atmósfera que le puso su creador y si eso no aparece no deja de ser un ejercicio.