Mili López redaccion@miradorprovincial.com
-¿Por qué elegiste ese título para esta novela? -La elección del título es un momento importante en el proceso de escritura. La opinión de la editorial es de gran peso en esta elección, porque el título no solo expresa el espíritu de la historia y adelanta un tono, sino que además se materializa en la estética de la tapa y se integra a su catálogo. Con esta novela, tras mucho buscar, proponer y descartar, me topé con los versos de Luis Cernuda que luego integraron el epígrafe, "Y en el pensamiento /luz o fe ahora / buscas, mientras vence /afuera la sombra", versos que resumen lo que le ocurre al protagonista.
-Tus personajes suelen ser cotidianos: modistas, podólogas, un vecino excluido de su casa... ¿Los buscás expresamente para que habiten tu universo literario? -No somos conscientes de la riqueza de las historias de quienes cruzamos a diario. No es necesario que caiga un imperio para que una historia sea trágica. La obsesión con algo pequeño puede enloquecer tanto como la ambición más descontrolada. Por eso me interesan los personajes de barrio, el panadero, la modista, la esposa que apaña y oculta las infidelidades del marido, porque sufren profundamente y en relativo silencio. En esta novela, el dolor silenciado aparece en muchos personajes y, especialmente, en la podóloga.
-En esta novela te situás en una Santa Fe violenta, ¿cómo trabajás la realidad con lo ficcional? -Selecciono material de lo que veo y leo, de lo que me cuentan, y lo reacomodo para que el personaje pueda desarrollarse en un espacio social verosímil. Esta novela es de vocación realista, así que lo que les ocurre a los personajes debe al menos parecer posible. Pero el detalle específico, el dato rígido del procedimiento judicial, me importan mucho menos que los personajes. Le dedico más energía a imaginar la insatisfacción del protagonista, la escalada de violencia del compañero de trabajo, la discriminación que sufre un personaje menor o el romance que se puede generar en una clínica, que la exactitud de los datos de la realidad.
-¿Pensás que la justicia, en estos momentos en nuestro país, no es confiable, aunque tu fiscal Rojas lo sea? -Escucho cosas increíbles. Leí hace poco que un condenado por asesinato escuchó su sentencia desde su casa, por Zoom, y que como no se le habían puesto custodia, se fue caminando y nadie lo podía encontrar. Con noticias como esa no es muy difícil después escribir una novela. Hasta hace pocos años, las comisarías no tenían Internet ni compartían una base de datos de denuncias. Pero peor que la falta de recursos, es la inacción, la indiferencia y hasta el destrato de quien tiene en sus manos el bienestar de otras personas, ya sea que tenga un puesto público o privado. Esto excede el signo político y el cargo. Tiene que ver con una actitud, con el sentido que le damos a nuestro trabajo. De nada sirve que me enoje con esto, entonces trato de armar una historia que muestre la tarea fútil de quien choca contra un sistema que desbarata sus esfuerzos.
-¿Un personaje común como Tracia, la podóloga, puede ayudar a resolver un crimen? -En la literatura policial hay diferentes tradiciones: la inglesa hace uso del ingenio para interpretar pruebas, la estadounidense confía en el interrogatorio y en la fuerza física del detective, y la francesa, en el conocimiento de la naturaleza humana que le permite al investigador entender cómo piensa el criminal. En Mientras vence afuera la sombra, ante la falta de evidencias y de medios para conseguirla, lo que termina primando es la comprensión de la pequeña tragedia que viven los personajes. Tracia es perceptiva, se solidariza con los débiles y propone soluciones plausibles, aunque difíciles de probar. Lo que más me gusta de Tracia es que ella misma es un enigma, tanto que, una vez que descifra sus casos, a Rojas solo le resta darse cuenta de quién es ella.
-Si un fiscal está amenazado de muerte y parece que nadie puede hacer nada para impedirlo, ¿qué pasa entonces con los ciudadanos comunes? -Tal vez gocemos de más seguridad que quienes se atreven a investigar el delito a gran escala. La ciudadanía de a pie teme por la inseguridad de la calle, pero alguien que investiga delitos de importancia corre mayores riesgos. La gente común es muchas veces víctima de quien debía hacer su trabajo y no lo hizo, o de la mala suerte, o de un mal cálculo. A partir de esas pequeñas desgracias es que me gusta elaborar las historias.
-¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Tenés una rutina? -Leo literatura, artículos y diarios todos los días. Esa es mi única rutina, la de la lectura, porque hay momentos del año en que escribo todo el día y otros en que tengo otras actividades y no escribo por semanas. Pero he notado que cuando estoy en modo escritura tengo una serie de hábitos. Empiezo tomando apuntes sueltos de lo que me llama la atención, desde un personaje curioso hasta una palabra que nunca uso o un acontecimiento increíble. Tengo que acumular muchas anotaciones para sentir que tengo una historia… Una vez que veo cómo se pueden combinar esos elementos, ya no pienso en otra cosa. Empiezo a vivir una urgencia. Necesito diseñar la estructura de lo que voy a escribir y empezar a trabajar. Trato de prestarle atención al balance, a la armonía, al tempo, a la música que va haciendo la narración, aunque lo que se narre sea violento o cruel.
-¿Cuáles son las pasiones que te provocan la escritura? -No sé por qué escribo. Pasé años sin hacerlo y un día me senté frente a la computadora y salió un cuento entero. Son impulsos que dejo que ocurran. Tal vez sea que una sola vida no me alcanza y tengo que vivir otras paralelas, o que este mundo me decepciona y para contrarrestarlo produzco variaciones con similares elementos. O puede que me guíe el placer. Es maravilloso sentir que nuestro silencio interior se va poblando de voces y de vidas que podemos alterar a nuestro antojo hasta estar conformes, o casi conformes, con el resultado. Quienes escribimos creemos estar construyendo algo, y tardamos en darnos cuenta de que eso que escribimos nos está construyendo a su vez.
"No somos conscientes de la riqueza de las historias de quienes cruzamos a diario. No es necesario que caiga un imperio para que una historia sea trágica. La obsesión con algo pequeño puede enloquecer tanto como la ambición más descontrolada". Presentación El próximo viernes 5 de noviembre, a las 20, en el Foro Cultural de la UNL (9 de Julio 2150, Santa Fe), se presentará "Te quedan lindas las trenzas", de Patricia Severín, de manera conjunta con la novela de Susana Ibáñez, "Mientras vence afuera la sombra".
Presentan ambas novelas Santiago Alassia y Franco Rosso, con la coordinación de Viviana Rosenzwit. Todo ello en el marco de los festejos de los 10 años de la editorial.