Ignacio Pellizzón
Aunque la pandemia no terminó, muchos rubros están trabajando en una “nueva normalidad” gracias a la merma en casos de coronavirus y al alto nivel de personas vacunadas. Mientras diversas actividades se van a acomodando a los nuevos protocolos, desde el sector que agrupa a los titulares de salones de eventos de la provincia salieron a manifestar su necesidad de mejorar las condiciones en las que están funcionando.
Desde la Cámara de Eventos y Afines de la Provincia de Santa Fe (Ceasf) saben que estos meses que se avecinan son, por lo general, los más demandados para realizar festejos de toda índole. Además de tener muchos contratos atrasados por el freno obligado que impuso la pandemia, señalan que necesitan ampliar el aforo y la cantidad de días que pueden trabajar para cumplir con los viejos contratos y avanzar hacia nuevas propuestas.
A 18 meses de operar bajo restricciones, los salones de eventos buscan nuevas flexibilidades en su rubro como le sucede a “las canchas de fútbol –que están habilitadas- y los espectáculos públicos que se realizan por todos lados”, afirmó el titular de la Cámara, Iván Hawryluk.
El drama de los dueños de salones de eventos no solo pasa por las restricciones que tienen para algunas actividades, sino por las deudas que contrajeron en el último año y medio para poder subsistir a la pandemia y al parate absoluto que les implicó. Por eso, también pretenden una asistencia económica, por lo menos, hasta fin de año.
Actualmente, este tipo de espacios están trabajando dos veces a la semana con un aforo del 50% y con un horario limitado hasta la 1 de la mañana. Estas restricciones limitan al rubro que, previo al covid-19, se desarrollaban de 21 a 3 de la mañana y los fines de semana hasta las 5 de la madrugada.
Hawryluk destacó que ahora es el momento de flexibilizar, porque “están dadas las condiciones” sanitarias. Los empresarios entienden que, si no se levantan las restricciones, es probable que la industria no logre repuntar y atraviese otra crisis –como la vivida-, que dejó varios negocios en el camino.
El referente de Ceasf contó que mantuvieron una reunión con el secretario de Comercio de la Provincia, Juan Marcos Aviano, quien aseguró, según Hawryluk, que el reclamo del sector se lo iba a “elevar” al ministro de Gestión, Carlos Corach, de modo que pueda “armar el decreto correspondiente para poder brindar los servicios que faltan”.
Fue en octubre del 2020 cuando la cámara visibilizó por primera vez la problemática a través de una caravana que comenzó en bulevar Oroño y Cochabamba y que se extendió hasta la sede de Gobernación ubicada en Santa Fe y Moreno.
En Rosario son casi 40 locales entre boliches, peñas y salones de eventos que tienen sus puertas cerradas desde el 20 de marzo. Unas 300 familias afectadas directamente y el doble de manera indirecta. En toda la provincia son unos 300 locales en la misma situación.
De esta industria “viven “más de 25 mil familias” y a esta altura ya no logran subsistir, salir a flote sin poder trabajar con mayores flexibilidades. El problema que atraviesan no solo pasa por las restricciones que tienen para algunas actividades, sino por las deudas que contrajeron en el último año y medio.
Por eso, hace tres meses decidieron acudir al Concejo de Rosario para presentar un proyecto que los exima del pago de la Tasa General de Inmuebles (TGI). “La Municipalidad cuenta con esta herramienta y creemos que nos tiene que dar una mano; el intendente tiene que ver que nuestro rubro es de los que más sufrió”, señaló Hawryluk en su momento.
Y concluyó: “Por caso la Provincia realizó una asistencia que comenzó con unos 50 mil pesos, luego ascendió a 70 mil y terminó en 100 mil. A esto se le suman los programas ATP y Repro para los empleados. Aunque fueron subsidios que sirvieron para sostener empleos, todavía seguimos urgidos de ayuda estatal, por eso buscamos la exención de la TGI”.