Rodrigo Pretto
Creada hace 130 años atrás, la Sociedad Italiana de Sastre nació y creció casi de forma paralela al desarrollo de la cabecera departamental. De aquel 28 de junio de 1891, cuando los primeros inmigrantes que se afincaron en el centro-oeste santafesino pusieron la piedra fundacional de la institución, habían transcurridos cinco años de la fundación de la ciudad. Y hoy, a más de un siglo de aquel hito, las bases se mantienen vigentes y firmes. La entidad no sólo se convirtió en la más longeva a nivel local, sino además nunca detuvo su marcha a pesar de los vaivenes sociales y las crisis económicas que atravesó el país. La fachada del emblemático edificio, de las más bellas de la localidad, aún conserva su rostro original.
Son muchos los datos existentes a 130 años de la creación de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Unión y Benevolencia, pero otros se perdieron en el tiempo. De todos modos, existen certezas. Sólo cinco años habían pasado desde la fundación de la Colonia Sastre cuando los primeros inmigrantes decidieron crear la institución, indispensable para aquellos tiempos, considerada como espacio de reunión y unión donde, de alguna manera, se amenizaba la dureza de la vida de la patria lejana. “También se trataba de una entidad de ayuda que incluía asistencia médica, compra de medicamentos y, ante casos de enfermedad grave, los pacientes eran derivados al Hospital Italiano de Rosario. Se cumplió esa misión durante mucho tiempo”, detalló en diálogo con este medio Marta Giai, integrante de la comisión directiva e historiadora de la ciudad.
Con el paso de los años, los conceptos y objetivos fueron mutando de aquellos cimientos originales. Actualmente, la Sociedad Italiana es considerada como una institución cultural y social en Sastre. Sin lugar a dudas sigue siendo un símbolo destacado para la ciudad. Su imponente fachada sobre Plaza Independencia se erige como uno de los edificios más bellos de la ciudad y que, más allá de su esteticismo exterior, aún conserva su vida interior. “Tenemos el orgullo de decir que es una institución que lleva 130 años de forma ininterrumpida, que nunca dejó de trabajar a pesar de los vaivenes económicos y sociales del país”, destacó Giai.
Un emotivo acto postergado Finalmente la institución más antigua de Sastre celebró su aniversario. Todo se desarrolló cuando comenzaba a caer el sol en la tarde de este último miércoles. Inicialmente, y mediante un breve acto, se descubrió una placa en el emblemático edificio de Plaza Independencia. Luego, todo se trasladó a la céntrica sala Monticello D’Alba para homenajear a los únicos dos italianos residentes en la cabecera departamental, Sergio Pasquali y Jorge Basílico -reconocimiento otorgado por el Comité de Italianos en el extranjero -.
"No podíamos dejar de pasar por alto estos 130 años a pesar de la pandemia. Queríamos dejar este pequeño homenaje para aquellos pequeños pioneros que pusieron su grano de arena en esta institución", sostuvo Félix Redolfi, presidente de la institución, durante su discurso en el acto de celebración.
Luego del descubrimiento de la placa sobre la sala Monticello D’Alba, llegó el momento más emotivo de la tarde. Sergio Pasquali y Jorge Basílico, los únicos italianos residentes en la ciudad, fueron reconocidos y homenajeados con la entrega de medallas. Allí, ambos hicieron una reseña recordando el momento en que su familia embarcó en un navío junto a ellos para cruzar el océano y radicarse definitivamente en Sastre, previamente viviendo algunos años en Córdoba.
Un poco de historia Las prácticas asociativistas en Argentina se iniciaron a partir de la llegada de los primeros inmigrantes italianos, quienes generaron un amplio número de instituciones con diversos objetivos, pero sin perder el horizonte de fomentar la ayuda recíproca entre quienes habían llegado desde el extranjero y sus familias. Así, y a sólo cinco años de la fundación de la ciudad de Sastre, se creaba un 28 de junio de 1891 la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Unión y Benevolencia, la entidad más antigua de la cabecera del departamento San Martín.
Según los antiguos registros, la Sociedad Italiana de Sastre es la historia del pueblo, aunque no es posible describir con minuciosa precisión sus inicios ya que un incendio en el año 1929 convirtió en cenizas la primera sala, destruyendo sus archivos en casi su totalidad y dejando únicamente la fachada del edificio en condiciones.
El duro golpe no ahogó las esperanzas de los dirigentes de aquella época, quienes rápidamente reconstruyeron la sala principal. Fue un 18 de septiembre de 1905 cuando el gobierno provincial le otorgó la personería jurídica a la institución, basada en los principios del mutualismo y la unión de los inmigrantes que se asentaron en la ciudad para formar su hogar, forjando el bienestar y desarrollando su futuro.
En el inmueble, y a lo largo de su historia, funcionaron cines, bares, restaurantes y confiterías. Desde principios de la década de los ’90, el emblemático edificio de Sociedad Italiana se transformó en una discoteca que funciona hasta la actualidad -pasando por diversas manos y cambios de nombres-. Primero fue Manhattan New Dance, luego se convirtió en El Cine Disco y actualmente bajo Lola Disco.
En noviembre de 2008 se cortó cintas en la actual sala de espectáculos Monticello D’Alba, un espacio con una capacidad para cerca de 240 personas, baños y camarines. Por allí pasan obras de teatro y disertaciones. También, entre 2007 y 2012, se proyectó un ciclo de cine.