Ignacio Pellizzón
Finalmente, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, promulgó el nuevo Código de Convivencia de Rosario que entrará en vigencia dentro de los próximos 180 días, es decir en mayo del año que viene. Se trata de casi 350 artículos que vienen a tratar de imponer “orden” en la ciudad, según lo definió el propio jefe del Palacio de los Leones.
Si bien hay muchas modificaciones, una de las troncales pasa por la desburocratización del Estado. Esta tarea se lleva adelante mediante la digitalización de todas las áreas de la Municipalidad, que permitirán que cada ciudadano pueda dinamizar sus trámites estatales evitando las innumerables trabas históricas. Es decir, que cada uno tendrá un perfil digital.
No será tarea sencilla la de comunicar a toda la sociedad en su conjunto cuáles son las nuevas reglas que regirán en Rosario. Por eso, desde su promulgación oficial correrán seis meses por delante para que se ponga en marcha en plenitud. Esto permitirá que las autoridades desarrollen una potente campaña de comunicación para que nadie quede afuera de las nuevas reglas.
En palabras del propio Intendente, se trata de “código moderno, muy claro, muy definido en relación a la aplicación de las normas, obviamente dentro de lo que corresponde a la autoridad municipal, pero pone a Rosario en un lugar de primera línea a la hora de definir qué aceptamos y qué y cómo lo sancionamos”.
El nuevo régimen se acordó por unanimidad en el Concejo. Se trata de un hecho emblemático e histórico, porque no se modificaba el Código de Faltas desde 1981, además de que se imponen nuevas sanciones que intentarán aggiornar la ciudad acorde a los nuevos tiempos que corren.
Caren Tepp de Ciudad Futura dijo a Mirador Provincial que están contentos con su implementación porque lograron que “este cuerpo normativo no se reduzca simplemente a regular la coexistencia de derechos individuales, sino que haga eje fundamentalmente en los intereses colectivos, en la protección de los bienes comunes y en empezar a igualar las cargas para dejar de ser fuertes con los débiles, y débil con los fuertes. En definitiva, un código de convivencia más parecido a las demandas y los anhelos del siglo XXI”.
Inclusive, “cuenta con un capítulo específico que establece las faltas urbanísticas y ambientales”. “Desde hace años vemos en el concejo como grandes empresas inmobiliarias piden excepciones por haber construido por fuera de la normativa y no son sancionadas. Con esta incorporación del paradigma de la justicia urbanística, logramos que aquellas empresas que van en contra de la normativa tengan un proceso sancionatorio igual que el que tiene cualquier ciudadano”.
Aunque el megaproyecto de casi 350 artículos obtuvo luz verde con el aval de todos los concejales, las críticas sobre distintos aspectos se mantienen firmes. De hecho, en algunos puntos clave hubo ediles que se abstuvieron de votar y otros que directamente no acompañaron.
Detalles del nuevo código El nuevo código incluye derechos vinculados al medio ambiente, el género y la multiculturalidad, entre otras consideraciones. Entre las propuestas se destacan la posibilidad de que los vecinos realicen denuncias a través de fotos y videos con actas sujetas a aprobación, el recurso de reconsideración ante el departamento ejecutivo, la organización de la justicia administrativa de faltas, la creación de fiscalía de faltas.
Entre las tipologías se advierten las faltas contra los consumidores, la publicidad, los espectáculos públicos, la contaminación, el arbolado público; se incluyen faltas por obras particulares y las que involucran a peatones, entre otras.
También se incorporan las faltas por discriminación, la protección de las mujeres y el colectivo LGTBQ+, las infancias, las personas con discapacidad. Otro de los aspectos que se suma es la protección a los animales.
Con puntos muy polémicos, pero que lograron obtener mayoría en el recinto a la hora de la votación, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, resumió los temas más importantes que incorporan cambios a raíz de la aprobación del nuevo Código de Convivencia, que entrará en vigencia en breve cuando lo termine de reglamentar el municipio.
El principal tema que todos esperan ver cómo se resolvía tiene que ver con los cuidacoches o “trapitos”. En base a lo aprobado, se incorpora la figura de la "extorsión". Es decir, de ahora en más, la extorsión pasa a ser una contravención y el municipio tiene competencia para actuar en estos casos.
Para el concejal macrista, Roy López Molina, consultado por Mirador Provincial, este artículo “es una simulación”, porque “no cambió ni va a cambiar nada respecto a la actitud de la Municipalidad frente al problema grave”. “No se mete con las mafias que están en Pichincha, los estadios de fútbol o recitales, porque rechazó todas las propuestas para agravar las sanciones que se presentaron en ese sentido”.
“Pero, además, para poder sancionar –según lo aprobado- el vecino va a tener que probar que lo extorsionaron, que lo apretaron. Esto trae dos complicaciones: qué vecino va a poder grabar ese momento de violencia, que es efímero; y segundo, estamos hablando de extorsión que tiene una pena de prisión en el Código Penal y no una multa en el Código de Faltas. Por eso digo que es cambiar todo para que nada cambie”.
Otro tema conflictivo es el juicio por jurado. Según lo que explicó Schmuck se plantea que, en caso de faltas graves, pueda actuar una especie de tribunal de vecinos. “Será en caso de que esté comprometida la seguridad, la salubridad y el interés en general y cuando la sanción económica de la falta sea superior a más de 50 mil pesos”. Esto se aplicará cuando haya faltas graves de tránsito, por ejemplo.
“Es una idea que suena interesante, pero que está pésimamente implementada. Así como aprobó este artículo, es el salvoconducto con el que va a contar un juez o el propio intendente para no intervenir en situaciones graves y tirarle la responsabilidad al vecino, para que sea quien se exponga en algo que debería hacer el Estado mediante sanciones. No es comparable con el de sede penal”.
Con relación a construcciones irregulares, la presidenta del Concejo dijo que se incorpora la figura de “la falta urbanística”, que establece sanciones más gravosas a quienes construyen fuera de la normativa. Se plantea mayor rigurosidad en el pago de las multas a los desarrolladores y también a los profesionales que no cumplan con el código urbano. “No es casual que sean los mismos profesionales que aparecen pidiendo excepciones o que se regularicen situaciones cuando ya han incumplido con las normas”.
Desde Ciudad Futura, Jesica Pellegrini, indicó a Mirador Provincial que “celebran” este artículo, que habilita que se pueda empezar a incorporar una mirada en relación a las violaciones en la normativa urbanística.
“Las faltas urbanísticas que incorporamos permiten generar sanciones muy duras para quienes desarrollan construcciones de envergadura en la ciudad -obras de más de 300 metros cuadrados- que infringen las normas del Código Urbano, que antes no estaban multadas. Hablamos de loteos, cocheras, edificios, locales de uso comercial y no de viviendas particulares”.
Otro punto a destacar es que, ahora, los vecinos podrán asumir una intervención directa en la detección de contravenciones. A partir de la promulgación del nuevo código estarán facultados para aportar material probatorio (fotos o videos) para identificar una falta. Podrán hacerlo a través de medios digitales en forma anónima o aportando sus datos.
Con relación a la nocturnidad y fiestas clandestinas, el nuevo código plantea que los eventos masivos en espacios públicos que no tengan autorización y no cumplan con la normativa sean sancionados. “Lo que sucedía antes de la pandemia era que había fiestas sin ningún permiso y en lugares donde se generaban disturbios y ruidos molestos. Ahora aparece la figura de contravención en estos eventos en espacios públicos”, agregó Schumuck.
Otra novedad es que se incorpora la responsabilidad de padres sobre hijos menores de edad. En ese sentido, los progenitores deberán reparar los daños que el menor a cargo cometió. Y el menor tendrá la obligación de participar en trabajos comunitarios o de capacitación que tienen como objetivo prevenir para que no vuelva a cometer la falta. “Los padres tendrán que hacerse cargo del daño que causen los hijos”, precisó Schmuck.
“En este Código de Convivencia no aparece sólo la sanción económica, sino que en todo el código está la figura del principio de reparación del daño. Quien cometió una falta, ya sea contra el mobiliario urbano o produciendo un incendio, por ejemplo, tiene que restituir las cosas al estado previo a cometer la falta. La reparación del daño es obligatoria”, añadió la presidenta del Concejo.
También se suma el acoso sexual callejero, ya sea agresiones físicas o verbales , contacto o insinuaciones, comentarios sexuales y seguimientos, será sancionado económicamente y también, como pena complementaria, la realización de actividades educativas y concientizadoras.
Al respecto de la utilización del espacio público por parte de grupos de entrenamientos físicos y deportivos de manera abusiva serán sancionados. En los parques se puede ver a grupos entrenar, apropiarse del espacio, incluso con una actividad privada de lucro en un lugar público, muchas veces reduciendo el uso a los ciudadanos. Esto, en teoría, se regulará. Habrá que esperar a ver si hay actividad de agentes para actuar de oficio o dependen de la voluntad del vecino de denunciar ahora que puede. Lo mismo sucede para eventos sociales, por ejemplo, un festejo de cumpleaños que se salga de la vaina en un parque.