Daniel Dominguez deportes@miradorprovincial.com
Es cierto que todavía queda una última función, pero el tiempo es ahora. La decisión de Maxi Rodríguez de colgar los botines, sacudió al planeta Newell's y obliga, aún más, a la dirigencia. Solo quedan dos partidos, aunque La Fiera se despedirá el próximo lunes ante Banfield, en el Coloso Marcelo Bielsa, ante su gente, como debe ser.
Una vez que pase el impacto, no habrá más excusas. En el Parque se tienen que tomar decisiones y no se puede fallar. Después de un 2021 pésimo, es hora de hacer borrón y cuenta nueva. Los encargados de conducir el fútbol rojinegro deberán dejar de coquetear con todo técnico que se le cruce por el camino, definir un perfil y, sobre todo, una identidad, para llevar adelante un proyecto que saque a la institución de los últimos puestos del fútbol argentino.
La tabla anual refleja lo que fueron las últimas decisiones en Newell's. Apenas tres equipos, de 26, están debajo de la Lepra que contó con Frank Kudelka, Germán Burgos, Fernando Gamboa y Adrián Taffarel como capitanes de un barco que estuvo a la deriva la mayor parte del viaje.
Sin Maxi y, posiblemente, sin otros referentes de peso como Ignacio Scocco, Pablo Pérez o Fernando Belluschi, ya que a los tres se les termina el contrato a fin de diciembre, la reconstrucción puede ser total.
Ya no quedarán vestigios de aquel grupo de futbolistas que entre 2011 y 2012 volvieron al club de sus amores para darle una mano a un equipo que estaba último en los promedios y con el Tata Martino a la cabeza, dieron vuelta la tabla y se consagraron en el 2013. Mucha agua pasó bajo el puente. Muchas malas decisiones dejaron atrás esos gratos momentos para el hincha leproso, que viene sufriendo una decepción tras otra en las últimas temporadas.
No hay mañana. No se pueden dilapidar más puntos. El prestigio que otrora tenía la entidad, quizás, se vaya con La Fiera. Hay que volver a empezar y para eso se tiene que estar convencido del rumbo a tomar, algo que, por el momento, no está claro en la dirigencia.
En este tiempo de incertidumbre, Newell´s pasó de Sebastián Beccacece a Roberto Sensini, de Juan Pablo Vojvoda a Mariano Soso y de la posible continuidad de Taffarel a la posible llegada de Javier Sanguinetti, ex entrenador de Banfield.
Difícil dilucidar las ideas del mánager Julio Saldaña con tanto salto de estilo y tan poca claridad a la hora de comunicar sus acciones. Esas misas que todo Newell's necesita saber. Es cierto que, dentro de un escenario paupérrimo, aparecieron algunos pibes de la cantera que pueden ser base para lo que viene, pero a ellos deberán acompañarlos jugadores de experiencia y jerarquía, algo complejo a la hora de salir al mercado de pases.
Tomás Jacob, Marcos Campagnaro, Juan Sforza, Nicolás Castro, Francisco González, Román Bravo y Nazareno Funez, por citar solo algunos, deberían seguir teniendo continuidad ya que de ellos dependerá que se puedan realizar ventas y así poder estabilizar los números de una economía raquítica.
Por contrapartida, la fila que encabezó Maxi puede ser completada con otros pilares como los mencionados anteriormente o Cristian Lema y Alan Aguerre, dos jugadores que fueron importantes en un tiempo, pero que por lesiones y bajos rendimientos perdieron protagonismo y tienen la puerta de salida abierta de par en par.
No son horas sencillas en Newell's. Como no las fueron en los últimos años. Las decisiones fuera de la cancha repercuten directamente en el campo y viceversa. Las continuas derrotas, las finanzas en rojo y ahora la salida del último ídolo, dejan un vacío muy complicado de llenar en el corto plazo.
Dependerá de la capacidad de la nueva comisión directiva. Es el tiempo de gestionar y comenzar a cumplir las promesas electorales. Newell's no puede seguir sumergido en el fondo del mar a la espera de otro superhéroe. Ya no hay "Tatas" ni "Fieras". Hay una realidad y deberán afrontarla. Elegir un DT que pueda sacar al equipo a flote y renovar la ilusión de los simpatizantes que andan buscando una alegría, esa que parece que quedó en pausa desde 2013.
