Carlos Retamal
La ola de violencia, tiros y muerte parece no tener fin. La frase viene siendo escrita, leída y escuchada desde hace meses en Rosario, pero cada día tiene nuevos ribetes mafiosos. Entre la noche del lunes 6 y la madrugada del martes 7 de diciembre, dos personas fueron asesinadas en el oeste y noroeste de Rosario, llevando la cifra de crímenes a ocho en tan solo siete días.
Ambos hechos llevan la firma del sicariato. El primero de los crímenes tuvo lugar en inmediaciones de calle 1.709 al 7.800, de barrio Godoy, en la zona oeste de la ciudad.
Fuentes policiales y judiciales indicaron, en base a los primeros datos recogidos en el lugar en la noche del lunes 6, que el hecho ocurrió poco después de las 20, cuando una mujer identificada como María Cristina Carabajal, de 30 años, volvía caminando a su casa, ubicada en el interior de un pasillo, a pocos metros del complejo penitenciario Rosario, en el extremo oeste, a pocos metros de bulevar 27 de Febrero al 8.000.
Entre una y dos personas interceptaron a la mujer y, prácticamente sin mediar palabra, le efectuaron entre uno y dos disparos desde muy corta distancia. María Cristina cayó al piso, con una herida de arma de fuego en el cráneo, mientras que él o los atacantes se dieron a la fuga en un automóvil que estaba estacionado en la puerta, señalaron voceros. Vecinos dieron aviso al 911, pero cuando llegó personal policial y médico, ya la mujer había fallecido.
El fiscal en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, Gastón Ávila, comisionó al gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para que lleve a cabo un exhaustivo relevamiento de la escena, levantamiento de rastros, y chequeo de cámaras de seguridad privadas y públicas que hay en la zona. Además, pidió a la división homicidios de la AIC que se encargue de las medidas investigativas tendientes a dilucidar la motivación del asesinato y la identidad de los agresores.
El cuerpo de la mujer fue remitido al Instituto Médico Legal, para ser sometido a autopsia.
Crimen en Ludueña El segundo hecho de sangre tuvo como escenario calle Tupac Amaru al 5.300, de barrio Ludueña. Minutos antes de la medianoche del lugar, varios llamados al 911 denunciaron una balacera en la zona, por lo que un rato más tarde fueron hasta el lugar varios patrulleros. Pero cuando llegaron, se enteraron que un hombre había sido herido en medio de un confuso episodio y que vecinos lo cargaron en un auto y lo llevaron hasta el hospital Provincial del Centenario.
Poco antes de la 1, desde el hospital avisaron del fallecimiento de la víctima, identificada como Sebastián Gregorio Fernández, de 25 años, producto de múltiples heridas de arma de fuego en el abdomen, la espalda, el pecho y el cráneo.
Este crimen es investigado por la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Georgina Pairola, quien tomó la guardia este martes. Entre otras acciones, la funcionaria judicial ordenó al gabinete criminalístico que releve la zona y tome testimonios a vecinos del lugar. Fuentes del caso indicaron que los autores del ataque serían al menos dos personas que aparecieron en un auto y sorprendieron y atacaron a tiros a Fernández, quien en principio habría intentado salir corriendo, pero terminó tirado al costado de la calle.
Con estas dos nuevas muertes ya son ocho los asesinatos registrados en la ciudad de Rosario en los primeros siete días del mes de diciembre. Y, de acuerdo al informe de la Dirección de Política Criminal de la Secretaría de Política Criminal y Derechos Humanos-Fiscalía General, la Subsecretaría del Observatorio de Seguridad Pública y la Subsecretaría de Prevención y Control Urbano del Ministerio de Seguridad, que contabiliza los últimos ocho años, el total de homicidios registrados en los 341 días que van del año es de 231, manteniendo el oscuro promedio de un crimen cada 35 horas.